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Una de las medidas más importantes que debés tomar para cocinar en casa es el famoso meal prep: la preparación adelantada de tus comidas o parte de ellas.

Ya sé. Aún cuando creíste que te ibas a salvar, requiere de inversión de tiempo. Así que, antes de que podás pagarle a alguien que lo haga por vos, te dejo esta sugerencia para alistarte pechugas de pollo (o filetes de muslo o pollo en trocitos, el que gustés).

Tenerlo sazonado y porcionado en el congelador te ayudará a cocinarlo rápidamente y de formas variadas, dependiendo de las preparaciones que escojás.

1. Tomá el pollo ya fileteado o troceado y lo colocás en una tabla limpia, ojalá una que utilices nada más para carnes crudas.

2. ¿No sabés cómo filetear una pechuga de pollo? Mirá este vídeo antes.

3. Dividí la carne en porciones que veás razonables para vos o la cantidad de personas que haya en casa. El cálculo “a ojo” es una porción del tamaño de un poco más de la palma de tu mano para cada quien.

4. Saca del pantry todos los sazonadores que querrás, empezando por sal y pimienta; pasando por salsas y hierbas secas.

5. ¿No tenés idea de cómo condimentar? Lee esto y esto antes.

6. Elegí para cada porción los condimentos que querrás. Todas llevan sal. Yo hice seis: mostaza con miel, comino y pimienta; salsa picante, especias indias, especias japonesas y sal con bastante pimienta negra.

7. Empacalas en bolsitas plásticas o contenedores reutilizables y congelá.

8. Para cocinar, descongelá en el refrigerador y colocalas en un sartén con algo de aceite de oliva a fuego medio alto.

Creeme: si haces esto apenas llegás del súper, ahorrarás muuuucho tiempo y dolores de cabeza a la hora de pensar qué hacer.

Podés comerlas acompañadas con ensaladas, arroz, o como parte de recetas más elaboradas.