Innovación

Así emprendí en medio de la crisis
Varios jóvenes han decidido empezar sus negocios para poder sobrevivir a la crisis que vive Nicaragua.

Tres negocios que se aventaron a iniciar en medio de la crisis económica que vive Nicaragua.

     

La primera reacción de Georgina Hidalgo al darse cuenta que se sumaba a la lista de las doscientos mil personas que se quedaron sin empleo debido a la crisis política que atraviesa el país, fue llorar. Luego, secó lágrimas y a los días se dijo a sí misma: “algo de lo que sé hacer me tiene que dar de comer”.

“Fue un golpe muy fuerte porque estaba acostumbrada a designar cierto presupuesto a salidas y otras cosas, pero ahora ya no. Lo que me ingresa es para gastos de alimentación”, asevera la joven de 25 años quien se dedicaba a gestionar redes sociales.

Georgina tenía un puesto de chocobananos en su casa que, ante la falta de empleo, ha sido desde entonces su único sustento económico. Ahora los ofrece a domicilio y ha diversificado su producción: además vende pinolillo en libra y también desea montar una empresa de publicidad digital, «si la situación no mejora». La crisis la había obligado a actuar rápidamente, “era eso o seguir llorando”, relata.

“Las primeras tres semanas fueron buenas, pero ahora las ventas han bajado bastante porque hay personas que me compraban y que luego se quedaron también sin trabajo”, asegura.

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Georgina Hidalgo decidió vender chocobananos al quedarse sin empleo. Cuenta que al principio lloró, pero luego decidió sacar a flote su propio negocio. Carlos Herrera | Niú

En este negocio trabajaban tres personas: Georgina, su mamá y un motociclista que realiza envíos a domicilio. Una cajita de chocobananos de cinco unidades tiene un costo de 60 córdobas más el envío, que ronda los 30 córdobas en ciertas zonas de Managua; y una libra de pinolillo vale 40 córdobas más el envío.

El cuatro de julio, un tuit que contaba la historia de Georgina se volvió viral en las redes sociales e impulsó al negocio. Tanto en Facebook y Twitter los nicaragüenses han mostrado solidaridad hacia los emprendimientos que han surgido en medio de la crisis.

“Siento que en este tiempo la gente apoya más a los emprendedores que nos hemos quedado sin trabajo. Me han llegado una cantidad de mensajes diciéndome que me felicitan. Soy una joven que está buscando cómo salir adelante, porque tengo sueños y metas por cumplir”, asegura.

Crisis «saca de la comodidad»

Contrario a lo que podría creerse, cientos de emprendedores han iniciado sus negocios en medio de un escenario incierto para Nicaragua desde que estallaron las protestas en abril, donde miles de nicaragüenses han salido a las calles exigiendo la renuncia del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo. Algunos de ellos se quedaron sin empleo, debido a recortes de personal, mientras que a otros les tocó enfrentarse a este panorama apenas iniciando un proyecto. No obstante, el miedo a invertir en medio de un escenario como el que vive Nicaragua persiste.

“Me da miedo invertir dinero porque siento que, a como está el panorama, me podría ir mal. Yo quisiera montar un cafetín, pero al ver que muchos locales han tenido que cerrar, o han fracasado, prefiero esperar”, explica Georgina.

Lo cierto es que en tiempos crisis, los emprendedores nicas se las han ingeniado para sobrellevar el desempleo, la incertidumbre y las ventas semiparadas de los últimos meses.

Otro de los negocios que han surgido en los últimos meses es Aiza’s Clothes, una tienda de ropa confeccionada por mujeres afectadas por la falta de empleos. Su propietaria, Brigitte Fonseca, es una estudiante de Ingeniería Industrial de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) que decidió “aprovechar” su tiempo libre —ante el paro estudiantil en las universidades— para abrir su negocio.

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Brigitte Fonseca, fundadora de Aiza’s Clothes. Franklin Villavicencio | Niú

“Desde antes que esto empezara siempre tenía la idea emprender. Primero probé con vender zapatos, luego comida y ahora emprendí este proyecto con cuatro mujeres vecinas mías que se dedican a la costura y que debido a la crisis quedaron con menores volúmenes de ventas”, asegura. Para su fundadora, este es uno de los elementos diferenciadores entre su marca y otras que están en el mercado.

Brigitte inició su negocio con un capital de 300 dólares: eran sus ahorros destinados para los gastos de graduación, pero al estar suspendidas las clases los decidió utilizar para iniciar este proyecto. Con dicho monto compró las primeras telas, diseñó la presentación del producto y pagó los sueldos de las confeccionistas. Desde entonces, el negocio se ha mantenido a flote, “al menos para pagar los costos de producción”. No obstante, no ha habido retorno de inversión.

“Una de las cosas que me impulsó a hacer esto fue una charla sobre cómo el fracaso y la crisis te puede llevar y te debe impulsar a realizar esas cosas que antes te daban miedo hacer.  Si nos quedamos esperando a que todo esto pase, no sabemos cuándo va a pasar. No podía seguir sin hacer nada en mi casa”, asevera.

