Cultura

Dos eventos memorables de la clausura de Centroamérica Cuenta en Filgua
Clausura Centroamérica Cuenta
Foto: Cortesía | Niú

El festival Centroamérica Cuenta cierra su edición en la Feria Internacional del Libro de Guatemala. Te traemos dos recomendaciones de eventos que, si aún no has visto, no te deberías perder.

     

El Festival Centroamérica Cuenta se realizó de manera virtual, por segundo año consecutivo, debido a la crisis sanitaria causada por la pandemia de covid-19. Este año fue el invitado de honor en la Feria Internacional del Libro de Guatemala (Filgua), en la que participaron más de 100 autores consagrados y emergentes de América y Europa en una treintena de actividades.

La fiesta literaria se extendió del 2 al 12 de septiembre y fue transmitida en las diferentes plataformas de Centroamérica Cuenta y Filgua. La próxima edición del festival se realizará nuevamente en Guatemala de manera presencial si las condiciones sanitarias lo permiten, anunció Claudia Neira, directora del evento cultural.

En esta edición, se abrió un espacio para analizar los retos de la región centroamericana al cumplirse el bicentenario de la Independencia, incluida Nicaragua. En Niú, reseñamos dos eventos que tienen mucho vínculo con Nicaragua y que, si te perdiste, aún podés ver en las redes sociales de Centroamérica Cuenta y Filgua.


Centroamérica en el mundo: los desafíos geopolíticos en el Bicentenario. Centroamérica, política y democracia


Dividida y con temas pendientes en materia de derechos humanos y políticos. Así celebra Centroamérica sus 200 años de independencia de España, aseguran los participantes del conversatorio sobre los grandes desafíos geopolíticos de Centroamérica en un contexto posbicentenario. La actividad era parte del Festival Centroamérica Cuenta que concluyó este domingo.

En el conversatorio, participaron la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla; el economista salvadoreño Alexander Segovia y el exvicepresidente y político guatemalteco Eduardo Stein; moderados por Jan Martínez Ahrens, director de El País América.

Los participantes del panel coincidieron en que Centroamérica experimenta un retroceso, similar a los años 80, en materia de derechos humanos y políticos. La actual crisis de Nicaragua, el giro autoritario de El Salvador, así como la situación de Honduras y Guatemala, fueron algunos de los ejemplos expuestos en la discusión.

“Tenemos que reconocer que a estos problemas (inmigración y pandemia), se nos ha unido también una preocupante deriva autoritaria de los países de la región que se reflejan en poderes ejecutivos concentradores de más poder. Tensiones claras entre los poderes del Estado, una arremetida brutal contra el Poder Judicial. Y en consecuencia también, un crecimiento en materia de impunidad, el caso de Nicaragua es el más grotesco de todos, pero no es el único”, dijo Chinchilla.

Para el político guatemalteco Eduardo Stein parte de este retroceso que experimenta la región centroamericana es causado también por el narcotráfico.

“Centroamérica ahora es un gran estación de servicio para los carteles, en donde se nutre de una serie de posibilidades y de opciones, con la complicidad plena de caciques territoriales en varios de los países, pero quizás lo más grave es con la infección pública del Estado”, comentó.

En cambio, Alexander Segovia, aseguró que la pandemia de covid-19 vino agudizar la crisis que vive Centroamérica, la cual califica como la más grave desde la década de los 80, durante la guerra. Antes de la pandemia,en los últimos cinco años, ya Centroamérica venía en un claro proceso de deterioro en todos los niveles, sin embargo a diferencia de la crisis de los 80, esta vez en Centroamérica el contexto internacional y regional es diferente, dijo.

Elecciones en Nicaragua

La expresidenta Chinchilla, también destacó la importancia de los procesos electorales que próximamente se celebrarán en cuatro países de Centroamérica: Nicaragua, Guatemala, Honduras y Costa Rica. Así mismo, hizo un llamado a los centroamericanos a verse “en el espejo de lo que hoy acontece en Nicaragua”.

“En relación con Nicaragua, tenemos que dejar los eufemismo a un lado y llamar a las cosas por su nombre, en Nicaragua se ha criminalizado los derechos humanos más básicos, Sergio Ramírez, se ha convertido quizás en la mejor metáfora de lo que pasa en Nicaragua, cuando un escritor armado tan solo con su pluma se convierte en una amenaza a la estabilidad del régimen. En Nicaragua no hay allanamiento sino invasiones, no hay arrestos, sino secuestros no están detenidos sino desaparecidos”, aseveró.

Solidaridad con Sergio Ramírez

Previo al inicio del conversatorio, el embajador de la Unión Europea (UE) en Guatemala, Thomas Peyker, se solidarizó con el escritor Sergio Ramírez, presidente del Festival Centroamérica Cuenta, ante la orden de detención por parte de la Fiscalía en contra del Premio Cervantes 2017.

“Quiero aprovechar esta oportunidad para expresar nuestra solidaridad con el presidente de Centroamérica Cuenta, el reconocido escritor Sergio Ramírez, sé, precisamente, que es por su tenacidad en la búsqueda de libertad que es perseguido, pero sé también que esa misma tenacidad es la que nos inspira hoy. Sergio, gracias por su trabajo y ejemplo para la región y el mundo”, subrayó el diplomático.

