Pasar largas horas sentado frente a la computadora, el desvelo y una rutina sedentaria atada a la comida rápida, son algunas de las causas del sobrepeso y la obesidad, y la universidad es una etapa crucial para escoger una vida saludable.
La sustitución de alimentos sanos por comida chatarra ha provocado que el 49.4 por ciento de la población nicaragüense sufra de sobrepeso y exista una transición epidemiológica de este problema de salud pública: la desnutrición está siendo desplazada por la obesidad.
De acuerdo a un estudio interno de la Universidad Centroamericana, UCA, una cuarta parte de los estudiantes de nuevo ingreso entre las edades de 15 y 18, sufre de obesidad. Para Vera Amanda Solís, secretaria general de la UCA, “será una población que probablemente tendrá problemas de presión alta, hipertensión y diabetes”, además añade que es una muestra que revela porcentajes similares a los obtenidos a nivel nacional donde la mujer es mayormente afectada: “la obesidad en Nicaragua tiene cara femenina”.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, señala que la prevalencia del sobrepeso y obesidad en las mujeres es mayor al 50 por ciento en los países centroamericanos, y Latinoamérica es la región del mundo con mayor porcentaje de población, 59 por ciento, que sufre esta enfermedad.
La niñez nicaragüense también está padeciendo este problema. Cifras de la OMS, y del Instituto de Nutrición para Centroamérica y Panamá, INCAP, detallan un incremento de niños obsesos en Nicaragua en casi un 10 por ciento. Asunto que se asocia al escaso consumo de frutas y vegetales y la alta ingesta de comidas rápidas caracterizadas por exceso de grasa saturada, azúcares y sal.
Sin embargo, comer saludable se ha convertido en un debate de costos y accesibilidad. El impacto de las enfermedades que parten de la obesidad obliga a las personas que la sufren a recurrir a tratamientos inmediatos y a una dieta balanceada. Es tanta la necesidad que existe, que puede interpretarse como una moda, misma a la que los dueños de negocios de alimentos responden con una oferta con altos costos.
“No es posible que uno vaya a una cafetería, pidás un café con leche descremada y te dicen que es más cara, pero la leche descremada tiene el mismo precio que la leche con crema”, cuestiona Solís. Según ella esto se debe a que en el país no existen “políticas nacionales y políticas fiscales que incentiven la producción de alimentos sanos”.
Propuestas académicas para enfrentar la obesidad
De cara a este problema, la UCA en alianza con la Universidad Iberoamericana de México, UIA, han diseñado la Especialidad en Obesidad y Comorbilidades, para complementar la formación profesional, haciendo énfasis en el desarrollo de habilidades especializadas y con enfoque científico.
“Da herramientas para diagnosticar la obesidad, dar tratamiento, pero especialmente para la prevención, estrategias educacionales y estrategias de promoción de vida saludable”, explica Solís.
La especialidad dura un año. Está dirigida a nutricionistas, dietistas, médicos, psicólogos clínicos y licenciados en enfermería. Tiene un costo de 2100 dólares y es una de las 70 ofertas académicas que promueve este año la UCA, en el marco de la IV Feria de Posgrado y Formación Continua.
Desde 2011, esta universidad ha implementado el programa UCA Saludable que prohíbe el consumo del tabaco en el campus, y promueve las buenas prácticas deportivas y alimenticias. Actualmente están capacitando a los dueños de las cafeterías para hacer un re-diseño de su oferta para convertirla en una propuesta más saludable.
Los estudiantes se quejan de lo costosos que son alimentos sanos en comparación con la comida chatarra en los cafetines. Es por ello que autoridades universitarias, para el 2018, pretenden incentivar a los propietarios de estos negocios para que promuevan una alimentación más sana y más accesible al estudiante.
Julio César Castellón, estudiante de la UCA, optó desde hace un año por llevar una vida más saludable, hacer ejercicios y alimentarse mejor. Pero eso ha significado un considerable aumento en sus gastos: «A la semana serían 100 o 150 córdobas más porque si compras un batido en la semana por que te da antojo tenés que subirle esos 45 pesos que valen», lamenta.
“La comida sana no tiene porqué ser más cara que la comida rápida, y eso es a lo que estamos apostando”, afirma Vera Amanda Solís.
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