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Entre protestas y asedio, UNAN-Managua regresó a clases

Algunos estudiantes asistieron a clases obligados por sus padres o por temor a represalias. Otros se han declarado en desobediencia estudiantil.

Volver a clases no fue emocionante para Pedro. En la entrada, guardas de seguridad revisaron cada recoveco de su mochila, a pesar que les había mostrado su carné de alumno activo. “Solo ando dos cuadernos y ya”, les dijo el universitario con creciente molestia mientras la rudeza de los custodiados aumentaba al ser encarados.

“Hoy vine a clases más por mis padres, que me dijeron que viniera y no quería llevarles la contraria”, manifiesta el joven estudiante que por temor a represalias prefiere no decir su nombre. “Solo vinieron cinco de mis compañeros. Yo no quería venir porque no estoy de acuerdo en cómo se está manejado la situación”, agrega.

El 29 de septiembre, la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) reinició las clases que hasta entonces permanecían suspendidas desde las protestas que iniciaron en abril. Un grupo de universitarios llamaron días antes a desobediencia estudiantil, ante la persecución, los asesinatos y los despidos arbitrarios a maestros y personal académico.

«No nos sentimos seguros, creemos que no es conveniente asistir a clases con esta crisis que ha dejado centenares de muertos, que tiene muchos estudiantes de la UNAN en las cárceles», indicaron alumnos de esta alma mater en un comunicado difundido a través de las redes sociales. El llamado tuvo acogida por varios de sus alumnos. No obstante, muchos se han visto obligados a asistir por temor a represalias o porque sus padres los han obligado. Este es el caso de Pedro quien tacha de «absurdas» las nuevas medidas de seguridad del recinto.

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Varias patrullas de policías pasan frente a jóvenes con banderas de Nicaragua que participan de un plantón frente a la Universidad Centroamericana (UCA). Jorge Torres | EFE

“Tengo varios compañeros que son de los departamentos y han tenido que volver a clases porque sienten temor a que les quiten la beca que con tanto esfuerzo se han ganado. No los culpo”, asevera otro estudiante que se ha sumado a la desobediencia estudiantil y protesta en la entrada principal de la Universidad Centroamericana (UCA) la mañana de este primero de octubre.

La mañana del lunes, las clases fueron reanudadas para las facultades de Ciencias Económicas, Ciencias Médicas y Ciencias de Ingeniería. Cada estudiante solo asistirá dos veces a la semana, medida que según algunos universitarios es para que los jóvenes no puedan organizarse entre ellos.

Una universidad que «ya no es la misma»

Pedro comentó que varias cosas han cambiado desde su regreso a clases. La primera ausencia que notó fue la de sus maestros. “Ya no son los mismos. Dicen que los jubilaron, pero todos sabemos que las causas son otras”. Algunos de sus docentes tenían menos de 30 años y fueron despedidos por “razones políticas” y no estar de acuerdo con el Gobierno. La excusa de la «jubilación» le parece absurda.

También varios maestros han llamado a “establecer la autonomía universitaria” para garantizar «la formación integral y dignificación de los estudiantes».

«A la comunidad universitaria en particular, y a la ciudadanía en general, les instamos a dar pasos firmes para restablecer cuanto antes la autonomía universitaria», demandan exprofesores de la UNAN-León, quienes consideran que el actual Consejo Universitario no respeta los estatutos de la universidad.

Este llamado se hizo público el sábado 29 de octubre, día en que la UNAN-Managua reanudó las clases después de cinco meses de suspensión. Los docentes recalcaron la necesidad de restablecer la autonomía universitaria, cuya Ley 89 dicta la independencia financiera, administrativa y orgánica de las universidades en el país y que para diversos educadores ha sido violada en la última década de Gobierno. De hecho, para académicos como Carlos Tünnermann Berheim y Ernesto Medina la educación superior pasa por su “peor crisis en la historia de Nicaragua«.

Los docentes también reclamaron el reintegro de al menos seis catedráticos de alto prestigio, que fueron “despedidos por apoyar las manifestaciones de los estudiantes” contra el Gobierno de Daniel Ortega. También abogan por la reinserción de los universitarios expulsados sin haber sido notificados con antelación.

«Clases sí, pero sin dictadura»

A pocos kilómetros de la entrada habilitada para el reingreso en la UNAN-Managua, un grupo de estudiantes convocaron a un plantón denominado “A las calles por la autonomía”. Pero, desde las seis de la mañana antimotines y policías armados con fusiles AK-47 impidieron la concentración cívica. Posteriormente trabajadores del Estado se tomaron la Rotonda Universitaria. Los organizadores del plantón decidieron cambiar la ubicación y se plantaron en el portón principal de la UCA, a eso de las 08:30 de la mañana.

Decenas de universitarios declarados en «desobediencia estudiantil», gritaban “¡Daniel Ortega, violador de la autonomía!” y portaban pancartas con mensajes como: “¡A la libertad por la universidad!”, un lema que cobijó la lucha por la autonomía universitaria en la década de 1950, época en la que un nutrido grupo de universitarios leoneses liderados por Mariano Fiallos Gil exigieron el desarrollo de una universidad verdaderamente autónoma.

El grupo de estudiantes, en su mayoría de universidades estatales, permaneció durante toda la manifestación rodeado por decenas de antimotines, que se extendieron desde los semáforos de ENEL, hasta la rotonda Rubén Darío.

Un joven que en su mano izquierda portaba un libro de Biología, en su derecha una pancarta y en su rostro una pañoleta azul y blanco comentó que se habían convocado para exigir «clases sin dictadura”.

No hay condiciones para ir a clases. También exigimos justicia y la liberación de los presos políticos, que son nuestros amigos: Yaritza, Levi, Edwin y todos ellos. Estamos acá para alzar la voz de ellos porque ellos estuvieron alzando la voz al frente por nosotros”, sentenció el universitario.

Otro joven, también con el rostro cubierto, manifestó que decidió asistir al plantón por “las grandes violaciones que se han hecho a la autonomía universitaria”. Su nombre forma parte de la larga lista de expulsados por las autoridades de la UNAN-Managua. Se dio cuenta de esta “arbitraria decisión” cuando revisó su historial de notas en línea. En las últimas semanas, decenas de estudiantes han compartido en las redes sociales capturas de pantalla de sus expulsiones.

“Me expulsaron por pensar diferente en este país, porque es un país politizado por el Frente Sandinista, una revolución fracasada. No estamos luchando contra las personas que lucharon en esa guerra, sino contra esta dictadura”, manifestó en otro día más de asedio y represión gubernamental en Nicaragua.

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