En pantalla
La película "No Time To Die", se siente distintiva cuando explora la tensión entre la normalidad y lo aberrante del modo de vida de los personajes.
Daniel Craig interpretó al legendario James Bond en cinco películas producidas a lo largo de 15 años. Su última incursión es “No Time to Die”, una despedida que se siente tardía.
Tras sobrevivir a las maquinaciones de Blofeld (Christoph Waltz), James y Madeleine Swan (Léa Seydoux) viajan a Matera, Italia, para reconciliarse con el pasado e iniciar un futuro juntos. Un atentado siembra la duda entre los amantes, y James termina solo, retirado en Jamaica. Hasta ahí llega a buscarlo el agente de la CIA Félix Leitner (Jeffrey Wright). Necesita ayuda para rescatar al científico Valdo Obrucheck (David Dencik). El empleado de un programa secreto financiado de la inteligencia británica ha sido secuestrado. En juego está una poderosa arma biológica que puede poner al mundo de rodillas.
Pero hay mucho más. Con casi tres horas de duración, “No Time to Die” es la película más larga en la serie. Los productores quieren sacarle el jugo a la última aparición de Craig. También, la norma del cine taquillero contemporáneo es darle al espectador más valor por su dinero. Entiéndase, más tiempo disfrutando del aire acondicionado del cine.
La película arranca de una manera inusual en la franquicia. La escena previa a los créditos, suele ser una acrobática escena de acción introducida ‘in media res’. Aquí, empezamos con un extenso ‘flashback’ que nos pone al día con los traumas de Madeleine, e introduce al villano de turno. Su nombre es Lyutsyfer Safin (Rami Malek).
Venimos al mundo de 007 justo por sus convencionalismos. La mayoría sigue presente: las armas extrañas, las locaciones exóticas, los villanos estrafalarios, la canción temática interpretada por la estrella del momento (en este caso, Billie Eilish). El sexismo fue filtrado, con todo y los nombres libidinosos para las “chicas Bond”. Este ciclo enfrentó el desafío de criticar al personaje a la luz de la evolución de nuestras actitudes frente al machismo, el colonialismo, y otros fenómenos que anclan las historias de Ian Fleming a una época específica.
Lo mejor de la película es una secuencia que contenida en sí misma, está a la altura de lo mejor de la serie. En Cuba, James se une a una agente llamada Paloma (Ana de Armas) para infiltrarse en una fiesta y rescatar al científico. Un ruinoso hotel de lujo, de los que abundan en La Habana Vieja, es un escenario perfecto para el espectacular combate. Armas y Craig, veteranos de “Knives Out” (Rian Johnson, 2019), tienen buena química y operan como iguales. Acaso ella merezca más crédito, porque lo hace todo en tacones altos y vistiendo un traje de gala. Es cómica y letal, y cuando desaparece, se lleva la chispa consigo.
“Casino Royale” (Martin Campbell, 2006) es, en retrospectiva, lo mejor de la era Craig. Encontró novedad en reconocer la brutalidad del personaje y sus hazañas. Con el tiempo, esa característica abrasiva se diluyó, dando paso a la preocupación por la obsolescencia de Bond. Aquí, hasta el código 007 es concedido a otra agente, Nomi (Lashana Lynch). Cuando no está ajusticiando enemigos con armas de fuego o vehículos automotores, Craig infunde una nota melancólica en su actuación, que apunta a algo complicado e interesante. El personaje, y el actor, están muy viejos para esto. Pero no hay tiempo para explorar esa sensación.
La película se siente distintiva cuando explora la tensión entre la normalidad y lo aberrante del modo de vida de los personajes. Tome nota de la escena en que Q (Ben Whishaw) trata de preparar una cena romántica en su casa, solo para ver sus planes descarrilados por la aparición de Bond y Moneypenny (Naomi Harris) con una tarea apremiante. La conexión emocional con el espectador viene porque en un nivel, estamos ante comedias sobre un lugar de trabajo y los colegas que laboran juntos. Pero claro, el trabajo es salvar al mundo, luchando contra un supervillano. O dos, o tres.
El director Cary Joji Fukunaga mantiene la máquina en movimiento. La producción es de primera línea, y se luce en pantalla grande, pero el extenso metraje le pasa la factura. Craig podrá retirarse, pero las reglas de explotación de propiedades intelectuales demandan que nunca nada que pueda producir dinero se termine realmente. “James Bond regresará”, dice un texto al final de los créditos. Me pregunto si es absolutamente necesario.
“Sin tiempo para morir”
(No Time To Die)
Dirección: Cary Joji Fukunaga
Duración: 2 horas, 43 minutos
Clasificación: * * * (Buena, recomendada con ciertas reservas)