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La arquitecta de “la casa del volcán”

La "Casa del Volcán". Foto: Cortesía

La arquitectura sostenible, que al momento de su surgimiento hace cuatro décadas y por varios años después, fue considerada “una excentricidad”, debería ser el estándar de construcción de nuestros tiempos, opina la arquitecta Dorel Ramírez, ganadora del Premio Especial Cemex «Edificación Sostenible», por su proyecto «La Casa del Volcán».

“Toda la arquitectura debería ser sostenible a estas alturas”, aseguró en el segmento «Cuentas Claras», del programa de televisión Esta Noche.

Dorel dice que esta corriente constructiva (también conocida como ‘ecoamigable’, ‘verde’ o ‘ambiental’), “hace énfasis consciente en el respeto a la naturaleza y el medio ambiente. Es una especialidad que se desarrolla desde hace 40 años. Antes se consideraba una excentricidad, pero está cada vez más en boga, y pienso que será cada vez más un requisito que todos los proyectos arquitectónicos cumplan con sus premisas”, afirmó.

Estas prevén el respeto al sitio de construcción, a la ecología, la vegetación y la hidrología, así como el uso de materiales ecoamigables, de preferencia autóctonos, o materiales que cuenten con un sello verde o algún tipo de aval.

En el uso de energía, se prefiere que sea poca y renovable, y trata de hacer uso consciente del agua, en especial la potable, porque “en la mayoría de los casos, el agua potable se usa para riego, por ejemplo, lo cual es un desperdicio”, aseguró. Lo que se pretende es usar el agua potable al mínimo, y darle otros usos al agua de residuo.

La arquitecta Dorel Ramírez y Sandra González, dueña de «la casa del volcán». Foto: Cortesía.

Estas elecciones no fueron fruto de la moda, la conveniencia ni de la casualidad, sino de la coincidencia de criterios entre la constructora y la dueña de la casa, Sandra González, reconocida profesional de la meditación, y seguidora de la filosofía del Dalai Lama, líder de Tíbet, por lo que la casa interpreta y refleja su personalidad.

“Es una casa particular, pero como toda arquitectura –y esta en especial- es producto de la unión de muchas voluntades, muchas intenciones. La dueña de esta casa es una persona que tiene ideas muy claras de lo que quería lograr con esto”, explicó la arquitecta.

Recuerda que “desde el inicio, cuando me buscó, sus requisitos eran que se preservara el sitio casi inalterado, así que ese fue el primer reto para diseñar esta casa, porque hubo que sortear un terreno con una pendiente constante de casi 30 por ciento; además que no se cortó un solo árbol, y se protegió a los que de algún modo se vieron expuestos por el movimiento de tierra”.

“Sandra es una persona muy espiritual, y por tanto tiene unas ideas muy claras y muy específicas sobre lo que quiere en relación con los espacios, pero adicionalmente, fue un buen ‘match’, entre ambas, porque es también la forma en la que trabajo y es así como me gusta diseñar”, reveló.

Una casa integrada con la naturaleza

‘La Casa del Volcán’, obra con la que ganó el Premio Cemex, es una residencia ubicada en la Reserva Natural Volcán Mombacho, a 750 metros sobre el nivel del mar, que Dorel define como “una obra de corte contemporáneo, donde predomina la interacción interior-exterior”, logrando la meta de proteger todos los árboles de la propiedad, aseguró.

Volcán Mombacho | Wally Walker | Flickr.com | Creative Commons

“En todos los espacios se puede pasar del interior al exterior, y como parte de la arquitectura sostenible, y de la voluntad del diseño, tiene muchísima iluminación natural, ventilación cruzada, continuidad de espacio. La forma de la casa corresponde a la ubicación en el terreno, que tiene una pendiente de 30 por ciento, lo que hace que construir en esas circunstancias sea bien difícil, porque representa un desafío estructural adicional”, admitió.

A pesar de sus años de experiencia, la arquitecta tuvo oportunidad de aprender, cuando una de las personas que trabajaba con ella le sugirió construir un muro con técnicas ancestrales, para proteger el terreno en los lugares donde hubo que cortar la montaña.

Recurrió al uso de tecnologías modernas para confirmar por medio de un estudio de resistencia de suelos, que aún funcionaban las técnicas con las que construían nuestros ancestros.

En términos del costo, Dorel confesó que “es cierto que hay cosas que son más caras al momento de su adquisición, pero luego ese costo se revierte a muy corto plazo”, citando a modo de ejemplo el costo de instalar iluminación LED o paneles solares en una casa.

Explicó que en el país hay en marcha otros proyectos de edificación que tratan de ser ecoamigables, ya sea usando menos agua, o energías renovables, etc., y que ella misma construye otra casa en el mismo volcán Mombacho, donde implementa los mismos sistemas de retención de paredes, porque “siempre trato de integrar estos elementos ecoamigables”.

Los arquitectos ganadores

Los Premios Cemex Nicaragua de este año recibieron 36 candidaturas. El jurado otorgó el primer lugar de la categoría ‘Vivienda Residencial’ a Floating Hill House, construida por Daniel Hurtado Arquitectos; en la categoría ‘Edificación’, a Capilla Espíritu Santo, de Ricci Architetti, y en la categoría ‘Infraestructura’, a Constructora Santa Fe con la obra Diseño y Construcción de dos tramos del Proyecto Mejoramiento Carretera Río Blanco – Mulukukú.

Los ganadores de las cuatro categorías viajarán a México en noviembre, para participar de una nueva Edición Internacional de los Premios Cemex.

“El grupo que va a representar a Nicaragua tiene cuatro proyectos valiosos. Es una buena representación de lo que se puede hacer en un país como Nicaragua, independientemente de lo que pase en el concurso”, dijo Dorel Ramírez, detallando que a todos les toca “competir contra proyectos de diferentes magnitudes, diferentes países, algunos de ellos muy grandes”.