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Efrén Medina descubrió que podía vivir del arte cuando la escultora danesa-nicaragüense Edith Gron le compró una escultura a 100 córdobas. En ese momento se dijo a él mismo “a pues se vive del arte”. Antes de eso, nunca imaginó que terminaría dedicándose a la plástica, ni mucho menos ganar dinero de eso.
En 2005, Medina abrió su propia galería de arte, Efrén Medina Gallery, que nueve años después, se ubicó en la Zona Viva de Galerías Santo Domingo.
“Este es un sueño que tenemos todos los artistas. Yo anduve exponiendo en otras galerías y hasta vendiendo mis cuadros hace mucho tiempo, bajo el brazo como todos los artistas. Me di cuenta que era necesario tener un propio espacio”, comenta el pintor con más de 50 años de trayectoria.
De joven, Efrén Medina exponía al aire libre, junto a sus compañeros de Escuela Nacional de Bellas Artes. Para él, eso era lo más parecido a las exposiciones del barrio histórico de Montmartre, en París.
Obra y vida de un pintor
Fue alumno del maestro Rodrigo Peñalba, impartió clases en Solentiname al lado del poeta Ernesto Cardenal y fue miembro del grupo Praxis: Efrén Medina recuerda cada una de sus facetas.
A sus 70 años no ha dejado de pintar, solo ha cambiado su paleta de colores. Inició en la pintura en 1965, plasmando en sus lienzos matices oscuros y colores ocres, porque «quería expresar lo que Nicaragua vivía en aquel entonces».
“El arte no solo sirve para decorar o para embellecer, sino también para ver nuestra realidad y denunciar las injusticias”, argumenta el artista.
Ahora ya no predominan los matices ocres en su obra. A doce años de haber fundado su galería de arte, la pintura de Efrén Medina se ha llenado de luz y trazos encendidos plasmados en cada uno de sus bodegones, animales y paisajes.
Medina “descubrió el color” mientras estaba en el mar, en una casa que un amigo le había alquilado. “En ese sitio conocí la paz, la tranquilidad y los colores”, manifiesta. Incluso su hija, Gris Medina, notó un cambio en los lienzos de su padre. Para ella, desde ese momento llegó la vida al pincel de su papá.
Efrén Medina conoció también la contemplación y la sencillez en el archipiélago de Solentiname en 1969, cuando fue a impartir clases a los campesinos de la zona junto al padre Ernesto Cardenal.
El primer día que puso un pie en el archipiélago, Medina pesaba 95 libras. Era un muchacho escuálido, que vestía de bluyín, de cabello rizado y largo. Lo que más sobresalía de aquel joven era su poblada cabellera, que todavía conserva larga y espesa, pero ahora es blanca.
Su misión en el archipiélago era enseñar a pintar a los campesinos, pero al final, él aprendió de ellos. “Resulta que a los primitivistas no les podes dar clases. Ellos tienen su propio mundo. Más bien aprendí ahí”, asevera. Era un mundo que para Efrén Medina se basaba en leer y “contemplar la belleza de Dios”.
Después de aquella vida, que se basaba en leer los salmos, interpretar la Biblia y hacer arte, Medina mantiene algo de aquella rutina, como levantarse temprano todos los días y dar gracias: “Yo llamo hasta los ángeles… ángeles artistas. Uno tiene que ser agradecido, por las manos, por el día”, comenta el pintor.
El reto más grande para él es seguir pintando. Y crear un estudio-museo. “A esta edad, mientras tenga vida, tengo vigente mis sueños”, asevera Efrén Medina.
Efrén Medina Gallery está ubicada en Zona Viva Galerías Santo Domingo, costado este de Buffalo Wings. Abren todos los días de 10:00 a.m. a 08:00 p.m. En ese horario el público y los visitantes pueden adquirir obras de Efrén Medina y otros artistas nicaragüenses. Las exposiciones se realizan anualmente en los últimos meses del año.
Para más información puede llamar a los números 8988-7905 / 8681-6549.