Cultura

Linda Báez Lacayo: «La literatura no es un oficio solitario»
mujeres que cuentan

La escritora anuncia la nueva antología “Mujeres que cuentan secretos”

     
  • Gabriela Selser
  • 5 de mayo 2020

Desafiando la distancia, los prejuicios y ahora la pandemia del coronavirus que ha puesto de cabeza a la humanidad, la nueva antología “Mujeres que cuentan secretos” está próxima a ver la luz de la mano de su creadora, la escritora y promotora cultural nicaragüense Linda Báez Lacayo.

Esta es la cuarta antología de la serie “Mujeres que cuentan”, conformada por “Catorce mujeres que cuentan” (2017), “Once mujeres que cuentan erotismo” (2018) y “Mujeres de miedo que cuentan” (2019), en las que han participado 30 escritoras latinoamericanas unidas por el azar y el amor a la literatura.

En entrevista con Niú, Linda Báez Lacayo relata cómo nació la iniciativa de juntar a autoras radicadas en distintos países de la región, algunas con más trayectoria que otras, y buscar una oportunidad de publicar sus cuentos. Se trata de un esfuerzo autofinanciado, que ha permitido “compartir aprendizajes entre sí y ser una plataforma para que se impulsen y apoyen unas a otras”.

“Con esto se demuestra que la literatura no es un oficio solitario y que podemos trabajarlo en espacios colectivos”, asegura la escritora, que ha publicado cuentos en Chile, Nicaragua, España y México, donde en 2018 salió su primera novela “El mar no devuelve a sus muertos”.

Pronto veremos la antología “Mujeres que cuentan secretos”, la cuarta de la serie “Mujeres que cuentan”. ¿Cómo surgió la idea de hacer esta colección?

En junio de 2016, tres escritoras que residíamos y estudiábamos literatura en México, decidimos organizar una publicación de cuentos. Invitamos a escritores conocidos y de manera sorprendente recibimos cerca de 50 cuentos. La mayoría eran mujeres y decidimos hacer la publicación solo con escritoras. Conformamos la primera antología “Catorce mujeres que cuentan” con escritoras provenientes de México, Nicaragua, Venezuela, Colombia, Argentina y Chile, y el resultado fue increíble, no teníamos idea de la buena aceptación que tendríamos. Eso nos motivó a convocar a una nueva antología, con el tema del erotismo; en este caso la recepción de obras fue menor, tal parece que todavía las mujeres nos limitábamos en expresar nuestras emociones de manera más abierta.

Después de “Once mujeres que cuentan erotismo”, continúe sola coordinando la publicación bajo el sello de Narratio, una editorial mexicana independiente. A partir de ese momento empecé a soñar con la idea de convertirla en una serie de cuentos escritos por mujeres, abriendo un espacio a las autoras a quienes se les dificulta publicar y contar con un sello femenino. La antología erótica tuvo un gran éxito y durante la FIL de Guadalajara de 2018 con el grupo de escritoras decidimos hacer una nueva antología, jugando con el tema de nuestros miedos. Así surgió “Mujeres de miedo que cuentan”, publicada en 2019 con 22 escritoras de distintos países. A fines del año pasado y ya con la idea de consolidar la serie, convoqué a la más reciente antología próxima a salir “Mujeres que cuentan secretos”. Hacer estas antologías ha sido un gran y satisfactorio reto.

¿Y qué aporte ofrece este reto a la literatura escrita por mujeres en América Latina?

Hay muchas escritoras que han sobresalido en espacios anteriormente reservados para hombres, y si bien es cierto que somos las que más leemos y las que más escribimos, también somos las que menos publicamos. “Mujeres que cuentan” ha permitido que escritoras que nunca han publicado lo hagan. Y para esto no hay límites de edad, de hecho, tenemos escritoras con edades de los 21 a los 75 años, tanto escritoras nóveles como con experiencia. Muchas de ellas, me atrevería a decir la mayoría, no habían publicado antes y esto les ha dado la oportunidad de comprobar que es posible hacerlo. Las escritoras hemos incursionado en la literatura desde distintos foros: hay quienes trabajan en otras artes –en ciencias, en periodismo, trabajo social, comunicación, e incluso arquitectura, ingeniería y finanzas. Hay otras que ya tienen camino andado en la literatura y esto les ha permitido compartir aprendizajes entre sí y ser una plataforma para que se impulsen y apoyen unas a otras.

Otro elemento importante es que hay escritoras que no tienen posibilidades de moverse en medios o editoriales mayores, pero sí lo pueden hacer en editoriales independientes, más pequeñas, donde además de publicar acompañan los procesos de corrección y edición y esto complementa los procesos creativos con la producción de las obras. La colectividad empuja a las escritoras a identificar nuevas posibilidades de incursión en la literatura.

