En pantalla
El algoritmo se adhiere a tu personalidad y nunca se despega. El factor más determinante para su funcionamiento es "el comportamiento reciente".
Nunca he confiado mucho en los algoritmos de Netflix. Me parece que simplifican mucho el perfil de intereses del usuario, de acuerdo a los valores más superficiales. Por ejemplo, si le doy una calificación positiva a “Y Tu Mamá También”, empieza a recomendarme todas las películas mexicanas de su catálogo, incluyendo una de Gloria Trevi.
Recientemente, Netflix redujo su parámetro de calificación. Pasó de un esquema de cero a cinco estrellas –es decir, seis variables– a uno de solo dos variables, representado por una mano con el pulgar hacia arriba y una con el pulgar hacia abajo. ¡Lo están haciendo más general y superficial que antes!
Ahora anuncian un nuevo algoritmo que «ofrecerá una alternativa más personalizada» en la que cada usuario tendrá «su propia experiencia» a partir de un análisis exhaustivo que abarca más de 150 variables.
El gusto es voluble, e impredecible. ¿Qué pasa cuando te gusta una película que es etiquetada como “mala”? ¿Qué pasa cuando uno se encuentra sosteniendo una opinión minoritaria? Un género puede tener innumerables variables. Por ejemplo, no me gusta el horror explícito y sangriento de “Saw”, pero me fascinan las películas de Dario Argento.
Además, el medio impone otros obstáculos. Por ejemplo, la distribución comercial masiva hace que la mayoría del público favorezca un solo tipo de película, porque es a la que más se ven expuestos. Ese es el problema de los agregadores como “Rotten Tomatoes”, inevitablemente sesgados hacia lo que tiene más difusión.
El nuevo algoritmo de Netflix se basa en un «análisis profundo» de los contenidos a partir de 150 «dimensiones» que abarcan desde la ubicación a las características de los personajes de las diferentes ficciones. «Estas dimensiones nos ayudan a entender de qué va el show», explicó Chris Jaffe, vicepresidente de innovación de la compañía estadounidense.
A partir de esta clasificación, el algoritmo se actualiza cada 24 horas y actúa relacionando «matemáticamente» el contenido con el de otras películas o series del extenso catálogo de la plataforma.
«Con toda esta información el algoritmo nos permite hacer coincidir las películas y series de televisión con las cosas que queremos ver«; esto permite ofrecer «más de cien mil posibles líneas de contenido», afirmó.
El algoritmo, supuestamente, se adhiere a la personalidad del usuario y nunca se le despega. «Lo que estás viendo en estos momentos determina las recomendaciones que te darán más tarde», explicó Jaffe.
«Tú estás creando tu propia experiencia en Netflix», añadió.
«El poder de la televisión por internet es darle la habilidad al espectador de elegir qué quiere ver, cómo lo quiere ver y cuándo lo quiere ver. Estamos experimentando con las historias interactivas y habrá más cosas, habrá más tecnología», agregó.
La existencia del algoritmo se antoja esencial dada la mastodóntica oferta de la compañía, incapaz de mostrar todo su contenido sin filtrar. A esto se agregan la capacidad de la plataforma para crear hasta cinco perfiles diferentes por cuenta. Actualmente existen 100 millones de cuentas con más de 250 millones de perfiles en Netflix en todo el mundo, confirmó Jaffe.
Quizás el tiempo mejorará el asunto. Después de más de 10 años de historial con Amazon, sus recomendaciones son más acertadas. Pero a la fecha de hoy, en lo que tiene que ver con productos culturales – películas, TV, música y libros – nada supera la investigación personal. Hay que estar al día, saber qué se está haciendo, conocer a los autores. Además, identificar a los críticos y analistas que puedan encausarnos para descubrir cosas interesantes.
