– ¿Hay alguien ahí? – Preguntó una voz desde el fondo del escenario. Un coro de gritos respondió.
Los cinco del “cuarteto”, puestos en el escenario con máscaras de animales, dieron inicio a una noche que nunca bajó de intensidad.
“Acá estoy, otra vez, viéndome cambiar de piel…”, inició a cantar Roberto Musso, líder de la banda, con una máscara de hombre lobo recitaba cada verso de La bestia, un performance que usaron en su gira por varios países de Sudamérica y no podían obviar en Managua, único lugar con fecha para Centroamérica.
“Vengan, vengan, síganme…”, continuó cantando Musso para deleitarnos con Apocalipsis Zombie (2017) el segundo tema de la noche e introducir su más reciente producción homónima, el tema que puso a brincar a todos en el Olof Palme.
El rock uruguayo conquistó Managua, y las bestias de El Cuarteto de Nos fueron ovacionados con gritos y aplausos. Los gauchos se dieron cuenta que sus seguidores en Nicaragua saben muy bien quiénes son y cada estribillo resonó en el auditorio.
Gustavo Antuña empezó a rasgar la guitarra, esa melodía era conocida, todos gritaron y empezaron a corear “soy quien soy, no preciso identificación…”, del disco Bipolar (2009) no podía faltar El Hijo de Hernández. Un tema bastante popular que pegó en la única estación de rock del país.
No fue Raro (2006) que Ya no sé qué hacer conmigo sonara. La euforia subió, con este tema el “cuarteto” sembró café en Nicaragua e hizo gritar con todo a todos. Siguió el recorrido por los éxitos de la banda y Santiago Tavella tomó el micrófono para interpretar Enamorado tuyo del álbum Porfiado (2012). Tavella mostró sus movimientos sensuales de cadera al ritmo de “no te vistas, no te hagas la nunca vista”.
Roberto Musso agradeció al público nicaragüense por recibir a la banda por primera vez. “Hay unos que llevan esperando hasta diez años para poder vernos”, dijo el uruguayo, que también ofreció disculpas por algunos atrasos en la hora de inicio. Una interrupción en el fluido eléctrico en el aeropuerto de Panamá retrasó la llegada de la banda a Managua.
Invisible, Lo malo de ser bueno, Mi lista negra y Así soy yo, fueron parte del setlist. Cuarenta minutos, la banda seguía fresca, el público incansable; la tonada bajó un poco, porque el tema lo ameritaba y la emoción se apoderó. “Cuando la nena quiera caminar, se eche a andar y se caiga al tropezar”, hizo estrujar los corazones de los cientos que se balanceaban al ritmo de No llora del álbum Habla tu espejo (2014).
Whisky en Uruguay, Calma Vladimir, Buen día Benito, Hola karma y Roberto, se añadieron a la lista. Tavella regresó al centro del escenario para cantar Pobre Papá, del disco Raro, producción en la que participó Riki Musso, hermano menor de Roberto, que se separó de la banda en 2009.
Mírenme, Me amo, Gaucho Power, Invierno del 92, El Rey y el As y Miguel Gritar, pusieron punto final a la noche. “Siempre regresamos a los países que visitamos, esta es la primera vez en Nicaragua y esperamos poder regresar y conocer este bello país”, se despedía Roberto. El “otra, otra, otra” del público no podía faltar, la banda regresó al escenario para finalizar con Yendo a la casa de Damián, el tema más popular de la agrupación.
Dos horas intensas, el ritmo nunca paró y el buen feeling del “cuarteto” marcó a todos los asistentes. Una primera vez que no olvidarán.