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Si sos de los que tiene la licuadora bien guardadita, aguantando polvo o humedad, necesitás darle una nueva vida con estas cremas que te voy a recomendar.

No solo son buenas por como saben, sino por tres razones más:

1. Te permiten utilizar vegetales en proceso de marchitarse, OJO, no descompuestos. Aquellos que se están ablandando o perdiendo su brillo, son ideales para pasarlos por las hojillas.
2. Te resuelven porciones de vegetales de maneras prácticas y sanas que no son ensaladas.
3. Son practiquísimas porque las puedes congelar y recalentar cuando estés de antojo.

Crema de remolachas:

2 a 4 porciones

Ingredientes:
2 remolachas grandes, cortadas en cubos de similar tamaño.
1 cebolla grande troceada.
1 chile dulce o pimentón rojo troceado.
1 cucharada de mantequilla, ojalá de una finca local.
1 pizca de anís en polvo o 1 taza de hinojo (verdes y blanco) en trozos.
Sal al gusto.
Caldo de pollo en cantidad necesaria.
Opcional: queso ricotta, crema dulce, queso cottage, queso crema casero. Todos estos, idealmente, de una finca local.

Preparación:

Primero, cociná en agua salada la remolacha, empezando en agua fría; o hacela al vapor. Mientras se ablanda lo suficiente, hacé un sofrito con la mantequilla, la cebolla, el chile dulce y el hinojo o anís. Esto lo lográs colocando todo en un sartén a fuego medio y revolviendo constantemente. Sazoná con sal y continúa revolviendo hasta “sudar” los vegetales. Agregá la remolacha ya cocida en la licuadora, ponele el sofrito, el caldo y, de manera opcional, el lácteo que elegiste para hacerlo cremoso. Yo tenía algo de queso ricotta a mano, no le puse ni media taza. Licuá hasta lograr consistencia homogénea.

Crema verde:

1 porción

Dos puñados bien grandes de hojas verdes que puedas cocinar sudándolas (es decir, olvídate de la lechuga). Lo sé, esta no es una medida científica pero créeme que va a funcionar. Yo llené completamente la olla sopera con kale y hojas de remolacha. Te sirve la acelga, la espinaca, el chicasquil sin sus venas (Costa Rica) y bok choy. En total, eran unas 30 hojas.

Ingredientes:
1 taza de brócoli picado, con todo y tallos.
1 cebolla mediana en dados.
1 cucharada de queso crema.
1 cucharada de mantequilla o ghee.
Sal al gusto.
Agua en cantidad necesaria.

Preparación:

Calentá una olla sopera a fuego medio. Sofreí la cebolla en media cucharada de mantequilla. Revolvé bien. Agregá las hojas y ve incorporándolas con la cebolla y la grasa. Añadí una pizca de sal. El calor y la sal harán que las hojas suelten sus líquidos y “suden”. El volumen se reducirá considerablemente (por eso los dos puñados grandes no eran exageración). Cuando ya las hojas estén completamente -digamos- marchitas, agrega el brócoli, la mantequilla restante y el queso crema; y revuelve un par de minutos más. Poné todo en una licuadora y procesá agregando agua lentamente hasta que llegués a la consistencia que querás.

Crema de ayote

3 – 4 personas

Ingredientes:
500 gramos de ayote cortado en trozos grandes, sin cáscara y sin semillas
3 cucharadas de mantequilla
Sal al gusto
Caldo de pollo o de vegetales suficiente para cubrir el fondo de la olla donde cocines el ayote.
2 hojas de salvia
2 hojas de albahaca
Opcional: ¼ de taza de natilla criolla o queso ricotta.

Preparación:

En una olla grande, colocá todos los ingredientes probando que el agua (si no es caldo) quede ligeramente salada. Cociná tapado a fuego medio bajo por 30 minutos o hasta que el ayote se deshaga al pincharlo con un tenedor. Procurá que no haya mucho líquido en la olla sino que apenas cubra y exceda el fondo para que la crema no te quede aguada al final. Procesá todo en una licuadora cuidando de accionarla con la mano puesta en la tapa, cubierta por una toalla o trapo de cocina. Esto es para evitar que por el calor, la presión expulse el líquido caliente del vaso. Para una consistencia más cremosa y menos ligera, agregá en la licuadora la natilla o el queso ricotta. Podés acompañar con queso rallado pero particularmente creo que sabe mejor sola.

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