Cultura

La primera ópera nicaragüense se inspira en los versos de Darío
primera ópera nicaragüense

La obra de nombre “El lobo y el Santo” involucró a más de cien artistas nicaragüenses

     

Se abrió el telón y el canto enérgico de 30 artistas estremeció la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío. La obra apenas iniciaba pero los asistentes aplaudían tan fuerte como se hace cuando el espectáculo termina. Era la primera ópera producida en Nicaragua y estaba inspirada en los versos de Rubén Darío.

“Es la primera ópera cien por ciento nicaragüense”, murmuraban los espectadores antes de la puesta en escena. “Con razón porque ya tiene 15 minutos de retraso”, dijo otro impaciente.


La ópera es una obra dramática y musical que se caracteriza especialmente porque la acción escénica está acompañada por una orquesta y todos los diálogos son cantados.


La obra titulada “El Lobo y el Santo” es una adaptación de “Los Motivos del Lobo” de Rubén Darío, poema inspirado en un pasaje de la vida de San Francisco de Asís, en el que se relatan los actos atroces de un lobo que asola una aldea al que el santo visita. San Francisco sale a su encuentro y le propone hacer las paces con el pueblo.

La obra se divide en dos actos y la protagonizan tres solistas que interpretan al lobo, San Francisco y una aldeana –que es la conciencia del pueblo–, además un coro de aldeanos, religiosos y un grupo de baile con un danzador que personifica al lobo en una escena.

Más de cien artistas fueron parte de la primera producción operística nicaragüense

Mario Rocha, con más de 22 años de trayectoria artística y compositor de la ópera, explicó que esta es un llamado a la reflexión del cuido del medio ambiente, porque el animal representa a la naturaleza y su respuesta depende del trato que reciba de parte de los hombres.

Primer Acto

Se abrió el telón. La escenografía, los danzantes y cantores ambientaban una pequeña aldea de la Italia del Siglo XIII.

Salió en escena San Francisco, interpretado por José Luis Leytón, tenor lírico y maestro de canto que ha participado en obras del Festival Pucciniano de Italia, realizado durante dos ediciones en Managua.

San Francisco atiende al clamor de la aldea y busca al lobo feroz, interpretado por el maestro y compositor de la obra, Mario Rocha.

El encuentro del animal con el santo es la aguda contradicción del ser humano que sin ser una bestia se comporta como tal. El hombre le exhorta a hacer las paces con los aldeanos y a cambio le promete la amistad del pueblo. El lobo acepta y los lugareños lo acogen.

Mario Rocha compositor de la ópera interpreta al Lobo.

Así termina la primera mitad de la obra integrada por una orquesta de 26 músicos y más de cien artistas entre cantores, danzantes y artistas plásticos.

Segundo Acto

Se apagaron las luces. Era el momento de Juan Ernesto Palacios, coreógrafo y profesor de baile, que personifica al lobo en una escena de danza. Sus movimientos en el escenario cuentan los breves pasajes de hermandad entre el lobo y la aldea. En la ausencia de San Francisco, después de cuidar al “hermano lobo”, los hombres apalearon al animal y lo echaron fuera del pueblo.

La aldea se siente culpable y la voz de la soprano Lizbeth Berrío lamenta el mal cometido al lobo, cuestiona el actuar colectivo y eleva una plegaria en busca de redención. Sus notas agudas estimularon escalofríos y despertaron la ovación del público.

San Francisco de Asís busca al lobo que está convencido que los humanos son lo peor. No hay plegaria que valga ni santo que inspire.

Después de una hora y media sobre las tablas, el canto vibrante del Padre Nuestro en voz del tenor José Luis Leytón terminaba la primera ópera nicaragüense a la que los asistentes aplaudieron, algunos de pie, hasta por casi tres minutos.

One thought on “La primera ópera nicaragüense se inspira en los versos de Darío

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.