En diez años, los estudios Marvel conquistaron la taquilla popular. Tardaron la misma cantidad de tiempo en estrenar una película anclada en una protagonista femenina. El ‘momentum’ que ha ganado la lucha por mejorar la representatividad de la mujer en la industria cinematográfica tiene un efecto secundario: hacer lo correcto también es una estrategia de relaciones públicas. La película que ahora vemos no es solo la “historia de origen” de una superheroína, sino también la de toda la saga de “Los Vengadores”, que culminará con el estreno de “Avengers: Endgame”, programado para finales de abril. Marvel parece estarnos diciendo: “Las mujeres nos importan tanto, que nuestro gran arco narrativo depende de una”.
Buen intento, Marvel, pero los números hablan por sí mismos. En 20 películas, los personajes se han mantenido como intereses románticos del héroe o aliados secundarios. Después que Scarlett Johansson apareciera como Viuda Negra en “The Avengers” (Joss Whedon, 2012), volaron los rumores sobre una película dedicada a su personaje, pero esta nunca se materializó. Hay algo de oportunismo en el tardío despertar del feminismo Marvel, especialmente si consideramos que DC Comics se les adelantó con “Wonder Woman” (Patty Jenkins, 2017). La empresa más astuta llega tarde al activismo.
La acción arranca en el planeta Hala, capital del imperio Kree. Vers (Brie Larson) es una joven recluta de la fuerza estelar, experimentando extraños sueños recurrentes, en los cuales se ve involucrada en un accidente aéreo con una mujer desconocida (Annette Bening). Ella no lo sabe, pero nosotros podemos reconocer el planeta Tierra como escenario. Su mentor, Yon-Rogg (Jude Law), la convence de concentrarse en su entrenamiento. Después de todo, su primera misión está a la vuelta de la esquina: un grupo de guerreros debe rescatar a un espía prisionero de los Skrulls, una raza de seres capaces de cambiar de forma.
He sido deliberadamente vago porque el valor de entretenimiento de la película depende totalmente de seguir los giros de la trama. A estas alturas, los filmes de Marvel no pueden disimular su cualidad genérica. Parecen —y son— producidos por una línea de ensamblaje, que anula las cualidades de los directores reclutados para presionar los botones de la máquina. En este caso, se trata del dúo conformado por Anna Boden y Ryan Fleck. La pareja ha alcanzado éxito en el cine independiente con “Half-Nelson” (2006), un drama de adicción que le trajo su primera nominación al Óscar a Ryan Gosling. “Sugar” (2008) es una de las mejores películas sobre deportistas latinos migrando a Norteamérica. El único vestigio del talento que produjo esos dos filmes está en las escenas dramáticas que separan las secuencias de acción y brindan algo de textura emocional.
Visualmente, “Capitana Marvel” tiene un acabado lúgubre, que contrasta con la exuberancia de la reciente “Black Panther” (Ryan Coogler, 2018). A pesar de traficar en el plano de lo fantástico, la apariencia es antiséptica. Cada vez más, los Vengadores se la pasan en laboratorios o fríos edificios de metal y vidrio, como si los dioses cambiaran el Olimpo por un complejo de oficinas. Incluso en las escenas de Hala, la imagen es plana y monocromática. La escaramuza en el planeta de los Skrulls bien podría estar teniendo lugar en medio de una tormenta de polvo. La ciudad de Los Ángeles de 1995 se ve yerma y banal.
Ubicar la acción en los 90 permite explotar la nostalgia. Carol aterriza como un proyectil en Blockbuster, una tienda de alquiler de videos en VHS. Cuando busca equipos de comunicación, la dirigen a Radio Shack —marca ahora extinta en Estados Unidos—. La banda sonora está repleta de cantantes y grupos liderados por mujeres durante esa época. Para los fanáticos del “Universo Marvel”, esto se convierte en una oportunidad de reencontrarse con personajes entrañables que han abandonado el gran arco narrativo —Hola, agente Coulson (Clark Gregg)—; así como encontrar respuestas para preguntas que no le interesan a nadie fuera de este grupo —¿Cómo quedó tuerto Nick Fury? ¿Por qué los Vengadores se llaman…Vengadores? ¿El mundo necesita saber esto?—. Estas trivialidades ayudan a apaciguar a algunos fans masculinos que pueden resentir el protagonismo de una mujer. Basta repasar las redes sociales para encontrar vitriólicos llamados a un boicot. La controversia no podría sucederle a una película más inofensiva. El tímido y tardío paso de Marvel hacia el feminismo es francamente modesto.
“Capitana Marvel”
(Captain Marvel)
Dirección: Anna Boden y Ryan Fleck
Duración: 2 horas, 3 minutos aprox.
Clasificación: ⭐⭐⭐ (Recomendada con ciertas reservas)