Con esto se demuestra que la literatura no es un oficio solitario y que podemos trabajarlo en espacios colectivos, donde aprendemos y compartimos temas que nos afectan o no nos dejan avanzar o, por el contrario, compartimos las alegrías y los afectos.

Esta serie también ha abierto la oportunidad a las autoras de participar en ferias de libros y otras presentaciones, como en la FIL de Guadalajara, en Centroamérica Cuenta, en eventos en Miami, Bogotá, Nueva York, Chile y Nicaragua. Nos ha mostrado que hay mucho interés del público al ver a un grupo de escritoras trabajando juntas a distancia y de común acuerdo.

La escritora y promotora cultural nicaragüense, Linda Báez Lacayo. Foto: Cortesía | Niú

¿Cómo lograste unir a las escritoras? ¿Eran amigas, fue mediante una convocatoria o surgió espontáneamente?

Al inicio convocamos a personas conocidas, pues yo conocía a varias escritoras en distintos países. Posteriormente fue pasando de boca en boca. Hicimos una única convocatoria muy al inicio y después continuamos con invitaciones directas. Ahora hay escritoras que me escriben interesadas en participar; de hecho, en las dos últimas antologías hay escritoras que participan por primera vez después de haber enviado sus cuentos para entrar al proceso de selección. Muchas de las autoras no se conocen entre sí, solo a través de medios electrónicos; yo misma no las conocía a todas, pero ahora sí pues las he encontrado en las ferias de libros y ha sido una experiencia maravillosa compartir con ellas.  Ya somos 40 escritoras de siete países de la región que están participando (México, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Colombia, Chile, Argentina).Los cuentos que van en las antologías pasan por un proceso de selección, una especie de concurso. Tenemos escritores que nos ayudan a leer y seleccionar; una primera selección de obras se devuelve a las autoras para que corrijan y en una segunda ronda se hace  la selección definitiva, que pasa a corrección final y después a edición. Es importante mencionar que las prologuistas, a excepción de un escritor chileno, han sido mujeres: Gioconda Belli, Daisy Zamora, Laura Martínez-Belli, Solange Rodríguez-Pappe, Pía Barros y María del Carmen Pérez nos han dado su apoyo. Las portadas también son obra de una mujer, Alejandra V. Báez. Es todo es un proceso de aprendizaje entre las mismas escritoras.

¿Por qué una antología de secretos?¿Podrías adelantarnos algunos temas que se abordan aquí?

Cuando conversamos con las escritoras sobre cómo continuar con la serie, nos dimos cuenta que hay temas que nos interesan como mujeres e hicimos una lista. El primer tema con el que todas estuvimos de acuerdo fue el de los secretos. ¿Por qué? Porque todas las personas guardamos secretos y quisimos preguntarnos cuáles eran los nuestros, los de los vecinos o de la familia. ¿Cuáles eran esos secretos? ¿Son reales o son ficciones? ¿Porque decidimos descubrirlos? Pues eso quedará en el lector o la lectora de averiguarlo. En esta nueva antología vamos a descifrar los secretos de las escritoras, muchos de los cuales han estado guardados por mucho tiempo. Son secretos de familia, de amores imposibles, pasiones sin solución, crímenes no resueltos, venganzas guardadas. Y seguramente encontraremos más de un secreto con el cual nos vamos a identificar.

El libro está previsto a publicarse en México a fines de mayo, pero eso dependerá de la disponibilidad de la imprenta en vista de las restricciones impuestas por la crisis del coronavirus. Ojalá podamos publicarlo en la fecha esperada.

¿Qué sigue después? ¿Cuántas otras “Mujeres que cuentan” están en tu cabeza?

La marca “Mujeres que cuentan” tiene vida para rato. Hay muchos temas que nos siguen interesando como mujeres y como escritoras, pero la marca continuará en la medida que haya escritoras dispuestas a seguir contando. El proceso de sacar un libro es de un año, toma tiempo y esfuerzo, pero es muy satisfactorio. Y al menos para mí, es uno de mis proyectos más queridos. “Mujeres que cuentan” podrá continuar produciendo imaginarios escritos por mujeres, reflejando su búsqueda, su denuncia, su resignación o sus placeres. Y como lo dice el nombre de la serie, las mujeres cuentan con ese doble énfasis: de contar historias y de contar como personas valiosas.

Uno de nuestros prologuistas dijo: “Sus autoras pertenecen a una región con idiosincrasias enormes y complejas a las que las unifica el idioma y el género, unidas en una polifonía que reclama un espacio en el continente narrativo de esta América.”