A principios del siglo XX, la literatura dio un vuelco. Para los hombres y mujeres intelectuales de esa época, el futuro dejaba de ser prometedor mientras veían cómo nacía el régimen soviético y se gestaba el nazismo. Los escritores dejaron de creer en aquel mundo ideal, heredado desde el Renacimiento, que servía de telón en sus obras literarias y así comenzó el auge de la distopía.
Se dice que Tomás Moro en 1516 fue el primero en acuñar la palabra “utopía” en la literatura. Su “Libro del estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía”, narra cómo sería establecer una sociedad ideal, organizada, donde los bienes serían propiedad colectiva y las personas tendrían tiempo para dedicarse a la lectura y el arte.
Esa era la utopía para aquella Europa contemporánea y llena de valores opuestos a los que Moro creía como ideales.
400 años después, muchos hombres y mujeres dejaron de creer en las utopías y sintieron que podían llevar esta idea a su extremo radicalmente opuesto: la distopía, una crítica del futuro basada en el presente.
En 1920 la distopía comenzó a gestarse primero en la literatura y luego en el cine, esbozando un mundo totalitario, sin libertades y bajo un solo pensamiento.
Desde su auge en los 40, este género no pasa de moda y hoy adquiere más fuerza. Sus dos elementos principales: una naturaleza real que define el contexto y otro irreal que define la trama, hacen creer al lector que no se está lejos de llegar a esa sociedad frívola, dominada y distópica que en sus obras se plasma.
Te compartimos cinco obras cumbres de este género con cinco mundos diferentes para conocer. Después de leerlos, no querrás volver a ellos.
1. El señor de las moscas, de William Golding
Antes de que llegase a la imprenta en 1954, esta obra fue rechazada 20 veces por distintas editoriales. El motivo principal: su trama. “El señor de las moscas” cuenta la historia de un grupo de niños ingleses que quedan varados en una isla virgen.
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Las riendas del grupo son tomadas desde el principio por Ralph, un líder nato. Pero con el tiempo surge un nuevo liderazgo que se contrapone al de él. El grupo se divide en dos bandos y la carencia de “civilización” empieza a afectar a esta sociedad. La única salida para ellos es volverse primitivos, pues ante esta circunstancia, toda moralidad ha perdido validez.
2. Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago
“Peor ciego el que no quiera ver”, dice José Saramago en boca de sus personajes. Una ceguera blanca se apodera, como un virus, de una ciudad entera. El Estado decide aglutinar a todas las personas afectadas y posibles contagiados en cuarentena, bajo la máxima seguridad militar.
Los ciegos se agrupan entre sí y nace el deseo por el control absoluto de los suministros básicos. De ahí se desencadena una insurrección entre los dos bandos y la destrucción del complejo al que fueron tirados en cuarentena.
Los ciegos deben acostumbrarse a un nuevo mundo, donde renace aquel instinto primitivo del ser humano: sobrevivir a cualquier precio.
3. Un mundo feliz, de Aldous Huxley
Londres en un futuro lejano. La sociedad actual ha dejado todos los males y vive en una completa felicidad. Los seres humanos son fabricados en botellas de ensayo. Cada uno de ellos es destinado desde su nacimiento a una clase social determinada. Todo es controlado, incluso tu capacidad intelectual.
Ahí radica el mundo feliz, la clase trabajadora no aspira a más, porque han sido fabricados para solo suplir su función en la sociedad, y la clase más alta solo vive dopada en su riqueza.
En una sociedad tan desigual, hay una unidad defectuosa: Bernard Marx, un individuo que a pesar de ser “tratado”, no logra encontrar la felicidad, pues nació con la capacidad de cuestionar todo.
4. Nosotros, de Yevgueni Zamiatin
Pionera en sus argumentos, Yevgueni Zamiatin publicó esta obra en 1921, donde plasmó su decepción ante el rumbo totalitario de la recién Revolución rusa.
En “Nosotros”, se narra una sociedad en la que sus individuos son “números”, no tienen un nombre y solo se les conoce como una combinación alfanumérica.
«Sí, ¡es una locura! Todos han de perder la razón, todos, y cuanto antes, mejor». Nosotros, de Yevgueni Zamiatin. Brillante.
— Esteban Parra (@estepar97) 6 de abril de 2017
Estos seres viven en una “ciudad de cristal”, compuesta de cubículos transparentes donde en ningún lugar del Estado Único tienen vida privada. Esta obra tendrá muchos años después vital importancia, pues fue una de las primeras distopías concebidas.
5. 1984, de George Orwell
Al hablar de distopía, George Orwell es de exigida mención. “1984” es una crítica política ante el contexto posguerra donde Orwell se ubicaba.
“1984” traslada a la sociedad contemporánea a un mundo dominado por el totalitarismo y la completa vigilancia. El Gobierno mantiene el control de todos sus individuos y además fabrica noticias, altera la historia y mantiene tras de sí un teatro montado.
Pero un día, Winston Smith, un funcionario del Departamento de Registro del Ministerio de la Verdad, el organismo que se encarga de falsear la realidad, empieza a sospechar que toda lo que sabe, posiblemente sea manipulado.
Contanos, ¿cuáles de estas novelas has leído?