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Despacho desde #Sundance 2022: ¡Qué canten los animales!
#Sundance 2022 animales
Collage: Staff Niú

El relato de un drama familiar, una madre incapaz de aceptar a su hija transgénero, un modesto filme de terror y un largometraje sobre la violencia racial, entre las recomendaciones de Juan Carlos Ampié desde el festival.

Abundan las sorpresas en Festivales como este. A veces son buenas, a veces son decepcionantes. Un ejercicio de horror que anticipas resulta ser la pálida sobra de otras películas. Una de tus actrices favoritas pasa tocando la misma nota en un drama de corto alcance. Está bien, es la naturaleza del juego. Pero basta una película indescriptible, que sale como de la nada con vigor visionario, para hacer que todo valga la pena.

En esta entrega, descubra mi favorita en lo que va de Sundance 2022.

When you finish saving the world

El actor Jesse Eisenberg debuta como director y guionista con esta comedia dramática, claramente influenciada por el cine de Noah Baumbach. No es casualidad. A inicios de su carrera, protagonizó “The Squid and The Whale” (2005), como el hijo adolescente de una pareja de intelectuales en crisis matrimonial. En su turno detrás de cámaras, Eisenberg se traslada a Medio Oeste de Estados Unidos. ¡En Indiana también hay blancos progresistas con neurosis dignas de consideración!

La película observa la dinámica tóxica entre una madre y un hijo, conectados con el mundo de maneras diametralmente opuestas. Evelyn (Julianne Moore) es fundadora y administradora de un refugio para mujeres huyendo de abuso doméstico. Su activismo es furibundo, su intelectualidad abrasiva. Su hijo adolescente, Ziggy (Finn Wolfhard) es una pequeña celebridad de las redes sociales, gracias a sus ingenuas canciones estilo “baja fidelidad”. Alienada por la su frivolidad, Evelyn desarrolla una malsana fijación por el hijo de una residente en el refugio. Mientras tanto, Ziggy corteja la aprobación de la muchacha más izquierdosa de su clase. Madre e hijo se buscan en otras personas.

Eisenberg tiene una visión clara y un agudo sentido del lugar y el medio que retrata – la velada de los aprendices de bolcheviques en la que Ziggy participa es hilarante – pero su película se siente al mismo tiempo sobrescrita y demasiado ligera. Hay algo repetitivo en los exabruptos de Evelyn, aunque Moore siempre comanda nuestra atención. Lo más frustrante, es cómo dejan al margen de la dinámica dramática al padre. Es una oportunidad perdida, considerando que Jay O. Sanders es un excelente actor de carácter que rara vez vemos en el cine.

La vaca que cantó una canción sobre el futuro

#Sundance 2022 animales

La angustia ambiental y el melodrama familiar conversan en esta enigmática película de la directora chilena Francisca Alegría. Mientras un rio muere por la contaminación, de sus aguas emerge Magdalena (Mia Maestro). Años atrás, ahí mismo habría muerto. Nadie sabe exactamente si por un accidente o por suicidio. Pero ahora, aquí esta. Su inexplicable regreso desconcierta a los miembros de su familia. Cada uno experimenta revelaciones personales al confrontar a este espectro corpóreo, especialmente Cecilia (Leonor Varela). Ella es una exitosa pero fría cirujana, incapaz de aceptar a su hija transgénero (Enzo Ferrada Rosati). “Para mí siempre serás Tomás”, le dice bruscamente.

Ya sé lo que está pensando…consciencia ecológica, diversidad de género. La película suena como un catálogo de rectitud política. Pero el guion de Alegría, Manuela Infante y Fernanda Urrejola contempla estos temas como problemas eminentemente humanos. Más que símbolos de rectitud o villanía, sus personajes existen dentro de ellos. Sentimos como les afectan, aunque sean de manufactura propia. La solución, intuye la película, está en la aceptación de nuestras culpas. Magdalena se presenta con una carnalidad lapidaria. Aunque no puede hablar, está decididamente viva. Lo sobrenatural se sugiere en la hermosa fotografía nocturna, y el sonido. Denme más pescados cantando baladas fúnebres. Hasta la fecha, esta es mi película favorita del Festival.

Speak No Evil

Cuando un artista anuncia sus influencias, tiene una trampa mortal. Invita a las comparaciones, un ejercicio que puede funcionar en detrimento de sí mismo. Ese es el caso del director danés Christian Tafrup, invocando a Michael Haneke y Lars von Trier en el contexto de su modesto filme de horror.

Bjørn (Morten Burian) y Louise (Sidsel Siem Koch) son una pareja danesa, jóvenes profesionales con una pequeña hija, Agnes (Lila Forsberg). Cuando reciben una invitación para vacacionar en Holanda con la simpática pareja que conocieron en un tour de verano por Italia, no dudan en aceptarla. Pero Patrick (Fedja van Huet) y Karin (Karina Smulders) no son lo que parece ser. O quizás, sí. Lo que condena a los protagonistas son sus buenos modales.

Tafrup administra el estira-y-encoje entre ofensa y aceptación, reservando la violencia más directa para el desenlace. El problema no es lo grotesco, sino lo estéril de su propuesta. No tiene nada que ofrecer más que la anécdota. Si esto es “horror elevado”, creo que prefiero el que arrastra por la alcantarilla.

Emergency

#Sundance 2022 animales

El director Carey Williams expande un cortometraje premiado en Sundance en el 2018, para crear su largometraje debut. Los universitarios Kunle (Donald Elise Watkins) y Sean (RJ Cyler) se preparan para salir en una épica noche de farra. Al menos, hasta que descubren en la sala de su casa a una muchacha blanca, desmayada en un charco de su propio vómito. No saben quién es, ni cómo llegó ahí. Lo más normal sería llamar a las autoridades, pero siendo ellos un par de jóvenes de raza negra, asumen que ese es un escenario que deben evitar. Tratar de salvarla sin ponerse a sí mismos en riesgo se convierte en una comedia de complicaciones que escalan, con la amenaza de violencia racial a la vuelta de la esquina.

La película es exitosa a la hora de ponernos en los zapatos de los protagonistas, pero tiene el acabado de algo producido para estrenarse en cable, en los años 90. Un editor despiadado le habría recortado unos minutos aquí y allá, para mejorar el ritmo. Sorpresivamente, sus mejores momentos son las escenas que retratan la dinámica de una amistad en convulsión, ante las diferencias culturales y la visión que cada uno tiene sobre su lugar en el mundo. La película se la roba el actor latino Sebastián Chacón, compañero de cuarto y “tercero” en la amistad. Ser “café” puede ser tan peligroso como ser negro.