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Greta Thunberg, la activista que inspira el movimiento contra el cambio climático
La activista Greta Thunberg en la Cumbre de la ONU por el Cambio Climático. EFE.

La joven activista sueca dio un discurso en la ONU que recorrió el mundo, en un momento donde los científicos han alertado sobre el rápido ascenso de las temperaturas.

     

Ella es Greta Thunberg. Tiene 16 años. Su nombre resuena y se repite una y otra vez, incluso entre los favoritos a ganar el Premio Nobel de la Paz. Este lunes muchos la han llamado “un meteorito”, uno que impactó fuerte en las Naciones Unidas, y en todo el planeta, el mismo que ella quiere cambiar. Greta ha puesto al mundo de cabeza, y ya se habla de toda una generación que lleva su nombre. Son, en su mayoría, jóvenes entre 16 y 25 años, preocupados por un futuro heredado nada alentador. 

Greta habló con un tono que se impuso en la Cumbre por el Cambio Climático de la ONU. Frente a ella estaban los hombres y mujeres que gobiernan y deciden por millones de personas, políticos que para Greta no han hecho “lo suficiente”. Desde Emmanuel Macron, hasta Angela Merkel, todos escucharon a la joven líder que les reclamaba su futuro, y el de ocho mil millones de personas.

“Yo no debería estar aquí. Debería estar en clases al otro lado del océano. Esperan que los jóvenes les demos esperanza, ¿cómo se atreven? Han arruinado mi infancia y mis sueños con sus palabras vacías”, reclamó la activista sueca.

El meteorito Thunberg había impactado con fuerza.

Su lucha se remonta desde agosto de 2018, cuando decidió dejar de ir a clases los viernes para plantarse en las puertas del Parlamento de Suecia con el fin de exigir mayores acciones ante la crisis medioambiental que amenaza al planeta con nuevas extinciones masivas, y otro tipo de desplazamiento forzado: la migración por el cambio climático. Los científicos ya lo han advertido; en las próximas décadas miles tendrán que movilizarse de sus territorios por desastres naturales, abonados por la actividad humana y las altas temperaturas.

Una nueva batalla

Greta y su generación se niegan a aceptar esta herencia, producto de políticas frágiles y gobernantes permisivos. Tras su discurso, respaldo por otros quince niños y jóvenes activistas, presentó una queja oficial ante el Comité de Naciones Unidas para los Derechos de la Niñez, con el fin de protestar por la falta de acción de los Gobiernos ante el calentamiento global.

 

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“Se están muriendo los ecosistemas, estamos a las puertas de una extinción masiva” agregó tras acusar a los líderes mundiales de mirar para otro lado o pensar únicamente en el dinero.

«Si unos pocos chicos pudimos conseguir titulares alrededor del mundo por no ir al colegio, imagínense qué podríamos hacer todos juntos si realmente quisiéramos».

La ONU ha elevado la mirada y convocó a esta cumbre para que los presidentes, primer ministros y empresarios puedan alcanzar acuerdos globales con el fin de evitar el aumento de la temperatura, producto de los gases del efecto invernadero. No obstante, la actitud escéptica de mandatarios como el presidente estadounidense Donald Trump, o Jair Bolsonaro de Brasil, dificulta la implementación de acuerdos multinacionales.

Esta cumbre ocurrió en el marco de masivas protestas de estudiantes en todo el mundo, acuñados bajo movimiento Fridays For Future (“Viernes por el futuro”, en español), que a su vez son inspirados por Thunberg.

“Nos están fallando. Pero los jóvenes están empezando a entender su traición. Los ojos de todas las generaciones futuras están sobre ustedes. Y si eligen fallarnos, nunca los perdonaremos”, agregó Greta casi al final de su discurso.

Esa generación de la que habla ha mostrado mayor conciencia ambiental que las anteriores. En su mayoría son jóvenes que nacieron con el peligro a la vista del deshielo en los polos, la subida de la marea y las altas temperaturas. Han demostrado ser un movimiento global capaz de movilizar a jóvenes de cualquier país, sin distingo de cultura o ideología. Precisamente en Nicaragua se vivió una ola en 2018, tras los incendios de la reserva biológica Indio Maíz. Centenares de jóvenes convocaron a marchas y plantones en abril para demandar mayores acciones al Gobierno de Daniel Ortega. Fue el preludio de la posterior rebelión que tendría lugar el 19.

La demanda de Thunberg y los otros niños activistas ha sido considerada por Unicef como histórica.