En pantalla
Kristen Stewart es una de las mejores actrices de nuestros tiempos, sostiene la atención de la cámara y deja que las emociones hablen por sí mismas
El director francés Olivier Assayas se reúne con Kristen Stewart, su estrella de “Clouds of Sils Maria”, para crear un thriller sobrenatural para la era de la globalización. La película ganadora del Premio a Mejor Dirección en el Festival de Cannes 2016 finalmente está disponible para el público nicaragüense a través de Netflix.
La primera vez que vemos a Maureen (Stewart), llega a pasar la noche, sola, en una casa vacía en las afueras de París. Quiere verificar si hay espíritus en el lugar. Uno de ellos puede ser Lewis, su hermano gemelo, quien ha muerto apenas tres meses atrás. Aunque Maureen se autoidentifica como médium, era su hermano quien realmente poseía el don. A través de un pacto filial, habrían acordado que el primero en irse regresaría para confirmar al sobreviviente la existencia del más allá. ¿Lo que ve Maureen esa noche es real, o es expresión del dolor del duelo?
Mientras espera por esa señal, Maureen paga sus cuentas con un trabajo que suena fabuloso pero es eminentemente mundano: es la “compradora personal” de Kyra (Nora von Waldstätten), una celebridad de talento indefinido. Básicamente, le hace los mandados de V.I.P., seleccionando ropa, llevando y trayendo vestidos y joyas que los diseñadores prestan a las estrellas para funciones sociales. Apenas se ven, pues Kyra siempre está de viaje. Casi todas las personas tienen una vida definida por la movilidad. Maureen es ella misma una expatriada, aún a la sombra del hermano sembrando raíces con una novia francesa. La protagonista tiene pareja, Gary (Ty Olwin), quien vive temporalmente en Oman, configurando la seguridad cibernética de la embajada de EE. UU. Solo se ven a través de esporádicas llamadas de Skype. Las pantallas de computadoras y teléfonos convierten la presencia física en algo fantasmal. Toda esta tecnología nos ha permitido copiar las cualidades investidas en los espíritus. Podés aparecer en cualquier lugar, sin pertenecer a ninguno.
La existencia o no del más allá puede ser el gancho narrativo de la trama, pero el drama interno de Maureen es una crisis de identidad. Además de la sombra del gemelo muerto – ambos comparten incluso el defecto cardíaco congénito que lo llevó a la tumba – Maureen juega con la idea de ser como Kyra. O más bien, esa idea es impuesta en ella. Los dependientes de las boutiques y los asistentes de producción le piden que hagan las veces de doble de la estrella ausente. Pronto, se pone su ropa y duerme en su cama. De esta manera, “Personal Shopper” puede verse como una extensión de “Clouds of Sils Maria” (2014). En ella, Stewart vive en otra relación de servidumbre. Es la asistente personal de María Enders (Juliette Binoche), una célebre actriz. Su colaboración, en un proceso de ensayo, apunta a cierta depredación de imagen entre las mujeres, y usurpación de la juventud por la madurez, al mejor estilo de “All About Eve” (Joseph L. Mankiewicz, 1950). “Clouds…” usaba el ejercicio actoral, la interpretación misma como agente de cambio. “Personal Shopper” se concentra en la imagen como manifestación del ser. Un giro violento muestra que este es un callejón sin salida. O una trampa.
Assayas es, apropiadamente, autor de sus películas. Las escribe y la dirige, infundiendo en su cámara un estilo sutil y directo. Eso sirve para anclar esta narrativa en la realidad, de tal manera que cuando algunos modestos efectos especiales se manifiestan, tienen una cualidad disruptiva más poderosa que la de mil monstruos monumentales generados por computadoras. A pesar de sus matices paranormales, “Personal Shopper” es secretamente un drama sobre las intensas emociones del duelo, y las dificultades de confrontar la mortalidad – ajena y propia -. Finalmente, Assayas responde a las incógnitas con una escena contundente y clara. Pero justo cuando creemos que la película ha respondido a las preguntas más enigmáticas, va más allá. La incertidumbre no se extingue con la muerte. Es un estado inseparable de la existencia.
La película funciona como perfecto vehículo para los talentos de Stewart. Sí solo la conoce como la estrella de la franquicia “Twilight” (2008 – 2012), y ocasionales proyectos comerciales, esta película lo pondrá al día. Es una de las mejores actrices de nuestros tiempos, sostiene la atención de la cámara y deja que las emociones hablen por sí mismas. Ponerse y quitarse un vestido es un gesto cargado de emoción.
“Personal Shopper”
Dirección: Olivier Assayas
Clasificación: * * * * (Muy Buena)
Disponible en Netflix