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Futbolistas nicas: “La afición no nos apoya”
Estadios vacíos, espectadores que las insultan y poco presupuesto son algunos de los obstáculos a los que se enfrentan las jugadoras de fútbol de Nicaragua
Cuando Oneyda Caballero pisó de nuevo el césped de una cancha de fútbol, prometió disfrutar a plenitud de su pasión como nunca antes lo había hecho. Oneyda hoy juega con las Águilas de León, el equipo campeón de la liga de Fútbol Femenino Nicaragüense, pero conseguir este título no fue fácil para ella. A esta futbolista, originaria de Jalapa, en 2015 le diagnosticaron “Parálisis Ascendente”, una enfermedad que mantenía inmóvil sus piernas y la sacó de las canchas por ocho meses.
Lo que sufrió sucede cuando el sistema inmunológico ataca parte del sistema nervioso por error, los nervios se inflaman y provocan debilidad muscular. En pocas palabras, el cuerpo no responde a las órdenes del cerebro y ella ya no podía jugar. Le inyectaban vitaminas para mejorar el funcionamiento de su sistema motor. Lloraba todos los días porque quería volver al campo. Regresar era su única motivación para seguir las indicaciones que le daba el médico: realizar terapias cada día, ejercitando sus piernas.
Alrededor de ocho meses después del diagnóstico, recuperó el control total de sus extremidades y con la ayuda de Dios, dice Oneyda, superó ese mal momento de su vida.
Lo que se prometió al volver, lo consiguió el 21 de agosto del año 2016. Ese día, las Águilas de León, con ella en la cancha, ganaron la Liga del Fútbol Femenino 2015-2016 en un partido disputado contra la Universidad Nacional Autónoma de Managua. El equipo de Oneyda venció 4-3 en tandas de penales.
Una goleadora
El fútbol femenino de Nicaragua está en el número 114 del ranking de la FIFA. Nicaragua aparece debajo de Guinea y por encima de la República de Macedonia. La goleadora histórica del país es Sheyla Flores de 18 años, quien ostenta el récord nacional de anotaciones (76 goles) en la temporada 2014-2015.
Sheyla empezó a jugar desde los ocho años en la Academia Falcons de Managua. A los 13, ya era parte de las filas de la Selección Nacional Sub-17. A esa edad tuvo su primer partido: en 2011, en una eliminatoria con la Selección Sub-17 contra Panamá. En ese país, Sheyla estaba tan nerviosa que ni siquiera pudo jugar bien, Alexis Zepeda, trató de calmarla. El entonces técnico de la selección creía que esa niña de 13 años podía ser una goleadora.
En el partido de vuelta, que se jugó en Nicaragua Sheyla, se soltó más y empezó a disfrutar, a agarrar confianza: estaba en su casa, con su gente. Ese día hizo lo que siempre ha hecho mejor, meter goles. Así inició la cuenta, metió el primero en aquel partido a las panameñas, pese a que perdieron por dos goles a uno.
Ella ganó tres títulos con el equipo de la UNAN-Managua, pero en 2016 sorprendió a todos cuando decidió ingresar al equipo leonés las Águilas del León. El mismo en el que juega Oneyda desde el 2004.
La falta de cobertura y la rala atención mediática es una de las dificultades de las futbolistas nicas. Que deportistas de la talla de Sheyla u Oneyda pasen desapercibidas, se debe a que en Nicaragua el fútbol femenino está en completo abandono, asegura el cronista deportivo, Nectalí Mora. Sucede, explica, porque en la Federación Nacional de Fútbol (Fenifut) falta organización a la hora de manejar la información y no han sido capaces de atraer a los medios nacionales hacia a jugadoras de las que pocos conocen sus logros.
Un par de “Águilas”
La pasión de Oneyda por el fútbol, surgió a los seis años, cuando rodeada de varones se ponía a jugar todas las tardes en las calles del barrio Nueva Segovia, en Jalapa. Esta niña soñaba en grande. Quería ser profesional. Por eso a los 12, entró al Club Deportivo Jalapa, un pequeño equipo que en ese momento estaba empezando a competir.
Jugó su primer partido en el estadio “Alejandro Ramos”. Quería mostrar su fútbol. No hubo nervios, pero fue una experiencia totalmente desastrosa. A su equipo le ganaron por 10 goles. El Diriangén femenino las “goleó”. Lejos de desanimarse Oneyda, en cuanto salió del estadio, agarró un balón de fútbol y continuó regateando, pero esta vez en la calle, frente a su casa, como lo había hecho toda su vida.
Ese mismo año, Edward Urroz, en ese momento entrenador de Selección Nacional de Fútbol Femenino, la convocó. Oneyda tuvo que irse seis meses a Managua. Siendo una adolescente dejó su casa, sus estudios y se llevó solo un balón entre los pies y un sueño entre las manos.
