Cultura

Cine

El Ícaro es de los jóvenes cineastas

Dos de los ganadores del Festival Ícaro 2016 revelan a Niú sus primeros pasos en producciones audiovisuales

     

Eduardo Herrera se enamoró del cine experimental en un taller impartido por la artista española Itziar Barrio, mientras la pasión de Camila Silva inició cuando aprendió a analizar los clásicos del cine y pensó en que algún día quisiera realizar obras como esas.

Eduardo fue uno de los ganadores del Festival Ícaro Nicaragua 2016 con su película “Luz y verdad”. Camila fue premiada por  “El sueño de Mérida”. El film de Eduardo es acerca de la existencia de Dios y de la presencia de la maldad en la humanidad. El de Camila es un corto de animación que aborda el acoso político que sufren las mujeres en Nicaragua.

Camila Silva y Eduardo Herrera | Festival Ícaro Nicaragua
Camila Silva y Eduardo Herrera | Festival Ícaro Nicaragua

Ambos fueron escogidos por el jurado del Festival Ícaro Nicaragua 2016, que en esta ocasión estuvo compuesto por la documentalista salvadoreña Marcela Zamora, el documentalista holandés Koen Suidgeest, y el cineasta nicaragüense Ricardo Zambrana. Eduardo y Camila fueron parte de las 14 piezas inscritas en categorías como largo y corto documental, animación, experimental y corto de ficción. Ambos ganadores representarán a Nicaragua en el Ícaro regional 2016 en su XIX edición, que se realizará en Guatemala del 22 al 29 de octubre.

El sueño de Camila.

Camila Silva, de 24 años, usó la animación para que su historia llegara a más personas. Su obra, abierta al público en internet, relata la historia de Mérida González «una concejala comunitaria que por varios años ha sufrido de abusos y humillaciones por parte de sus colegas de partido. A través de un viaje por sus sueños y memorias, Mérida nos muestra los obstáculos que ella, así como muchas otras mujeres, deben afrontar durante su carrera política y que ahora la han llevado a una encrucijada personal: renunciar a su cargo o seguir siendo sometida», reza la descripción del corto.

Esta obra es resultado de la experiencia de Camila en productoras como Camila Films, donde esta joven comunicadora trabajó al culminar su carrera. Según ella, esa fue la mejor experiencia en su vida profesional. Inmersa en grandes proyectos que podían hacer que se levantara a las cinco de la madrugada y se fuera a dormir poco antes de medianoche.

Por esta experiencia quiso seguir ligada al mundo del cine, trabajando en comerciales y cortometrajes. Además del galardón que acaba de recibir, Camila está preparándose para su viaje a Rusia, porque consiguió una beca para estudiar Dirección. Hoy aprovecha su tiempo para mejorar su conocimiento de ruso, puede leerlo y escribirlo pero no tanto hablarlo, su mamá nació en uno de los países de la antigua Unión Soviética.

A ella le inspiran cintas como Melancolía de Lars von Trier. Según Camila, los filmes son buenos cuando logran despertar emociones y curiosidad en las personas. Lo que le pasó con “El  Viaje a la Luna” de George Meliés que de niña era su preferido.

Para esta joven, los cineastas en Nicaragua deben de realizar producciones aunque no las vayan a presentar en ningún concurso, o en algún medio de comunicación. La experiencia es lo que necesitan además de estar claros del área del cine en la que les gustaría trabajar, para posteriormente poder especializarse.

Hágase la luz

Eduardo Herrera, el otro ganador del Ícaro 2016, fue escogido porque su película “Luz y verdad”, “juega de forma creativa con su discurso”. El film con toques existencialistas, puede encontrar completo en Vimeo, una página de videos en internet. Allí se explica que esta obra es un «proyecto audiovisual basado en el Manifiesto ´Luz y Verdad´ del General Sandino».

Su corto fue hecho en la categoría experimental porque su objetivo era salir de lo común, es decir utilizar los vídeos que son consumidos por las personas a diario a través de internet o la televisión, para poder contar una historia diferente.

Eduardo, asegura que prefiere los documentales cortos porque necesitan menos producción y pueden realizarse con tres personas. Ese formato cree él, está más adecuado a la realidad que viven los cineastas nicaragüenses.

Para él aprender a hacer cine se logra viendo cine, por eso incita a los jóvenes a ver películas. Algunas que le ayudaron a él fueron las de  Eliseo Subiela, un productor argentino, o Julio Medem un productor español. Lo importante destaca Eduardo, es encontrar a un director que te apasione y tratar de imitarlo sin llegar a copiarte de él.