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Está bien no estar bien
depresión

¡Estoy harta de creerme un robot! Estoy harta de fingir que no estoy harta. Y el que me lea lo debería estar también.

     

Nunca pensé que la primera entrada de un blog iba a ser tan complicada. Antes de empezar, quiero enfatizar que he escrito esto más de mil veces y lo he borrado otras mil. Llegué al punto de sentirme estresada por algo que debería ser placentero y me entró una crisis existencial. Durante el proceso de buscar de nuevo la paz en mi ser, se me ocurrió plasmar el sentimiento más puro que tengo en estos momentos, que para muchos, incluyéndome, es difícil expresar: La tristeza.

Siempre he creído que admitir estar triste es el primer paso para querer mejorar. Sin embargo, hablar de este tipo de cosas en una sociedad que siempre trata de minimizar los problemas de los demás porque “alguien está peor”, es muy difícil.

Se nos ha enseñado que llorar es vergonzoso y solo los débiles lo hacen. Pero también, si no lo hacés en público de vez en cuando, se te tacha como “la roca” y no tenés derecho a expresar si estás feliz o deprimido, porque seguro es pura babosada.

Yo casi no lloro, en mi casa me dicen en tono burlesco “la insensible” y en mi universidad me conocen como la odiosa que no siente el dolor ajeno. Pero yo sí siento, yo sí sufro, a mí sí me dolió lo que pasó (sea lo que sea).

Estar triste es inevitable. El problema es no hablarlo con nadie, no sacarlo de nuestro organismo y guardarlo. Guardarlo tanto que se convierta en una bomba de tiempo que peligra estallar en cualquier momento.

Esto es algo invisible pero constante, y puede desarrollar enfermedades como la depresión, que lleva al suicidio. He conocido muchos casos de adolescentes que siempre lucieron felices, hasta que se mataron. Nunca hablaron de sus sufrimientos, porque seguramente pensaron que nadie debía de saber que el “hijo, hermano y compañero perfecto” también lloraba, también sentía.

La depresión es un problema gravísimo que debería preocuparnos a todos como sociedad, pero creo fielmente que hay que buscar maneras más asertivas que las que estamos usando.

Una de las formas más comunes e incorrectas para “mejorar” el estado de ánimo de alguien son frases como: “en las zonas rurales, hay niños que desearían estar aquí y vos estás triste por cualquier cosa”. NO. Solo porque otra persona esté peor que yo, no quiere decir que no tengo derecho a estar mal también.

Tu dolor no minimiza mi dolor, ni viceversa. Yo no siento tus penas, tampoco vos las mías. Pero sufrimos y ese es el punto.

Yo he tenido tantas malas experiencias sobre esto, que cuando alguien quiere que le platique sobre lo que me pasa, prefiero callar. Estoy harta de los consejos innecesarios.

(Nota: Si no pedí tu opinión sobre lo que me pasa, no me la expresés, gracias)

Generalmente lo que dicen es un “vos estás loco, la depresión no existe, tenés que aprender a ser feliz”, y ya me cansé de eso.

A veces, un simple silencio atento mientras tu amigo habla de sus problemas, basta para sanarlo. Otras veces se necesita dejarlo en paz y no preguntarle tanto de cómo está su situación, la tristeza se cura en solitario también.

Por estas competencias de “¿quién sufre más?”, tenemos muchas caras serias y frígidas frente a nosotros. ¿Recordás a aquel señor amargado de tu cuadra? Seguro a él le hicieron pensar que llorar era de débiles y obvio, un ser humano no puede ser débil.

¿Te acordás de la enfermera mal humorada de ese hospital al que fuiste? Probablemente le dijeron que su aflicción en el hogar no era nada comparada a la sufrida por los pacientes que ella atiende.

Convivimos día a día con gente deshonesta y ruda consigo misma, porque creemos que no podemos mostrar emociones, porque si no somos estúpidos, y ser estúpido está mal. He conocido muchas personas que se esconden en el odio, el sarcasmo y la apatía, por miedo a admitir que son sensibles. Por mi parte afirmo que ¡Estoy harta de creerme un robot!  Estoy harta de fingir que no estoy harta. Y el que me lea lo debería de estar también.

No me refiero a decirle a cada persona que veás: ¡Hola, me siento triste, buen día! No es mi punto. El sentido es no sentirte culpable de llorar a mares o de no hacerlo del todo. Poder abrir tus sentimientos con tu pareja, amigos y familiares, y así mismo dejar que ellos se abran y logren tener una mejor relación, basada en la comunicación y la empatía.

Querer salir de lo malo es progresar.

El primer paso para mejorar es admitir que somos seres imperfectos, rotos y destrozados, y eso es completamente normal. La vida nunca ha sido color de rosa, no lo es y tampoco lo será.

El segundo paso es aceptar a la persona a tu lado con todas sus enfermedades, dolores y sufrimientos, así como aceptar sus virtudes y todo lo positivo que seguramente también tiene.

Finalmente, solo nos queda vivir la realidad, entender que existe lo bueno y lo malo, y eso nos hace humanos. Dejar de pensar que somos unos robots o que nuestros conocidos lo son. Saber eso es parte de madurar, crecer y ser.


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One thought on “Está bien no estar bien

  1. Hola, me parece muy bien la propuesta que realizas en este artículo. Cuando leía me sentía identificado. Pensaba que por ser hombre en Nicaragua estabas más limitado que las mujeres a expresar lo que «sentis», pero veo que las mujeres también lo tienen difícil. Pensaba que era un reflejo de la sociedad machista en mi caso, y porque los hombres no hablan de eso; ni de sentimientos, ni de cómo se sienten, ni cómo les va, etc. Muy poca gente le toma importancia al tema de las enfermedades del alma; llámese depresión o lo que sea. Como lo has descrito «otro está peor que vos», sólo hablás babosadas, o recibís consejos que no estás buscando, es lo que te dicen. Algunas veces con que te escuchen es suficiente. No somos robots y qué dificil es hallar a alguien con quien hablar, porque preferís cerrarte. Saludos y muchas gracias por tu artículo.

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