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Nicaragua está en manos de una demente peligrosa. Las políticas que emanan de sus delirios son criminales, y no se salvarán ni sus propios fanáticos
Hace pocos minutos acaba de comparecer Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad de España. Este epidemiólogo es la voz autorizada para ponernos al día de cómo avanza la emergencia del coronavirus. Cada intervención suya es una cátedra de epidemiología, de buen criterio y serenidad. Casualmente, mientras lo escuchaba en la tele me llegó un mensaje de Nicaragua con la circular del 14 de marzo titulada “Amor en tiempos del Covid-19” dirigida al FSLN, al Gobierno, sus diputados, sus alcaldías, sus embajadas, sus medios y sus etcéteras. La comunicación pretende ser una orientación con tareas para enfrentar el coronavirus.
Sin embargo, al leerla resulta aún más chocante el contraste entre uno y otro Estado: El español, enfocado en la información técnica que ofrecen los científicos y los altos cargos de los ministerios de Transporte, del Interior y Defensa, que junto con Salud forman el equipo de coordinación de la crisis. El nicaragüense es una sarta de disparates en los que se mezclan el aire frito, palabrería hueca con mayúsculas antojadizas y arrobas, con invocaciones pseudo religiosas y vómitos en contra de la población no orteguista.
Superado el esfuerzo de intentar leer tantos despropósitos y todavía con el eco de fondo de las explicaciones del doctor Simón, uno no puede menos que confirmar que estamos en manos de una demente; pero no es una demente cualquiera, es una demente con poder de matar sin el menor escrúpulo. Ahora, en esta crisis mundial de salud pública amenaza con extender aún más su capacidad de exterminio sin que nadie dentro del orteguismo (falta de huevos lo llamó el poeta Ernesto Cardenal) diga ni pío.
Nicaragua está en manos de una demente peligrosa. Las políticas que emanan de sus delirios apuntan no sólo a todos los nicaragüenses, también a los centroamericanos y a quienes se relacionen con nuestro país. Son políticas criminales de las que no se salvarán, como se ha visto en China e Irán, ni sus propios fanáticos.
*Este texto es parte de la serie CróNicas, publicada en la Revista Niú, a partir de este 16 de marzo, sobre las experiencias y reflexiones de cómo los nicaragüenses en España viven las medidas de confinamiento tomadas por el Gobierno español. Te invitamos leer más testimonios en este enlace.