En pantalla
Por primera vez en los 35 años de historia del Festival de Cine de Sundance, la película ganadora del Gran Premio del Jurado se estrena en Nicaragua poco días después de ganar la presea más importante del evento cumbre del cine independiente norteamericano. De hecho, fuimos parte de un estreno mundial. Pero no la verá en la cartelera del cine. Lo espera en la rejilla de programación de Netflix.
La protagonista es Ruth (Melanie Lynskey) una mujer dócil y solitaria. Vive en el noroeste de los EE.UU., donde trabaja como asistente de enfermería. Es notable su disposición sensible, que la hace susceptible a verse atormentada por las microagresiones de la vida diaria: el sujeto que se cuela en su fila del supermercado, el automovilista que no cede paso al peatón, el vecino que lleva su perro a defecar en su patio y no limpia los restos. Básicamente, Ruth encarna el título de la película.
Al menos, hasta que un día, al regresar del trabajo, descubre que su casa ha sido robada. Sus pertenencias quedan revueltas en el piso. Su computadora, y los cubiertos que heredó de su abuela, brillan por su ausencia. La indiferencia de la policía la empuja al límite. Encuentra un aliado en su vecino Tony (Elijah Wood), quien se revela como un alma gemela… con habilidades de ninja. Le vendrán bien, porque están a punto de perderse en una inesperada espiral de violencia.
El novel director Macon Blair une en su película dos tradiciones en el cine independiente norteamericano. “Ya No Me Siento a Gusto…” arranca como una simple comedia costumbrista, escenificada en el corazón de la Norteamérica proletaria. La protagonista sensible y los espacios que habita destilan la actitud de este tipo de película, de manera tan directa que se delata como parodia. Pero una vena latente de humor negro nos conecta con el drama criminal de poca monta, violento y misantrópico. No es una casualidad que los hermanos Joel y Ethan Coen sean una clara influencia en Blair. Su película debut, “Blood Simple” (1984), era un perverso film noir de bajo presupuesto que ganó Sundance la primera vez que otorgaron un premio al cine de ficción – el Festival nació como un evento exclusivo para documentales –.
De los Coen llega el afán caricaturesco que define a los personajes secundarios que Ruth y Tony encuentran en su odisea. El tosco millonario Chris Rumack (Robert Longstreet) y Meredith (Christine Woods), su esposa-trofeo, podrían haber salido de “Raising Arizona” (1987), “The Big Lebowski” (1998) o “Burn After Reading” (2008). Sin embargo, Blair no tiene las inquietudes intelectuales de los Coen. O en el mejor de los casos, este filme primigenio es apenas un primer paso hacia metas más ambiciosas.
El director cae en el facilismo al emplear referencias culturales comunes a su generación. Tome nota del uso irónico de música pop, citando “Bring on the Dancing Horses”, de la banda Echo and the Bunnymen, para una escena en la cual Ruth y Tony asisten a una iglesia. Es más efectiva su invocación del espíritu del grindhouse. El espectador casual puede ver con incredulidad la manera en que la delicada Ruth termina en medio de una aventura tan violenta y grotesca. El espectador que Blair busca sabe que no podría ser de otra manera. La actitud impone una cualidad insular en la comedia.
La actuación de Melanie Lynskey es el elemento capaz de unificar a todos los tipos de público. La actriz, originaria de Nueva Zelandia, es mejor conocida por un papel recurrente en el popular sitcom “Two and a Half Men” (2003-2015). Sin embargo, también es una de las presencias más idiosincráticas del cine independiente angloparlante, desde que Peter Jackson la descubriera a los 16 años en el alucinante drama criminal “Heavenly Creatures” (1992). Lynskey es transparente y emocionalmente generosa. Logra infundir en Ruth la inteligencia necesaria para que el personaje no se convierta en una mosquita muerta, a merced de las circunstancias. Elijah Wood – otro viejo colaborador de Jackson, vía “El Señor de los Anillos” – es un digno compañero de viaje. Juntos, hacen que funcione el elemento romántico. Son artistas clase “A” en una película “serie B”, consciente de su condición y orgullosa de ella.
“Ya no me siento a gusto en este mundo”
(I Don’t Feel at Home in this World Anymore)
Dirección: Macon Blair
Duración: 1 hora, 33 minutos
Clasificación: * * * (Buena)
* Disponible en Netflix.com