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La voz de afuera, un corto nica de suspenso que busca financiamiento

La voz de afuera

Fotograma "La voz de afuera" | Cortesía

Una casa solitaria y lúgubre inspiró a Luis Carrión y a Orlando Rizo a grabar su propio corto de suspenso: una producción nicaragüense que está en su última etapa y que necesita dos mil dólares para llegar a los proyectores.

En un fin de semana, en la casa de la familia de Luis, ubicada en el Crucero, surgió la idea de grabar la cinta La voz de afuera, cuya trama “explora la fragilidad de la mente humana, la externalización de los miedos y las voces que creemos están dentro de nosotros.

El filme sigue las experiencias de Santiago (Amos Rivas), un joven que llega a la residencia de su familia después de una noche difícil, pero en ese lugar revive recuerdos dolorosos que se entrelazan con su presente al conocer a Tránsito (Miriam Martínez), una mujer que ha vivido siempre en el domicilio.

Fachada de la casa donde se grabó el corto | Cortesía

Amos Rivera, quien hace el papel de Santiago, no contaba con experiencia en actuación, sin embargo, los productores de la cinta creyeron que él era el indicado para encarnar al solitario personaje. Miriam Martínez, quien interpreta a Tránsito, es actriz profesional y ayudó a Luis, el director del corto, a que los demás actores se apropiaran de sus personajes.

Para Orlando Rizo, productor de la película, el reto más grande radicó en crear tensión a través del guion que Luis Carrión elaboró. La trama, que lleva también elementos personales del guionista, fue concebida en dos meses. En una entrevista para Niú, Luis comentó que hay una parte de él plasmada en la historia, solo que con muchas exageraciones y elementos ficticios.

Otro aspecto importante que él recalca es la casa donde fue grabada la cinta. Desde niño, esa estructura “tétrica” le ha causado fascinación. El lugar se prestó para la trama en todos los aspectos. De hecho, no hubo demasiada inversión en dirección de arte, pues el sitio tenía todos los elementos lúgubres de la historia.

Parte del proceso de grabación del corto «La voz de afuera» | Cortesía

«La casa es hermosa, pero al mismo tiempo solitaria y tétrica, y el clima nublado del Crucero resultó ser ideal para filmar una película de suspenso. Al final, la casa es un personaje más«, reveló Luis Carrión.

El equipo está recaudando en Indiegogo, un sitio para lanzar campañas de crowdfunding, dos mil dólares para realizar la posproducción del filme, esto comprende el proceso de coloración y la musicalización.

Al principio, pensaban utilizar música de dominio público, pero luego decidieron que sería mejor crear su propia banda sonora, la cual iría de acuerdo al género cinematográfico de suspenso que quieren transmitir.

El corto de grabó durante dos fines de semana en las Cumbres | Cortesía

Para dicho género, el sonido y la fotografía son dos aspectos que el equipo de La voz de afuera puso mucho énfasis. Lucho Fuentes, sonidista de larga trayectoria, estuvo a cargo de este apartado en la producción.

En la dirección de fotografía estuvo Ernesto Valle, quien ha formado parte de otras producciones audiovisuales.

Ernesto se unió al proyecto en cuanto el guion llegó a sus manos. Al leerlo, se imaginó la estética de las tomas y se dijo que lo mejor sería grabar la pieza con cámara en mano. Con una Canon EOS 7D, varias herramientas de filmación improvisadas y elaboradas manualmente, el suspenso del papel se tradujo en imágenes.

Hacer cine en Nicaragua

El principal reto que tiene cualquier joven que desee incursionar en el cine en Nicaragua es “hacer las producciones con lo que se tiene y con lo que tus bróderes te puedan prestar”, comentó Ernesto Valle.

Amos Rivera hizo el papel de Santiago en «La voz de afuera» | Cortesía

Sin embargo, para Orlando Rizo hay mucho talento humano e historias por contar. Lo que no existe es una industria: “Recuperar la plata de la producción es muy difícil. Esa es una de las limitantes que hay, porque nadie quiere invertir en algo que no vas a recuperar fácil”.

Para Luis Carrión, uno de los procesos más complejos de la producción tuvo que ver con la iluminación, que generó diversas dificultades técnicas. Todas las luces de la casa tuvieron que ser cambiadas por bombillos amarillos para que ciertos elementos de la estancia tuvieran más realce.

«Era muy estresante correr contrarreloj, porque teníamos ciertas horas de luz y debíamos garantizar que todas las escenas se grabaran. Fue un proceso superintenso, pero también fascinante», comentó.


Si querés donar para que esta producción nica salga a la luz, podés visitar la campaña del proyecto en Indiegogo.