Batman, el más oscuro de los superhéroes, es un ideal blanco de burlas en esta inesperada secuela de “La Película de Lego” (Phil Lord, Christopher Miller, 2014). La antecesora prometía ser la última manifestación de la malsana unión entre Hollywood y Madison Avenue. Como las franquicias de “Transformers” y “G.I. Joe”, sería un largo anuncio disfrazado de película. Sorprendió al funcionar como distracción infantil con un filo de sátira social. La aparición de Batman en la recta final estaba supuesta a ser un giro surreal y absurdo. Fue tan efectivo que terminó justificando la producción de un filme propio.
“Lego Batman” inicia con el Guasón (Zach Galifianakis) preparando un golpe maestro para destruir Ciudad Gótica. Su agenda secreta es confrontar a Batman (Will Arnett), y obligarlo a aceptar que él es su principal archienemigo. Pero el superhéroe es tan egoísta y emocionalmente remoto, que no puede establecer siquiera ese tipo de conexión emocional. De regreso en su cavernosa baticueva, Bruce Wayne no se quita su máscara. Conversa con su computadora y evade las preocupaciones paternales del mayordomo Alfred (Ralph Fiennes). El trauma de haber perdido a sus padres lo empuja a protegerse desconectándose emocionalmente de los demás. Varios catalizadores de cambio lo sacuden de su complacencia: Barbara Gordon (Rosario Dawson) asume el rol de comisionada y empuja una estrategia colaborativa contra el crimen; Wayne adopta por accidente al huérfano Dick Greyson (Michael Cera); y el Guasón unifica a todos los villanos de Gótica para imponerse. Como un amante despechado, no dejará que lo nieguen fácilmente.
“Lego Batman” se burla despiadadamente de las convenciones del subgénero fílmico centrado en superhéroes. Este Batman existe en un “universo” que alberga a todas sus encarnaciones anteriores. En uno de los mejores momentos del filme, Alfred reprocha a Bruce por todos los episodios psicóticos que ha sufrido. Cada uno es visualizado, con una veloz referencia a cada una de sus encarnaciones anteriores, sin importar que pertenezcan a películas de ciclos distintos, de diferentes directores, e incluso, originándose en otros medios de transmisión. El epítome de la locura se representa con una escena de “Batman: The Movie” (Leslie H Martinson, 1966), conectada a la vieja, caricaturesca serie de TV. Por cuatro segundos, lo justo como para causar una impresión, vemos a Adam West bailando el “batusi” en una rueda con sus amigos/enemigos.
Confieso que soy un hombre adulto que puede reconocer el “batusi” cuando lo ve. “Batman Lego” se mercadea agresivamente para el público infantil, pero su audiencia ideal son los cuarentones capaces de descifrar décadas de referencias provenientes de la cultura popular norteamericana. Los niños pequeños pueden entretenerse con los colores acaramelados y la acción frenética, pero la verdadera atracción reside en el humor postmoderno y autorreferencial. El director Chris McKay, veterano de la serie de TV “Robot Chicken”, sabe qué hacer con estos muñecos, y controla el ritmo como un maestro. El frenesí de las escenas iniciales se cortan con dos chistes visuales con una serenidad digna de Jacques Tati: en un largo plano fijo, vemos a Batman calentando su solitaria cena en el microondas. Después, la devora flotando en un estanque. Nos reímos de lo absurdo del momento, pero también del contraste en la disposición del tiempo, y la ausencia de movimiento de la cámara.
“Batman Lego” es, inevitablemente, un comercial que implantará en su cerebro la necesidad de comprar o regalar un set de legos en el futuro cercano. No por casualidad, todos los villanos de las franquicias asociadas a la marca hacen una aparición. Bajo el afán de marketing, también es una comedia eficiente. Su reconocimiento de la fragilidad del ego masculino es atípico. Que el eje dramático repose sobre la dependencia emocional entre dos personajes masculinos es francamente subversivo. El exceso de estímulos, auditivos y visuales, puede abrumarlo a medida que avanza el metraje, pero hay suficientes chistes efectivos como para mantenerlo entretenido. Procure ver la versión con audio original en inglés y subtítulos en español, para no perder las interpretaciones vocales de un reparto de lujo, que incluye a grandes luminarias de la comedia norteamericana contemporánea.
“Lego Batman: la Película”
(The Batman Lego Movie)
Dirección: Chris McKay
Duración: 1 hora, 44 minutos
Clasificación: * * * (Buena)