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¿En algún momento se ha preguntado qué negocio innovador puede emprender?

La mayoría lo hace en repetidas ocasiones, sin embargo, son pocas las personas que lo ejecutan. Una de las principales causas de esto es porque el mercado se encuentra bastante saturado de bienes y servicios, por lo que idear algo nuevo no resulta nada fácil, pero cuando logran hacerlo y resulta exitoso las imitaciones empiezan a surgir rápidamente. Por esta razón muchos optan por emprender un negocio de bienes o servicios existentes, lo que no está nada mal, pero en este caso la competencia resulta ser mucho mayor. Por lo tanto, en ambos casos es un hecho que la eficiencia y la productividad se ven afectadas por diferentes factores.

Por más simple que parezca el bien o servicio que se ofrece, este puede llevar un largo proceso para llegar al cliente final. Así sea una manzana o una casa, ambos requieren manufactura y logística que son de los procesos más extensos de la mayoría de los bienes y que muchas veces el usuario final no está enterado.

Puede que le sorprenda, pero uno de los factores de la cadena que más falla es el transportar el material o el bien final. Aunque parezca que se trata únicamente de llevar de un lugar a otro, dentro de esto existen muchos subprocesos que pueden afectar tiempos, calidad, optimización y otros factores que recaen directamente en la rentabilidad de una empresa.

Es preciso mencionar que muchas de las incidencias en esta parte del proceso se deben a la falta de control que se pueda tener del transporte o de las rutas que se utilizan. Muchas empresas han gastado millones por esto, pues han perdido mercadería, han tenido accidentes con los conductores de las flotas por irresponsabilidad al volante, han existido confusiones en las rutas por lo que se ha perdido mercadería perecedera, han sufrido robos de mercancía en rutas, entre otros factores que no afectan a nadie más que al empresario.

Por esto es importante que en una empresa el control de calidad y las mediciones de productividad no se hagan únicamente sobre el bien o servicio final, sino sobre cada una de las partes del proceso, porque puede que el producto final sea de excelente calidad, pero si se entrega tarde o en un lugar erróneo este pierde todo su valor.

Con el auge del Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés, Internet of Things), existen empresas que brindan servicios de gestión y monitoreo de activos y procesos, que permiten conocer el estado de cualquier activo de la empresa, sean sus activos, sus productos, o la propia flota logística en tiempo real de cada vehículo. Se utilizan sensores que registran y transmiten datos las veinticuatro horas del día, a plataformas que los procesan y transforman en indicadores de calidad, en el ejemplo de una flota de vehículos, su histórico de recorridos, creación de geocercas, cronocercas y checkpoints para estar anuente si el vehículo se encuentra en la ruta correcta, si salió de la misma o si llegó a los puntos destinados.

Para contar con estos datos en una sola plataforma, se puede acceder de forma ubicua mediante dispositivos móviles, generando grandes ahorros en los procesos productivos de la compañía.

En conclusión, la oferta de la mayoría de los servicios es incremental, por lo que es de suma importancia no solo satisfacer la necesidad del producto en el consumidor, sino también la necesidad que hoy en día se tiene de rapidez y buen servicio. Esto únicamente se logra cuidando cada detalle de los procesos, en especial los que sufren de mayor cantidad de incidencias como lo son los logísticos. De esta manera y con la creación de planes de acción, una compañía puede llegar a tener ahorros significativos para el crecimiento de la misma y puede convertirse en uno de los competidores más fuertes del mercado.