“Tanto Centroamérica Cuenta como la Filgua- continuó- son iniciativas que han creado espacios seguros para discutir y enfrentar abiertamente temas sensibles y vitales. Hablamos sobre la libertad de expresión y de prensa, la democracia, los derechos humanos, la igualdad de género, la diversidad y el desarrollo, puntualizó.

De la misma manera, el director de Diario El País también expresó su solidaridad con Ramírez al que calificó de amigo y lamentó la decisión de Ortega en contra de unas de las personalidades más destacadas de Centroamérica.


Memoria, identidad y diáspora


En un conversatorio sobre la escritura lejos de casa y la búsqueda de la identidad permanente en medio de la diáspora, se reunieron Rodrigo Blanco Calderón, de Venezuela, Wendy Guerra de Cuba y Francisco Goldman, Guatemala, con Arnoldo Gálvez también de Guatemala como moderador de la plática.

“El evento lo hemos titulado Memoria, Identidad y Diáspora. Los primeros dos no solo tienen una estrechísima relación entre sí, sino además, ambas son casi inseparables de la literatura y en particular, de la ficción. Este evento nos propone un tercer tema, la diáspora. Basta decir que en América Latina es un tema que conocemos bastante bien. Que hay tradiciones literarias enteras que se han construido en la diáspora y generaciones de escritores que escribieron sus mayores obras fuera de los territorios”, comentó al inicio del evento, Arnoldo Gálvez.

El caso de Francisco Goldman, un escritor hijo de padre estadounidense y madre, criado y educado en Estados Unidos, pero pasando vacaciones en Guatemala tuvo que lidiar con una identidad fragmentada, “ese sentido de vivir de pertenencia dividido en dos países y dos culturas, fue una preocupación o por lo menos un tema de interés consciente en tus inicios”, preguntó Gálvez durante el conversatorio.

“La verdad es que la literatura, y no solo de ellos, pero especialmente de gente como García Márquez, el joven Vargas Llosa, me hicieron entender que había un lugar que yo podía encontrar, donde yo podía ser el tipo de escritor que yo quería ser. Yo tenía que regresar a Centroamérica y vivir lo que estaba pasando ahí”, detalló Francisco.

El escritor entonces se propuso recuperar todo lo que había perdido de ese lado de su vida y como estaba estallando en ese momento. “Era una guerra básicamente entre Centroamérica y los Estados Unidos, mis dos países. Y yo simplemente entendí que si uno no pertenecía a ninguna parte en esta vida, yo sí podía pertenecer a este evento histórico que estaba pasando en tiempo real. Así es como empecé mi vida de escritor”, contó.

Cuba: desde la muerte de Fidel hasta las protestas

Por su parte Wendy Guerra, poeta y novelista cubana, abordó la situación de Cuba y cómo se siente su propia memoria y la manera en la que su identidad fue construida durante una guerra, que se ha visto confrontada con los eventos más o menos recientes que ha sobrevivido la isla: desde la muerte de Fidel Castro, la visita de Obama, los posibles retrocesos que pudo haber habido con la llegada de Donald Trump al poder, hasta las protestas recientes exacerbadas por el efecto pandémico que no ha dejado por fuera a los cubanos.

“Yo creo que si la pandemia, ciertamente, ha puesto a todo el mundo a los extremos de los ejercicios y yo he estado desgraciadamente fuera de Cuba por trabajo. Pero si he visto globalmente cómo está sufriendo mi pueblo y he visto cómo la desaparición de un líder, que era Fidel Castro, que tenía una conversación de Cuba con el mundo, ha hecho que nos quedemos completamente a oscuras, solos y sin tener un diálogo”, dijo Guerra.

La novelista añadió que existe un trabajo coral muy interesante por hacerse con los eventos recientes de la isla, “y estoy muy orgullosa de haber escogido la autoficción sin querer para expresarme, porque me doy cuenta que en mi país también la ha acogido. Y bueno, lloré muchísimo el 11 de julio (de 2021) y me di cuenta que en esa narrativa telefónica hay muchísimas historias que contar. Así que eso es lo que yo estoy sintiendo en este momento”, mencionó.

Venezuela: El desgarramiento de la identidad

Más de cinco millones de venezolanos han emigrado de su país en los últimos años, según cuenta Rodrígo Blanco Calderón, escritor venezolano radicado en Málaga, España. Para él, en términos estadísticos, esto solo es comparable con las emigraciones de un país en guerra, como Siria. “Entonces eso tiene que suponer necesariamente un golpe muy fuerte y un trauma muy grande. Yo como muchos venezolanos que hemos emigrado, he sentido que se ha desmoronado buena parte de lo que era mi identidad, que era la seguridad vinculada al lugar donde yo crecí y viví durante mis primeros 30 años de vida”, compartió el escritor.

Según Blanco esto constituye un desgarramiento terrible para un país. “Pero la mayoría de la población venezolana sigue viviendo en Venezuela y es la que está viviendo muchas de las precariedades más fuertes y de la arremetida constante y cíclica de la dictadura”, añadió.

“Entonces, para mí ha sido muy interesante en conversaciones con familiares, con amigos que todavía están allí, darme cuenta de que la sensación de desarraigo, de desconocimiento del entorno, de nostalgia, es la misma para los que se fueron, como para los que se quedaron. Es decir, el país puede irse, incluso aunque tú no te hayas marchado”, reflexionó el autor.

*Si te perdiste alguna de las actividades, podés verlas en el canal de YouTube de Centroamérica Cuenta.