Las muñecas, carros, casas o teléfonos de juguetes con Wifi, también pueden exponer la seguridad de tus hijos en línea sin que te des cuenta. Es cierto que todos en algún momento hemos pensado que las recomendaciones de seguridad y contratos que las empresas incluyen en sus cajas no son importantes, pero al menos deberíamos darles una leída.
Muchos de estos juguetes que se conectan a Internet pueden ser vulnerables a ataques, y eso es tanto problema como el hecho de que muchas empresas recopilan información de los niños.
Ahora bien, eso puede parecer algo sin mucha importancia. Pero aquí hay dos cosas qué considerar:
- La primera es que la información recopilada puede ayudar a mejorar el desempeño o características de los juguetes.
- La segunda y más importante, es que muchas empresas deciden de forma discrecional venderle esta información a terceros en Internet y ese es el problema principal.
La voz de tu hijo puede terminar en malas manos en Internet. Y hoy en día uno nunca sabe lo que puede pasar con esa información.
La web Wich? advirtió que los juguetes conectados vía Bluetooth o Wifi, tienen serias vulnerabilidades que permitirían a un hacker, por ejemplo, tomar el control de voz y comunicarse directamente con los menores de edad.
El asunto es que muchas empresas no se toman la molestia de crear protocolos de seguridad en estos juguetes como ocurre en otros aparatos más complejos y solo el hecho de estar conectados a Internet supone un enorme riesgo.
También los monitores y cámaras
En Nicaragua sabemos que muchos padres han optado por monitores de seguridad para mantener a sus hijos en habitaciones separadas.
Los monitores de igual manera pueden ser blanco de un hackeo aunque usen una conexión de unos 10 metros, y mucho más si no nos tomamos la molestia de leer las indicaciones que vienen con el aparato que pueden darnos ideas de cómo protegernos.
De hecho las cámaras de seguridad también podrían representar riesgo de seguridad. Algunas marcas indican que toda la información que recopilan se almacena en servidores privados para su uso con terceros. Si ven este tipo de advertencia, mejor no compren.
Aunque otras no indican en la caja de sus aparatos lo que hacen con tu información privada, pero lo agregan en futuras actualizaciones de su sistema. Así que con cada actualización, es bueno volver a revisar la política de privacidad que estamos aceptando.
Está de más decir que muchos de estos aparatos ya se venden en el mercado local y si no lo sabías, es mejor que revisés las recomendaciones y cambiés tu monitor o cámara de ser necesario.
Cómo protegerse
- Contraseña. Lo primero es que si los juguetes traen alguna contraseña la cambiés inmediatamente. Las de “123” no son fuertes, así que por la seguridad de tu hijo, sería bueno buscar una más compleja.
- Software. Actualizá constantemente el software del aparato, al menos cada vez que lo pida. Los fabricantes suelen fortalecer la seguridad cuando se detecta alguna vulnerabilidad y lo mejor es instalar esto inmediatamente.
- Manual digital. Es importante que si el monitor o cámara los compraste de segunda mano busqués el manual de la empresa que lo fabricó para así entender a qué te estás enfrentando. Estos pueden ser encontrados en línea, en la página de la empresa o las tiendas que los comercializan.
- Comentarios. Otra buena forma de saber si estamos seguros es ver los comentarios de otros padres de familia en las tiendas en línea o en lugares donde se hacen revisiones (reviews) para conocer más a fondo la experiencia de personas que ya hayan probado los aparatos.
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