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La venganza

Ernesto Cardenal

Ernesto Cardenal en su casa en Los Robles. // Foto: Franklin Villavicencio | Niú

Lacónico, como evangelizando a lo trapense,
en Epigramas (la orden le prohibía escribir, nos dice),
como sospechando su Vida Perdida,
o como profeta de la nada, en medio de su final Canto Cósmico,
agitando en Salmos,

Ernesto Cardenal dijo: “Y lo sigo diciendo: no al diálogo”

Y para más claridad lo repitió,
como dictándolo para un apunte de la próxima charla:

Queremos simplemente que la pareja presidencial se vaya, no hay nada que dialogar”.

Y esa misma pareja, que no es presidencial, porque ya no preside nada, más que unas destructivas hordas asesinas,
en venganza,
le decretó tres días de duelo nacional a su enemigo.

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