Las mujeres de hoy en día tienen que ganar su espacio «a patadas» para lograr alcanzar un «número crítico» en el ámbito social, político y económico y promover así igualdad de género, aseguró la escritora chilena Isabel Allende, quien se encuentra su país natal para presentar su nuevo libro «Más allá del invierno».
La autora de más de una veintena de novelas, con más de 70 millones de copias vendidas en todo el mundo, aseguró que el machismo tiene su origen en las madres, «que crían a sus hijos para ser servidos, y a las hijas, para servirlos».
«Si las mujeres nos pusiéramos de acuerdo, habríamos acabado en una generación con esta estupidez», advirtió Allende, pionera en la renovación de las periodistas chilenas, por su trabajo en los orígenes de la revista chilena Paula, fundada en 1967.
Esta publicación quincenal cayó «como un bombazo» en la «retrógrada» sociedad chilena de los años 60′, al publicar la entrevista de Allende a una mujer infiel, un tema tabú e inexplorado por los medios chilenos en ese entonces.
La escritora, que acaba de cumplir 75 años, remarcó que «las mujeres han evolucionado y ya no aguantan tanto», pero aún viven bajo un patriarcado que propicia la violencia familiar, «entre otras cosas espantosas de las cuales nadie habla».
La autora de «Inés del alma mía», quien reside en Estados Unidos, se encuentra estos días en Chile para presentar su nueva obra, «Más allá del invierno», que lleva cinco semanas como el libro más vendido en el mercado nacional.
La novelista, que inició su carrera en Chile y Venezuela con su mítica novela «La casa de los espíritus» (1982), participó este miércoles en la cátedra «Mujeres y Medios», organizada por la Universidad Diego Portales y moderada por la periodista Paula Escobar.
En opinión de Allende -sobrina del derrocado presidente Salvador Allende y prima de la parlamentaria homónima- las mujeres todavía deben esforzarse el doble que los hombres para obtener la mitad del reconocimiento intelectual.
Al respecto, Allende subrayó que la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, «ha sido un comienzo importante» para hacer avanzar la emancipación y la igualdad de la mujer.
Pero «tenemos que participar en números y términos igualitarios con los hombres en la gerencia del mundo», recalcó.
«No se trata de vivir en un matriarcado, sino de distribuir el peso de la administración entre mujeres y hombres», puntualizó.
La Premio Nacional de Literatura 2010 celebró en su intervención la reciente aprobación de la ley que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en determinados casos (violación, inviabilidad fetal y riesgo de muerte de la madre).
Agregó que el «renacido movimiento feminista» de los últimos años, ha «recuperado el entusiasmo de las mujeres jóvenes», quienes han logrado «sacudir al mundo».
«Hubo una época en que no era sexy ser feminista; entonces las chicas jóvenes no lo admitían. Los hombres fueron muy hábiles en crear el estereotipo de la mujer feminista que no se depila, fueron odiosos», reprochó Allende, cuya obra ha sido traducida a más de 35 idiomas.
La escritora comentó que en su más temprana juventud vivió en el Líbano los inconvenientes de ser una niña, y que al regresar a Chile junto a sus abuelos en 1959, sintió enojo por «la autoridad masculina» representada por la Iglesia Católica, la Policía y el Gobierno.
«Canalicé esa rabia al leer a las feministas norteamericanas y europeas. Me di cuenta que lo que yo sentía no era una enfermedad como creía mi mamá, sino que había un movimiento, un lenguaje articulado», relató.
«Actualmente, con Donald Trump, un pelotudo, misógino y racista», a la cabeza de Estados Unidos, la xenofobia y otros males que permanecían soterrados «han salido a la superficie», opinó.
En ese contexto, reveló que un nuevo amor le cambió la percepción que tenía de EE.UU, un país del cual recibió en 2014 la máxima condecoración civil, la «Medalla de la Libertad», de manos del entonces presidente, Barack Obama.
«Más allá del invierno» narra la esperanzadora historia de los inmigrantes y refugiados de los Estados Unidos de Trump, quien hizo aflorar lo peor de esa población, que enfrenta una era de «oscurantismo», concluyó Allende