Este texto debería iniciar conmigo explicándoles cómo mi infancia fue influenciada por Star Wars. Pero no. De hecho, sabía muy poco sobre la trama hasta hace dos semanas. Star Wars es una de las sagas cinematográficas más conocidas y queridas del mundo. Son películas de culto que han marcado a muchas generaciones desde hace más de 40 años y siguen emocionando a sus fanáticos cuando material nuevo aparece en la pantalla grande. Algo que yo siempre evité. Entonces, ¿cómo es que estoy obsesionada con ellas?
Aunque nunca hayas visto las cintas, es casi imposible no conocer de qué tratan. Star Wars es, sin duda, uno de los temas más notables en la cultura popular. Sabía que Darth Vader era un tipo loco que se vestía de negro, que la princesa Leia tenía un peinado extraño y que eran enemigos.
Desde 2015, que salió el Capítulo VII, después de diez años de descanso de la Fuerza, he pasado ignorando todo tipo de noticias, publicidad o amigos que no paraban de hablar sobre la continuación de la historia, y aunque me trataban de convencer que Star Wars podría gustarme, los evadía.
Así ignoraron a George Lucas de 27 años, creador de la franquicia, más de 20 estudios de cine a finales de los 70. En una industria donde la ciencia ficción era burda y exclusiva para niños, la idea de hacer una película sobre épicas batallas galácticas era descabellada.
Los ejecutivos de la empresa que finalmente le dieron la oportunidad de desarrollar su concepto, estaban completamente seguros que la película iba a ser un fracaso. A casi 41 años de su estreno, seguimos hablando de este supuesto «eminente fracaso».
La actitud de los ejecutivos era como la mía hace dos semanas al mirar Star Wars: The Last Jedi. Pensaba que no me gustaría y que había decidido entrar a la sala de cine solo porque no había otra película más para ver y porque estaba acompañada de alguien a quien quiero mucho, que es un gran fanático de la saga.
Sin embargo, dos horas y 35 minutos después, mis expectativas estaban lejos de la realidad y mi escepticismo estaba muerto, como Dooku. Lo mismo le pasó a Fox cuando vio las ganancias que dejó la primera cinta de la saga en 1977.
The Last Jedi fue una epifanía para mí. Una película llena de sorpresas, empoderamiento femenino -con personajes fuertes como Leia, Rey, Paige, Holdo, Phasma y Rose- y un montón de actitudes y frases profundas, que simplemente me marcaron. Había nacido una fanática de Star Wars.
En Rotten Tomatoes, un sitio web dedicado a la revisión de series y películas, los fanáticos y los críticos no se logran poner de acuerdo con esta última película. Los especialistas la califican con 90 por ciento y los fans con 50 por ciento.
Considero que The Last Jedi está atrayendo a los más jóvenes que no vimos las precuelas que salieron entre 1999 y 2005 (los que nacimos en esos años tenemos entre 19 y 13 años).
Es una forma de dejar el legado a una nueva generación, que seguirá amando a esta franquicia intergaláctica. Y lo lograron. En el cine estaban muchos niños asombrados y felices por lo que acababan de ver. También estaba yo, deseando llegar a casa para tener un maratón de películas. Y así lo hice el primero de enero desde la una de la mañana.
Entonces… ¿Por qué Star Wars es tan exitosa?
Hasta la fecha, la saga ha recaudado más de 6 mil millones de dólares (sin contar las ganancias de The Last Jedi) y es una de las más taquilleras de la historia, eso sin contar todo el dinero obtenido de la venta de las mercancías relacionadas a la marca. Existen personas que dedican su vida a coleccionar todo tipo de figuras vinculadas con su universo y hay otros que deciden nombrar a sus hijos como «Ben», «Luke» o «Leia». Pero… ¿por qué?
Para explicar esto, tenemos que retroceder más de 40 años, cuando los efectos especiales eran utópicos y las películas populares de la época retrataban historias políticas, incitadas por el contexto de ese momento (final de la guerra de Vietnam). Star Wars contaba una historia totalmente novedosa, revolucionaria.
La saga no solo presentaba personajes increíbles como la Princesa Leia, una de las primeras heroínas femeninas del cine, R2-D2, un robot carismático que se ganó el corazón de los espectadores o Darth Vader, un villano mercenario con un pasado turbio. Tampoco es una trilogía de películas llenas de extraterrestres y droides adorables como los Ewok o BB-8. Detrás, hay un significado más profundo.
Su trama, revela, al menos para mí, que la línea divisora entre el bien el mal es muy delgada y que depende de nosotros seguir en el camino correcto o dejarse influenciar por la negatividad y el odio.
La filosofía Jedi está influenciada por religiones reales como el budismo y el cristianismo. Habla de una «fuerza enigmática» que te impulsa a controlar tus sentimientos y a discernir entre el bien y el mal. Yoda, uno de los Maestros Jedi más poderosos de la galaxia y el más sabio de todos, decía frases como:
«La muerte es una parte natural de la vida. Alégrate por aquellos que te rodean y que se transforman en la Fuerza. Lágrimas no les des. Echarlos de menos no debes. El apego conduce a la envidia. La sombra de la codicia, eso es».
Además, las batallas finales te enseñan que el trabajo en equipo es la clave para la victoria, también que el aspecto exterior de alguien no determina su valor, y que en el campo de batalla (y en la vida cotidiana) las mujeres tienen la capacidad para ser grandes heroínas.
Si todavía tienen dudas, la música de Star Wars también es emblemática y probablemente después de escucharla la tendrán en la mente por más de una semana. Finalmente, nadie puede negar lo increíble que son las batallas con los sables de luz (aún más cuando le cortan la mano a algún Skywalker).
No dudo que cuando la vean, entrarán a este lado (no sé si sea el oscuro). Y hasta entonces… ¡qué la fuerza los acompañe!
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