A más de siete meses de la rebelión cívica encabezada por miles de nicaragüenses, la represión del Gobierno de Daniel Ortega ha utilizado distintos métodos para callar el estallido popular, pero entre las más graves están los abusos ejercidos hacia las mujeres. «Utilizan la condición de ser mujer para hacer daño», manifestó Azahalea Solís, miembro de la Alianza Cívica y una de las participantes del foro “Mujeres en resistencia ante la represión”.
En dicha actividad, organizada por la plataforma De Humo y transmitida a través de Facebook Live, cinco mujeres que han tenido un rol en las protestas y han vivido la represión del régimen conversaron sobre sus vivencias y sobre los retos que han enfrentado en medio de lo que ellas tildan como una «violencia estatal» hacia los ciudadanos nicaragüenses.
“Ha quedado desnudo lo profundamente misógino que es el régimen de Daniel Ortega y si uno lee su política de reconciliación es un sistema basado en la violencia”, agregó Solís.
“Odio y desprecio” a la vida de las mujeres
Desde que Daniel Ortega y Rosario Murillo tomaron el poder, los movimientos feministas en Nicaragua han denunciado la aplicación de “un sistema que odia y desprecia la vida y el valor de las mujeres”.
“Han sido las mujeres las que han encarado a la Policía, sin más armas que sus brazos y voces”, apuntó Solís.
Por su parte, la abogada del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Wendy Flores, afirmó que han recepcionado 2,300 casos a nivel nacional de violaciones a los derechos humanos que involucran detenciones ilegales, amenazas, agresiones sexuales y otras situaciones donde se involucran a autoridades, paramilitares y personas afines al Gobierno.
“Las autoridades no son capaces de investigar y hay una especie de encubrimiento para proteger a los culpables”, aseveró Flores, que a pesar del panorama poco alentador para las víctimas de la represión afirmó que las mujeres seguirán “en resistencia hasta que haya un cambio” en el país.
“Esperamos que ocurra (un cambio). Como organismo de derechos humanos y como mujeres creemos que esto tiene que cambiar para que haya justicia”.
Hay violaciones de derechos humanos “sin documentar”
Tania Sánchez, hermana de Kisha López —mujer trans y presa política del régimen— denunció en el foro las violaciones de derechos humanos que sufre su hermana, quien es víctima de “personas transfobicas” dentro el presidio.
Kisha no recibe un trato de acuerdo a su identidad de género. De hecho, permanece en el Sistema Penitenciario Nacional “La Modelo”, una cárcel para hombres. Ha sufrido intentos de violación y junto a otras tres presas políticas trans reciben improperios de parte de los custodios.
Wendy Flores, abogada del Cenidh asegura que a esta instancia han llegado 2,300 casos de abuso de DDHH. Entre ellos violaciones, asesinatos, detenciones ilegales y «una serie de situaciones que involucra a las autoridades y paramilitares».
— Franklin Villavicencio (@fvillabravo) 22 de noviembre de 2018
“Ella nos ha dicho que sea lo que sea, los demás deben de respetarla y ella siempre se ha dado a respetar”, agregó Tania.
Kisha es acusada de terrorismo por oponerse al Gobierno y alzar su voz contra el régimen. Victoria Obando, otra presa política trans ha denunciado desde el presidio los vejámenes que las autoridades del sistema penitenciario les hacen. En una carta divulgada semanas atrás, Obando manifestaba que las hacían desnudarse y hacer sentadillas frente a sus otros compañeros de celda.
Todas las panelistas coincidieron en que las agresiones hacia las mujeres se han agudizado en los últimos meses de protestas cívicas.
“No se puede descifrar en qué momento la violencia es por ser mujer o por ser estudiante. Las chavalas nicaragüense se sienten violentadas por el Estado porque existen un sinnúmero de agresiones que solo van dirigida hacia las mujeres. Un montón de situaciones se han agudizado por la violencia estatal”, manifestó Viento, una estudiante universitaria que estuvo como panelista.
No obstante, también consideraron que es el momento indicado para reivindicar las luchas sociales de los movimientos feministas, que desde hace más de una década han denunciado las políticas del Estado contra las mujeres, como la reforma de la Ley 779.
“En los últimos años que hemos sido reprimidas y obstaculizadas en el ejercicio de nuestro derecho ciudadanos, esperamos que este 25 de noviembre se respete la movilización de las mujeres, que es histórico salir a marchar para conmemorar el Día de la Violencia Contra la Mujer”, dijo Wendy Flores.