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El verdugo del ser
quererse a uno mismo

Verse al espejo es una batalla para aquellos que se rechazan. Es difícil quererse a uno mismo. Pero de eso se trata la vida. Buscarte y encontrarte.

     

La mente es un verdugo que castiga toda la vida. Verse al espejo es una batalla para aquellos que se rechazan. Y a veces, estas batallas son perdidas ante nuestros propios pensamientos. Nos ahogamos en lo negativo, nos perdemos en lo malo del ser.

Todo comenzó cuando eras pequeño. Un compañero de clases se burló de tu peso frente a la niña que te gustaba. No comprendías el porqué, pero sus palabras se clavaron dentro de tu mente. La mirada de ella todavía la tenés impregnada en tu subconsciente. Y 15 años después, muy interiormente, seguís creyendo que sos “un gordo sucio”.

Quizás fue porque tu profesora dijo que eras “muy lenta aprendiendo” o que tu futuro no iba a ser brillante. Quizás fue porque creciste pensando que la belleza ideal era eso que la televisión mostraba: una rubia de 1.80, con cuerpo y rostro perfecto. Nada parecida a vos. Quizás es porque siempre te comparás con tu amigo el musculoso. O simplemente porque sí. El punto es que tenés complejos que no te dejan vivir al máximo la vida. Que están haciendo sombra y crecen más y más.

Lo más curioso es que seguramente tus inseguridades son fantasmas elaborados por la sociedad, que te dijo que se debe seguir un molde para que la vida esté en orden.

Las redes están llenas de adolescentes que escriben todos los días lo inconformes que están con su cuerpo. Muchos expresan las medidas extremas para cambiarse. Métodos extremos como solo tomar agua en todo el día o tratar de blanquearse con aplicaciones de celular. Modificarse, mutilarse, odiarse.

Pienso que hay cosas más interesantes que la belleza exterior. Ese gesto que hacés sin darte cuenta. Tu pasión por el arte. Lo mucho que sabés de esa serie. Tus opiniones. Tu ser interior. Vos. Ya lo decía Leonard Cohen en su canción dedicada a Janis Joplin: “somos feos, pero tenemos la música”.

No digo que no hay que preocuparse del todo por ese kilo de más o por esos lunares que no te gustan. Si quitar eso te va ayudar a mejorar el funcionamiento de tus días y tenés los recursos para cambiarlo, hacelo. Pero hacelo por vos y no porque otros (la sociedad) estén detrás tuyo diciendo que sin eso serías mejor.

Y hacelo de la manera correcta. Buscá formas saludables que le traigan algo positivo a tu cuerpo. Dejando de comer (o comiendo de más) lo único que se hace es desarrollar trastornos alimenticios que te arruinan aún más. ¿Eso deseás? Supongo que no.

También se debe hablar de la aceptación propia del ser. Porque todos vivimos ciclos distintos. Nadie es igual a otro y la belleza es relativa. Así que no podemos andar por la vida comparándonos a los demás. No tenés el cuerpo de tu amigo, ni él el tuyo. Pero ambos valen lo mismo. Ambos tienen cosas bellas dentro de sí y así mismo ambos tienen cosas malas. Todos tenemos imperfecciones y eso no nos hace menos que el resto.

Vos sos importante como sos. Vos sos bello como sos. Vos sos perfecto como sos.

Es difícil quererse a uno mismo. Pero de eso se trata la vida. Buscarte y encontrarte. Existir en paz.


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