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Las camisas de Aiza´s son confeccionadas por mujeres afectadas por la crisis económica. Franklin Villavicencio | Niú

Las camisas de Aiza’s Clothes tienen un costo de 13.50 dólares. La primera colección de 40 prendas se agotó en el primer mes y ahora Brigitte Fonseca está diseñando una segunda colección “tropical”.

“Creo que la crisis me llevó a montar mi propio negocio, y al final surgió esto que fue algo positivo. He aprendido mucho en el camino. Si esto no me hubiese impulsado a actuar, estaría aún en mi zona de confort”, reflexiona Fonseca.

Crisis «impulsa a innovar»

Gorilla Froz es un camión de comida rápida vegetariana cuyo principal público son estudiantes universitarios. Al menos así lo habían concebido sus creadores, Hafezt Romero y Priscila Rosales, antes de las protestas de abril. Para entonces, la mayoría de las universidades de Managua habían suspendido sus actividades sus actividades académicas.

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Gorilla Froz es un camión de comida rápida vegetariana cuyo público eran estudiantes universitarios. Por la crisis se vieron obligados a cambiar el público de su negocio. Franklin Villavicencio | Niú

“Hicimos de hecho un estudio de mercado, donde vimos en los universitarios nuestro principal público. Nuestro plan era movernos por la zona de la Universidad Centroamericana y la Universidad de Nacional Ingeniería. De hecho, nuestro plan era iniciar en abril, pero, como todos sabemos, no pudimos”, explica Hafezt.

Sin embargo, la situación del país no los detuvo: “Le dije a Priscila, mi hermana, que para ver los resultados nos teníamos que lanzar y así fue como desde julio comenzamos a introducirnos en un nuevo mercado”, agrega.

La zona de la Avenida Universitaria no permanece transitada como lo estaba hace cinco meses. Poco a poco los vendedores ambulantes que mantenían sus negocios de pulseras y frescos comienzan a volver nuevamente a las aceras. Desde hace meses ellos también se habían quedado sin su principal público: los universitarios que a diario recorrían la zona.

La “capacidad de adaptación” es una característica que los emprendedores de Gorilla Froz tomaron en cuenta al verse sin su principal público. Por esta razón, decidieron crear promociones para taxistas y ciclistas, que consiste en un “mini panini” y un fresco natural, todo el combo a 50 córdobas.

Pese a que este año Gorilla Froz inició a vender comida rápida vegetariana, la idea del proyecto lleva incubándose desde hace dos años. Hafezt y Priscila invirtieron durante meses para condicionar el food truck y convertirlo en un bar móvil. Antes de la oferta de comida, los hermanos vendían cócteles en eventos por contratación.

De hecho, esa era la meta para este año: diversificar el producto y ofrecer bocados orgánicos en medio de un amplio mercado de comida rápida. Pero la idea no solo se quedaba hasta ahí, estos emprendedores deseaban crear el mínimo impacto ambiental y eliminar los recipientes plásticos —como las pajillas—, pero Hafezt y Priscila consideran que este tipo de medidas son mejor aceptadas por los jóvenes.

“Siempre mantenemos nuestro perfil, sabiendo que el mercado al que apostamos no está acá. Los estudiantes se interesan por el cuido del medioambiente y por comer más sano. Al final, tratamos de abarcar a todos los mercados y ese es el reto al que nos enfrentamos actualmente”, comentan los jóvenes emprendedores.


Priscila y Hafezt se muestran positivos y contentos con su nuevo proyecto. Admiten que todo inicio es difícil y recomiendan que, ante esta situación, lo “esencial” es trazarse metas a corto plazo y cumplirlas: «El movimiento de estos meses es lo que decidirá hacia dónde vamos, aunque sí tenemos una visión de que esto solo es un proceso largo”, manifiesta Priscila Rosales.

¿Cómo emprender y no morir en el intento?

Algunos especialistas en emprendedurismo, como Sara Lila Cordero, admiten que no hay una lista de pasos «única» para sobrellevar una crisis económica, pues cada modelo de negocio tiene sus propias “particularidades”. No obstante, Cordero recomienda “pensar en grande”, y sobre todo tener ideas innovadoras.

“Hay tres puntos básicos que siempre recomiendo: tener inteligencia emocional, estar dispuesto a reinventarte, y maximizar tus recursos; es decir, saber explotar lo que tenés de una mejor forma”, explica.

Otros expertos también recomiendan “ser sensibles al contexto” del actual mercado laboral y, sobre todo, ser “empáticos” con la situación que atraviesa el país. Por su parte, José Bolaños, asesor en liderazgo, explicó en una charla del programa Emprendiendo 360° llevada en Chureca Chic, que se debe “emprender sin ataduras y descubrir los propósitos personales».


¿Conocés de otros negocios de emprendedores que han surgido en medio de la crisis? ¡Contanos!

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