Los emoticonos y emojis (y sus evoluciones: bitmojis, memojis, animojis…) forman parte de nuestra comunicación diaria. Cada vez más conquistan nuevos espacios más allá de las conversaciones en chats y aplicaciones de mensajería, y este año, se cuelan como la palabra de 2019, que elige cada año la Fundación del Español Urgente BBVA (Fundéu).
La Fundéu reconoció el innegable impacto de los emojis y emoticonos en nuestra vida cotidiana. Sus interesantes relaciones con el resto de los elementos que conforman la comunicación (palabras, frases, signos de puntuación). Y las perspectivas que se abren de cara al futuro, por lo tanto le concedió a éstos la distinción de palabra del año.
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— Fundéu BBVA (@Fundeu) December 29, 2019
Aportan al desarrollo del lenguaje
La aparición de los emoticonos, se dio en los años noventas. Y consistían en ese entonces en pequeños dibujos creados con signos ortográficos que a menudo se leían inclinando la cabeza :-). Su evolución ya en el siglo XXI hacia los emojis, que son pequeñas figuras dibujadas con valor simbólico, pero que al observarse se presentan como imágenes reales. Y que han supuesto un cambio evidente en el modo de comunicarnos.
Además, y más allá de su estricto valor como piezas léxicas, hay símbolos cuya concisión y universalidad son, en ocasiones, la forma más rápida y directa de comunicar un mensaje de importancia.
Desde señales como peligro, la forma de un stop, los círculos verde y rojo de un semáforo, los gráficos o algunos otros símbolos se descodifican al instante en casi cualquier parte del mundo y son, de hecho, una forma increíblemente eficaz de transmitir sencillas pero importantes indicaciones.
Los emoticonos o emojis, por ejemplo, hacen que se tarde menos en insertar una pequeña mano con un pulgar hacia arriba que en escribir «sí, de acuerdo» y que se comunique exactamente lo mismo.
Por qué elegirlos como la palabra de 2019
Porque han llegado para quedarse. Es simple, los emojis y emoticonos se merecen este espacio porque todos los empleamos con naturalidad en las conversaciones más espontáneas del día a día. Porque conviven en armonía integrados en nuestra lengua y, principalmente, porque el español no debe temerle nunca al progreso.
La Fundéu ha querido que en 2019 los emoticonos y emojis ocupen el lugar de su palabra del año. Y de esta forma se demuestra como una vez más el español se adapta a los cambios tecnológicos de cada época. Y estos, lejos de minar su integridad lingüística, han servido para fortalecerlo y para ensanchar sus fronteras.
Porque comunicar no es solo combinar palabras de acuerdo con unas normas gramaticales. Muchos otros elementos hacen posible que cada día nos entendamos: la entonación, los gestos o el conocimiento compartido del mundo, por citar solo unos pocos factores, son tan importantes como las mismas palabras que empleamos o las normas que rigen su concordancia.
No todas las lenguas, además, se basan en combinaciones de palabras tal y como las conocemos en español. Los sinogramas del chino o los silabarios del japonés, los pictogramas e ideogramas han servido, y sirven, como forma de comunicación en culturas milenarias y prestigiosas que llegan hasta nuestros días. Y es así, como los emoticonos y emojis toman ese lugar que les pertenece para convertirse airosos en la palabra de 2019.