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Las consecuencias del calentamiento global y la degradación forestal están afectando a las poblaciones de los árboles preferidos para fabricar algunas de las guitarras más populares entre los roqueros.
De entre todas las especies de árbol, el fresno verde seguramente sea la más importante para el rocanrol. Se trata de una especie que crece en la llanura de inundación del río Misisipi.
Su crecimiento lento y su madera poco densa hacen del fresno verde la especie ideal para fabricar las emblemáticas guitarras de la marca Fender: las elegidas por Bruce Springsteen, Keith Richards, de The Rolling Stones, o el recientemente fallecido Eddie Van Halen, entre otros.
El cambio climático está diezmando las poblaciones de este árbol, por lo que Fender ya está buscando otras especies para continuar fabricando guitarras.
Efectos del cambio climático en el fresno verde
El fresno verde es una especie de zonas pantanosas y adaptadas a un cierto régimen de inundaciones. Pero el cambio climático está aumentando la frecuencia e intensidad de las inundaciones en esta zona.
El año pasado, por ejemplo, se dieron las inundaciones más catastróficas en la historia reciente. Las aguas del Misisipi superaron el lecho del río de invierno a verano, creando inundaciones durante medio año: mucho más de lo habitual. Esto hizo que muchos árboles murieran.
Los aumentos en la intensidad y frecuencia de la inundaciones son una consecuencia del cambio climático. A medida que suben las temperaturas, también aumenta la capacidad del aire para almacenar agua. Una atmósfera caliente puede estar más cargada de vapor de agua que una atmósfera fría. Por tanto, cuando llueve, lo hace con más intensidad.
Pero no acaba ahí la cosa. Estas inundaciones también fueron propiciadas por las obras de canalización de la orilla del Misisipi. Cuando se desnaturaliza el cauce de un río utilizando hormigón, aumenta la probabilidad de inundaciones ya que se frena la capacidad natural del río para absorber el exceso de agua.
Cabe destacar que las inundaciones del año pasado no han hecho sino darle la puntilla final a una especie que ya estaba padeciendo las consecuencias del cambio climático.
En los últimos años, el fresno verde había sufrido ya un aumento en los ataques de un escarabajo, el barrenador esmeralda del fresno, que se alimentan de su madera y corteza hasta matarlos. El ciclo vital de este escarabajo estaba limitado por el frío invernal, una limitación que está desapareciendo. Por eso está aumentando su población.
Fresnos más resistentes
La escasez de madera de fresno a causa de estos factores es tal que Fender en la actualidad solo utiliza esta madera en sus guitarras más caras, en las de la serie premium. Fender ha tenido que sustituir la madera de fresno por otras especies de menor calidad acústica en las versiones más asequibles de sus instrumentos.
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¿Qué se puede hacer al respecto? Hay científicos que ya están trabajando en el cultivo de variedades de fresno mejoradas genéticamente que sean menos susceptibles a sufrir el ataque de escarabajos que las poblaciones naturales. No se trata de crear organismos genéticamente modificados, sino de seleccionar aquellos individuos que presentan una genética que les hace más resistentes a los escarabajos.
Es cierto que no todas las guitarras de Fender usan el fresno para su cuerpo. Las Stratocaster, por ejemplo, usan aliso. En este caso, tenemos buenas noticias: la distribución de esta especie está limitada por el frío, por lo que se espera que se vuelva más común durante el presente siglo.
Guitarras diferentes, problemas similares
Otra alternativa puede ser cambiar de marca de guitarra. Las Gibson, por ejemplo, tampoco suenan mal. Han sido las favoritas de guitarristas como Slash, Angus Young (de AC/DC) o Joe Perry (de Aerosmith). A diferencia de las Fender, las Gibson están hechas de caoba. El problema, aunque no es exactamente el mismo, es parecido: a medida que aumenta la degradación forestal en los trópicos, disminuye la madera de calidad necesaria para estas guitarras.
La caoba usada por Gibson, generalmente la de Centroamérica, es una especie protegida por el convenio internacional CITES II. Esto implica que se puede comercializar con el debido permiso y no cabe esperar que la especie se extinga pronto. Pero sí que nos encontramos frente a una escasez de árboles viejos y maduros, que son los necesarios para fabricar guitarras.
Los propios lutieres admiten que, en no pocas ocasiones, se han hecho los sordos frente al hecho de que estaban comprando madera tropical procedente de talas ilegales. A medida que disminuyen los árboles viejos, aumenta la escasez de madera de alta calidad necesaria para los grandes instrumentos. Este proceso encarece cada día más el precio de las guitarras de calidad.
En caso de estar vivo, ¿quemaría hoy Jimi Hendrix su Fender Stratocaster, al igual que hizo en su famoso concierto de Monterrey en 1967? No lo sabremos nunca. Lo que sí sabemos, es que lo tendría más difícil para reponerla.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original. Víctor Resco de Dios, Profesor de Incendios y Cambio Global en PVCF-Agrotecnio, Universitat de Lleida