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“Hay que vencer el miedo al fracaso”

Verónica Herrera no nació en cuna de oro. Desde pequeña entendió que para triunfar en la vida tendría que esforzarse, además de tener una misión y visión al momento de materializar una idea. Durante su infancia y adolescencia tuvo el acompañamiento de dos mentores inigualables: sus padres. Dos microempresarios de León que le enseñaron la importancia de creer en ella misma y de ayudar a las demás personas.

Herrera trabajó para la banca privada durante 11 años. Graduada de Contabilidad con énfasis en finanzas, decidió que debía buscar un nuevo nicho que le hiciera sentirse feliz, disfrutar el ambiente y que tuviera un impacto positivo en otras personas.

“Busqué en el periódico esas opciones que me llenaran y como venía de una zona rural, mi intención también era estar en un sitio en el que pudiera cambiar la vida de esas personas, y es así como llego a la Asociación Menonita para el Desarrollo. Primero estuve como contadora en la sede central y luego fui promovida como gerente financiera en el eje de microfinanzas de esta empresa. Esto fue lo que me llenó, porque sabía que mi trabajo iba a cambiar la vida de las personas”, relata Herrera.

Nace MiCrédito

Todo estaba resultando. Herrera ayudaba a las personas en las que siempre pensó y se sentía feliz. Sin embargo, en 2004, la Asociación Menonita para el Desarrollo vendió sus acciones a una empresa cuyo nombre hoy es ProCredit.

«Siento que he servido de inspiración para otras mujeres de la cámara. Siento que antes las mujeres no se atrevían y hoy lo hacen» | Elmer Rivas | Niú

“En ese momento yo decidí actuar y propuse empezar desde cero. No tenía capital y vendí mi carro. Recuerdo que empecé con cinco mil dólares como inversión. Tenía otros dos compañeros que también creyeron en la idea y la Asociación decidió participar, es así como nace ´MiCrédito´, una empresa cuyo enfoque es llevar crédito a zonas rurales, especialmente a mujeres”, explica Herrera, gerente general de esta empresa de microfinanzas.

Desde 2004 hasta 2008, «MiCrédito» tuvo un crecimiento innegable. En los primeros 18 meses alcanzó un punto de equilibrio. Con más de dos mil clientes llegaron en ese año a tener una cartera de casi tres millones de dólares. No obstante, en ese mismo año la industria entró en un momento complicado producto de la crisis financiera que afectó a todo el mundo.

“Esto nos golpeó, pero nunca perdimos la confianza de ver más allá de la tormenta. Soy de la opinión de que los problemas no son en este momento y que lo que hacen es distraernos. Lo que hicimos fue reinventamos, crear cosas nuevas, y de esa forma pasamos ese tiempo de crisis”, destaca Herrera.

Empresaria del año en la industria

El 2017 fue un buen año para Herrera. Fue electa presidenta de la Asociación de Microfinanzas (Asomif) y premiada como empresaria del año en la industria, un reconocimiento entregado por el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep).

«No tenía capital y vendí mi carro. Recuerdo que empecé con cinco mil dólares como inversión», dice Verónica sobre la fundación de MiCrédito | Elmer Rivas | Niú

“Yo era miembro del directorio de Asomif, en otro eje. Me gustaba la idea de servir a los demás. Es decir, si podía servir a mis clientes desde MiCrédito, podía servir a las personas de la cámara. Asumí el reto y claro que me emocioné. Significaba estar a otro nivel. Iba a estar más allá de mi institución y se requería otro nivel de madurez y una inteligencia emocional sólida”, expresa.

Herrera entregará su cargo como presidenta de Asomif después de 12 meses de trabajo. Como parte de su legado menciona una propuesta de reforma de la Ley 769, Ley de Fomento y Regulación de las Microfinanzas; además del primer estudio de mercado que está a punto de concluir y se hizo con el apoyo de Funides, para medir el tamaño del mercado, la capacidad de ahorro de los ciudadanos y el nivel de endeudamiento.

También reivindica su legado “en el aspecto motivacional». «Siento que he servido de inspiración para otras mujeres de la cámara. Siento que antes las mujeres no se atrevían y hoy lo hacen. Mi trabajo en ese sentido ha sido demostrar que somos capaces e inteligentes y podemos sobresalir”, opina Herrera.

El cuarto punto tiene que ver con la iniciativa que podría permitir a la industria tener profesionales en materia de microfinanzas, sin embargo, para ello se necesita el apoyo y la alianza con las academias y las universidades.

Para Herrera ser mujer y empresaria en Nicaragua no es difícil, sino desafiante. Las mujeres que quieren ser líderes, a juicio de esta empresaria, tiene que vencer el miedo al fracaso y tener fe en sus capacidades y las herramientas que han adquirido a lo largo de la experiencia.

“Nicaragua tiene mujeres capaces, inteligentes. En la junta directiva de Asomif hay cuatro mujeres, en la del Cosep son cinco. Hay que aprovechar los espacios. Si quieren emprender, deben enfocarse en algo que les guste, tener una misión en la vida y nunca perder la visión. Solo hay que tomar la oportunidad y hacerla realidad”, finaliza.