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De Arjona a Bob Dylan en Centroamérica Cuenta

El quinto festival de escritores Centroamérica Cuenta llegó a su fin este viernes. El último conversatorio estuvo liderado por el escritor y organizador del evento, Sergio Ramírez Mercado. El panel se llamó Gabo: creador de un mundo literario más allá de la realidad.

El festival reunió en total más de 200 participantes este año. Todos ellos provenientes de al menos 19 países. Ahora se preparan para la sexta edición que será en el año 2018. Entre los temas que ocuparon la agenda del festival este año, estuvieron los conversatorios sobre literatura, cine, música y la relación entre los padres de familia y la literatura.

El viernes también se realizó el panel Literatura hecha Música. Ahí participaron los escritores Alberto Salcedo Ramos, Pablo Montoya y el cantante Hernaldo Zúñiga, para expresar la relación que tiene la música actualmente con la literatura.

Salcedo y Montoya comentaron ante los asistentes la relación que tuvieron con la música desde mucho antes de imaginar que podían convertirse en escritores. Y si de relación literatura-música hablamos, Bob Dylan fue el ejemplo claro de los panelistas para establecer el vínculo entre ambas cosas.

En octubre del 2016, Bob Dylan fue galardonado con el premio Nobel de Literatura. El nombramiento causó revuelo por tratarse de un músico que recibía un premio caracterizado por honrar el trabajo de escritores.

Montoya, quien recordó que sus primeros acercamientos con la música fueron en París mientras tocaba instrumentos musicales en las calles para recoger dinero y así vivir, reconoció que Dylan y su música son una muestra perfecta de la unión que existe entre poesía y música.

“Hay momentos en que la música y la poesía se unen y una de esas expresiones está representada en lo que hace Bob Dylan”, dijo Montoya en el debate.

De Dylan a Arjona


Si hay una frase que justifica el Nobel a Dylan, Salcedo Ramos la conoce muy bien: “Yo sí le daría el premio a Bob Dylan, aunque sea para que Bob Dylan tenga la cortesía de indemnizar a los que han oído a Ricardo Arjona”.

Salcedo recordó que muchos músicos, a diferencia de Dylan, pretenden “demostrar inteligencia” en sus escritos y es cuando a él, particularmente le parece aburrido.

Así también mencionó a Joaquín Sabina, de quien dijo que “me gusta, pero no lo soporto”, porque según él, no es capaz de decir “quiero agua y me quiero zampar un vaso de agua”.

Para Hernaldo Zuñiga, las letras de las canciones son palabras “que tienen un sentido, una narrativa (y han) existido desde siempre”.

Y sobre Arjona, Zúñiga recordó que el debate sobre las letras del cantautor guatemalteco es de antaño y que merecería otro panel para entender por qué es tan querido y odiado al mismo tiempo.