Ese ha sido uno de sus momentos más difíciles como futbolista. Estaba sola en una ciudad grande y con fama de peligrosa. Pasó las pruebas y a partir de ese momento su talento se volvió indiscutible en la selección. Se trasladó de Managua a León cuando se integró a las Águilas de León. Esta vez con menos miedo y con más ganas de convertirse en campeona.
Las “Águilas” es uno de los equipos que participan en la Liga de Fútbol Femenino, los otros son: UNAN-Managua, Deportivo Kol8, Real Estelí, Diriangén Femenino, FC Ocotal, Las Leyendas y Zacarías Guerra.
El Consejo Nacional del Deporte, la Educación Física y la Recreación Física (Conaderfi) en 2016 decidió no destinar fondos para las federaciones de fútbol en Nicaragua, porque estas no retiraron los casi 200 mil córdobas que se les asignó en el año 2015.
Entre las obligaciones que dicta la Ley 522, o “Ley General De Deporte, Educación Física Y Recreación Física” que debe cumplir el Estado está “destinar esfuerzos y recursos para elevar los niveles de competitividad y resultados en los deportistas de alto rendimiento”.
Sin embargo, la liga Femenina de Fútbol se mantiene únicamente por la Federación Nicaragüense de Fútbol (Fenifut) que consigue donaciones de la FIFA. Son aproximadamente 870 mil córdobas al año, pero esto no es suficiente, explica la coordinadora del fútbol femenino en Nicaragua, Dalila López. La selección, explica Dalila, gasta 26 mil córdobas en una semana y las jugadoras necesitan una preparación mínima de 8 -10 meses.
Según ella, las instituciones no las apoyan, e incluso hay universidades que no dan permiso a sus jugadoras para salir a representar a Nicaragua, pese a que la Ley 522 dicta que un deportista tiene permiso de colegio hasta por 30 días, afirma Dalila.
“La afición no nos apoya”
Como si la falta de presupuesto no fuese suficiente, los estadios en los que ellas despliegan su fútbol siempre están vacíos. Eso las desmotiva. “La afición no nos apoya”, confiesa Josseling Berrios jugadora de la UNAN- Managua. Ya lo decía el escritor uruguayo Eduardo Galeano: el deporte es un espectáculo que necesita de espectadores y no hay nada más vacío que un estadio vacío.
Algunas veces, las pocas personas que llegan a verlas jugar, se dedican a gritarles vulgaridades: “chimbarona”, “hombrejona”, les sueltan desde las gradas.
Eso no es lo único que tienen que enfrentar estas jóvenes. En Nicaragua el fútbol como profesión no es rentable por lo que deben dividir su tiempo entre trabajos, escuela y fútbol.
Oneyda, por ejemplo, trabaja de chofer para una empresa en León, vive con la familia de una amiga en el barrio “Venceremos”, mientras su madre y hermanos están en Jalapa. Su dedicación al fútbol solo es recompensada con los títulos que acumula con su equipo.
Pese a que su familia siempre la ha apoyado, Oneyda sabe que su mamá quiere que ella tenga hijos como lo hacen las demás mujeres. Pero ella, a sus 26 años todavía no está pensando en eso, sino en seguir creciendo en el deporte.
Yansi Aguirre también juega con las Águilas de León. Según esta deportista, la mayoría de las empresas privadas apoyan más al fútbol masculino y las mujeres no tienen salario. “Lo hacemos por amor al deporte”, subraya Yansi, que esta temporada anotó 59 goles en la liga.
Con todo esto en su contra, en el 2013 las chavalas de la “Azul y Blanco” se llevaron la medalla de plata en los X Juegos Centroamericanos, en San José. Todo un hito para el fútbol femenino nicaragüense.
Una oportunidad
Las Águilas de León, actuales campeonas de la liga, se ganaron el boleto para representar a Nicaragua en 2017 en la II Copa Internacional de Clubes Campeones del Fútbol Femenino de UNCAF, copa que pone a competir a los seis países de Centroamérica.
Según Pablo Coca, estudiante de Comunicación Social y creador de la página web “Nica Futb Femenino”, las jóvenes de las Águilas mostrarán internacionalmente un juego distinto del que se ha venido realizando en Nicaragua. Es un fútbol con más toque de balón y llegadas a línea de fondo, por lo que será interesante de ver dice Pablo. “Nica Futb Femenino”, es uno de los pocos sitios que se dedican de lleno a darle seguimiento al fútbol femenino en Nicaragua. Pablo lo hace desde hace tres años.
Dalila confía en que este evento es una buena oportunidad para que el Gobierno y la empresa privada apoyen al fútbol femenino. “Pueden ver sus logros en un evento centroamericano”, afirma.
Cuando de equipos nacionales se trata, y sobre todo cuando de equipos femeninos se trata, en Nicaragua no hay mucha fiebre futbolera, pero estas jóvenes quieren empezar a cambiar eso. Están convencidas de que pueden lograrlo.
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