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El juego de la unidad
En abril iniciaron las primeras manifestaciones en contra de la gestión de Daniel Ortega. Desde entonces el país se quedó en abril. Carlos Herrera | Niú
En abril iniciaron las primeras manifestaciones en contra de la gestión de Daniel Ortega. Desde entonces el país se quedó en abril. Carlos Herrera | Niú

La unidad es precisamente la idea de poder encaminarnos juntos ante un objetivo, independientemente de las diferencias.

     

Hagamos un juego rápido. Imaginemos que aparece finalmente alguien en representación de todo el movimiento Azul y Blanco y se lanza a la presidencia. Alguien con carisma, inteligencia, excelente estadista, economista, que cuente con el respaldo de la comunidad internacional, que le tenga un profundo amor a Nicaragua y que ha demostrado que va a derrotar al orteguismo. Vamos a llamarle presi-X.

Si les pido levantar la mano a los que votarían por esta persona a la hora de las elecciones, estoy casi seguro que cualquiera que no sea un fanático orteguista lo haría. Según la última encuesta de Cid Gallup donde el FSLN aparece con un 18% de preferencia, sabemos que la victoria sería clarísima.

Ahora imaginemos que nos damos cuenta que presi-X, aún con todas esas cualidades, es pro-aborto y pro-matrimonio igualitario. ¿Quiénes ahora ya no estarían tan convencidos de votar por él o ella? Hay seguramente un porcentaje de gente pro-vida, católicas, evangélicas y de otras creencias que no tendrían la voluntad de votar por alguien así, pues existe un planteamiento moral muy fuerte de por medio que no les gusta.

Por otro lado, imaginemos que nos damos cuenta que presi-X es absolutamente pro-vida y pro-familia tradicional. En este caso, muchas personas y grupos progresistas estarían bastante escépticos de votar por alguien así. No se sentirían representados y podrían pensar que votar por presi-X sería un retroceso en el avance que se ha hecho con estas temáticas en Nicaragua.

De pronto nos damos cuenta que presi-X en algún momento fue sandinista, o arnoldista. Aun si fue hace mucho tiempo, ¿Cuántos saldrían con el pensamiento de: “Son la misma calaña.” Y podrían no votar por esta persona? Algunos hasta buscarían cómo boicotearlo.

«Una de las mujeres autoconvocadas recién acababa de comprarle una cinta al muchacho que decía Nicaragua. Eso es lo que más nos impactó, es terrible porque él andaba trabajando», lamenta Irlanda. «Es un dolor muy grande, es algo que no se puede ni explicar», confesó Luis Manuel Loásiga, padre de Luis Manuel Ortiz, vendedor asesinado en la Marcha de las Flores. Foto: Jorge Torres. EFE

Todos tenemos un “factor decisivo” que podría hacernos dejar de votar por alguien. Nosotros mismos nos decimos: “Pero es que jamás se me ocurriría votar por alguien que tenga esta característica en particular.” Y creemos, según nuestro propio código moral, que tenemos la razón.

Pero la unidad es precisamente la idea de poder encaminarnos juntos ante un objetivo, independientemente de las diferencias. Es obvio que tenemos cientos de problemas políticos, sociales y económicos que necesitamos resolver, pero mientras no resolvamos el problema más grande que tenemos actualmente, que es vivir bajo una dictadura que atropella todos los derechos humanos incluyendo el derecho a la vida, no podremos nunca resolver lo demás. Eso quiere decir que si sos pro-aborto, te podría tocar votar por alguien que es pro-vida, o viceversa. Y si sos católico te tocará votar por un evangélico, o un ateo. Si sos lo más anti-sandinista que existe, te podría tocar votar por alguien que alguna vez perteneció a sus filas. Lo mismo para cualquier anti-ismo que exista. Y eso no te debería de asustar ni desanimar.

Nadie representará nunca al 100% de sus votantes. Y a quienes más les conviene que sigamos pensando solo en las diferencias es al régimen Ortega-Murillo. Porque pensar solo en las diferencias es boicotear la unidad.

Y no por eso estás traicionando tus ideales, no por eso estarías haciendo una mala elección. Hablo de que podamos anteponer las necesidades de todo un país por encima de nuestras expectativas personales. Creemos que porque tiene X característica que me disgusta, entonces ya no amerita ser presidente.

Día que liberaron a estudiantes de la UNAN en la Catedral de Managua. Carlos Herrera | Niú

La realidad psicológica es esta: A mucha gente, le decís las fuertes cualidades que tiene alguien, pero apenas escuchan de alguna característica que no les gusta, se les olvidan sus puntos a favor.

¿Se acuerdan de todas las cualidades que dije de presi-X al inicio del artículo? «Inteligente, excelente estadista, economista, etc». Pues a muchos lectores se les olvidó por completo todo esto cuando se imaginaron alguna característica con la que no están de acuerdo. Otra cosa muy distinta es alguien con antecedentes criminales o de corrupción. Ahí hay que vetarlo desde la raíz. Pero mientras un candidato sin estos antecedentes tenga los elementos importantes para sacar al país del hoyo en el que está, no dejemos que las diferencias nos hagan perder de vista sus cualidades y su capacidad de sacarnos del problema más grande en el que estamos.

Ojalá viniera alguien perfecto que representara absolutamente a toda la población. Eso es estadísticamente imposible. Lo que sí tendremos es a alguien con características que le gustarán más a unos que a otros, pero con las capacidades, la voluntad y la determinación de gobernar. Y así, cuando tengamos justicia, democracia, respeto a los derechos humanos y recuperación económica, podremos enfocarnos en el resto de diferencias y asuntos por resolver. Mientras vivamos en una dictadura, no podremos avanzar en absolutamente nada más.