Hasta antes del decreto del Gobierno de España estuve en mi trabajo que consiste en estar de cara al público. Entre el personal, comentábamos que había mucha paranoia en cómo la gente dejaba desabastecidos los supermercados, que debíamos tener mucha calma.
La preocupación llegó cuando nos avisó la empresa que cerraba por 15 días, nos debíamos plegar a las medidas restrictivas anunciadas. Así, llevo dos días encerrada en casa tratando, un tanto angustiada, de llevar la incertidumbre de qué pasará con mi puesto de trabajo. Lo único que me calma a veces, es el sonido de las olas del mar que a ratos está bravo y después se calma. Así espero que esta pandemia se controle de una buena vez.
Una cosa que me ha impresionado es ver pasar cada 15 o 20 minutos patrullas de Policía vigilando que ningún establecimiento de ocio esté abierto. Calles desoladas. Me recuerda que aunque estemos en nuestras casas confinados, a la España vaciada, esas regiones que se han visto afectadas por movimientos migratorios de gran calado desde las zonas rurales hasta las grandes ciudades.
Paralelo a ello, pregunto día sí y día también, a mi familia dispersa en distintos países si están adoptando medidas de prevención para no contraer la enfermedad. Quienes están en Nicaragua, me dicen que el régimen «se lava las manos» en no brindar información y no anunciar emergencia sanitaria a sabiendas que en países vecinos ya hay brotes del coronavirus. Están alertas. Me han preguntado si estoy bien, les digo que sí, que el sistema de salud pública español es excelente y que obedecemos el consejo de quedarnos en casa. Le he dicho a mi hermana menor que se proteja y proteja a los abuelos por el hecho de pertenecer al grupo de población con mayor riesgo ante el coronavirus. En este confinamiento seguimos y seguiremos hasta nuevo aviso.
*Este texto es parte de la serie CróNicas, publicada en la Revista Niú, a partir de este 16 de marzo, sobre las experiencias y reflexiones de cómo los nicaragüenses en España viven las medidas de confinamiento tomadas por el Gobierno español. Te invitamos leer más testimonios en este enlace.