*B *A *S *T *A deletrearon las estrellas en los cielos de Nicaragua la noche del 19 de abril, 2018. “¡BASTA!”- gritó el pueblo azul y blanco. “¡Basta!”- exclamó el corazón de Alvarito. “¡Basta!” pensó la joven que tiró la piedra al policía, «¡Basta!», dijeron los pies incansables de don Alex Vanegas. “¡Basta!”, dijeron los valientes periodistas que no dejaron de proclamar la verdad. “¡Basta!” fue la onomatopeya que salió en vez de “¡Bam!” cuando el joven le dio el sillazo al cobarde policía que golpeaba con furor a otro joven de las marchas. Basta de robar, matar, reprimir, condenar injustamente, y también agrego un “basta” de elegir intempestivamente a los presidentes y líderes políticos de Nicaragua. El pueblo es el empleador, por ende, debe ser acucioso, selectivo, y delegar la gerencia del país a los individuos adecuados.
Haciendo una lectura a muchos de los líderes de los últimos 30 años, se concluye que éstos parecen ser personajes salidos de Cool World en su extravagancia caricaturesca o bien figurines de papel del video Take On Me que sólo entretienen por un tiempo, pero al final no aportan en absoluto a la edificación del pueblo. Por tanto, está latente la apremiante necesidad de contratar líderes que cambien de una vez el rumbo de la nación. Hombres y mujeres de valor, ¿dónde están?
Difícil de creer y cuesta aceptarlo, pero dentro de Nicaragua si puede salir algo bueno. Me atrevo a decir tal aseveración no por ser antipatriota, pero en realidad hasta la gente que se ve más culturizada en este país suele ser jincha o en otro contexto servil, corrupto, ladrón, o saqueador de los pobres. Entiendo que por otro lado existen individuos esforzados que son la antítesis de éstos, pero, ¿quién puede estar capacitado para gerenciar Nicaragua? (Vuelvo a terminar con otra interrogante).
Sin duda necesitamos sangre nueva y joven, pero no necesariamente tan joven que sólo por un bagaje emocional de ansias por liberar la patria, se les coloque en los curules o en la presidencia. Se requiere una combinación de voluntad nacional, pasión, y humildad. Este individuo no sólo tiene que creer en liberar a Nicaragua, tiene que dejar trozos de su alma pendiendo de en cada uno de los departamentos del territorio.
La presidencia debe ser así de exigente, es un rol excepcional, un privilegio, algo que se debe reservar sólo a aquellos que tengan esto que mencionamos más una formación académica sólida, apuntalando casi a la perfección, un alma mater de gran reputación, y experiencia en lidiar con asuntos económicos, sociales, y políticos; alguien graduado con honores, distinguido del montón, con afiliaciones fuertes, y con un testimonio ejemplar y comprobado de liderazgo, moral, ética, y diplomacia.
Podría sonar algo superficial y alguien podría decir “nada, aunque venga de un colegio o universidad pública puede ser alguien ejemplar, no discrimines”. No es eso, las cosas tienen un orden y si bien somos iguales ante los ojos de Dios y biológicamente tenemos los mismos funcionamientos, unos se esfuerzan y destellan más que otros, y marcan una gran diferencia, creando tendencia, otros son más de permanecer en su zona de comfort, y muchos simplemente le han encontrado sabor a la m…miel del día a día, y ahí quedan estancados. Ese es mi punto.
La tarea de escoger al próximo ciudadano en jefe supremo, gerente de la nación, debe seguir los siguientes lineamientos:
- Nicaragua debe maximizar sus posibilidades de éxito para salir de la pobreza extrema y de la trampa del caudillismo al igual que minimizar el riesgo de llegar a una dictadura mediante la búsqueda exhaustiva que comprenda y responda a las necesidades particulares y culturales de la nación.
- El proceso debe ser bien estructurado y la comunicación a los medios debe ser constante para mantener informado al pueblo.
- Este proceso también debe crear consciencia para el candidato a que conozca las expectativas, las necesidades más sentidas de país, los diversos grupos, desafíos, y oportunidades que ofrece la posición. Un candidato bien informado y un pueblo acogedor al liderazgo de este pueden coadyuvar al desarrollo del país.
- La búsqueda adecuada de un presidente también es una oportunidad para otros actores involucrados (poderes del estado) de poner sobre la mesa las necesidades en sus Unidades con el objetivo de subsanar todo el daño que se ha hecho a Nicaragua desde estos lugares de trabajo.
- El presidente electo debe ser firme en la desarticulación de los poderes del Estado como tal, y regresarles su autonomía, al igual que es un deber del titular abolir el Ejército de Nicaragua y reorganizar el cuerpo Policial, esto significa enjuiciar a todos los que se prestaron para la masacre de abril y meses subsiguientes.
Finalmente, el jefe supremo de la nación, aquel nicaragüense que nos represente con honor y beneficencia debe contar con los siguientes hábitos:
- Atento al detalle: las necesidades del pueblo son casi incontables, aún más después de la crisis de abril, por tanto, debe ser atento a cada una de éstas. No será tarea fácil.
- Perspectiva optimista: además de soñador este personaje de contar con las herramientas y los elementos para realizar los sueños de Nicaragua.
- Audaz: dice el viejo refrán el mundo es de los audaces, por tanto, esta persona debe tener claro que la audacia es una condición sine qua non para fungir como presidente.
- Ecuánime y con inteligencia emocional: regreso con basta, basta ya de caudillos violentos, delicados como el azúcar que medio les tocan y se desmoronan. Se requiere un presidente con temple de acero, ejemplar, que nuestros hijos quieran imitar esos atributos cuando sean grandes.
- Lector: los hombres más inteligentes y desafiantes de la historia, eran hombres de lectura. Un viejo refrán dice “el que lee, voltea con facilidad las hojas del alma en su enemigo”. Sin más que agregar.
- Persistente: no queremos una persona que al son de los caites tire la toalla. Se requiere la persistencia que ha hecho millonarios a Donald Trump, Chris Gardner, Jeff Bezos, y otros. Vale más aclarar que es para llenar a Nicaragua de riqueza espiritual y material. Por un lado, ser persistente en cambiar la cosmovisión del nica conformista y resentido que culpa a Raymundo y todo el mundo por su situación. Debe sacar a esta población de ese pensamiento fatalista que sólo nos mantiene en la pobreza, y esto conllevará al desborde en riquezas materiales. Es una ley que opera en el mundo, el que se esfuerza y es valiente, entra a la tierra prometida.
Basta de darle las riendas al inepto caza monos, guerrillero de ideología barata, con manos olor a pólvora y aliento a cususa, y quien eventualmente se vuelve un opresor, una bestia de fauces espumeantes de deshonra y cólera que, al no poder sacar más de la médula de un pueblo noble y luchador, asesinan y encarcelan estudiantes y le hacen la vida más cara mediante reformas fiscales al padre y madre nicaragüense que dejan su rabadilla en las calles por poner un plato en la mesa.
Mas no desfallecer es la recomendación en estos tiempos aciagos, ya hay alguien que ha visto la tierra prometida, que no teme al hombre y sólo a Dios, y que quizás no entre a esa tierra, pero con un corazón y liderazgo de león rugiente nos llevará a ella. La cuenta regresiva ha comenzado.