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Little Corn Island: el paraíso
Little Corn Island. Foto: Génesis Hernández

En Little Corn Island viví mis primeros cinco días del 2018 y por eso aquí les traigo las cinco cosas que más me impactaron de estos tres kilómetros cuadrados de paraíso

     

Ejercicio de Geografía: Buscar Little Corn Island en un mapa de Nicaragua. ¿La encontraron? Ok. Entonces primero ubiquen a Corn Island, en el Caribe, visualmente cerca de Bluefields, la más famosa de las dos “hermanas” y ahora, ¿ven ese puntito arriba y a la derecha? Pues bien, después de un vuelo de una hora entre Managua y Corn Island y un viaje de poco más de media hora en panga, mis tres amigos australianos y yo estamos ahí, en ese puntito: Little Corn Island. La menor de las Hijas del Maíz, la “cumiche”, el “Maicito”. Ahí viví mis primeros cinco días del 2018 y por eso aquí les traigo las cinco cosas que más me impactaron de estos tres kilómetros cuadrados de paraíso… ¿Cómo puede caber tanto en tan poquito espacio?

1. No hay carros, buses, motos… iNi siquiera calles!

Lo primero que me pregunté al salir de la panga que nos trasladó desde Corn Island y tratar de avanzar mientras cargaba pesadamente mi mochila y mi maleta fue: “¿Dónde están los taxis?”. Sí, me ganó el sedentarismo. Pero no dije nada y seguí caminando. Y caminando. Y caminando. Solo así pude notar que en Little no hay taxis. De hecho no hay carros particulares, ni buses, ni motos, ni gasolineras… ¡Ni siquiera calles! En serio. Lo que atraviesa la islita es un andén de concreto/adoquines por el que transitan personas a pie, en bicicleta o empujando carretillas. Nada más. Confieso que al principio fue extraño no ver, ni oír vehículos de motor, pero con el pasar de las horas y los días esa extrañeza se convirtió en tranquilidad. ¡Bienvenidos a un territorio libre de accidentes de tráfico!

2. A caminar (o pedalear) se ha dicho

En concordancia con el primer punto, debido a que no hay unidades de transporte selectivo, ni colectivo, aquí se va a todos lados caminando, pero sorpresa: Apenas se siente. La isla es tan pequeña y bonita que ir de un lado a otro significa respirar aire puro, escuchar el mar de fondo y ver el verde de los árboles por todas partes, pero si te pasa como a mí y querés algo más aventurero podés alquilar el mejor (y único) vehículo para conocer Little: ¡Una bicicleta! En el Hostal Greenhouse por cinco dólares o 150 córdobas podés alquilar una bicicleta por un día y hacer todavía más ejercicio que caminando, sobre todo yendo al norte, donde es más alto… Yo no tengo tan buena condición física, hubo momentos donde tuve que empujar la bici para lograr subir, ¡pero qué liberador fue cuando venía de bajada! Aunque cuidado, hay reductores de velocidad en la vía y siempre se debe ser cautelosos y corteses con los peatones. Ellos tienen la preferencia.

3. Isla pequeña, gran comida

Que Little sea diminuta no significa que no se coma bien. En la “zona rosa” de la islita, que está en el este, hay un restaurante cubano, uno italiano, otro norteamericano y otros nacionales donde aparte de los reconocidos mariscos de la zona, ofrecen pollo, res, cerdo en diferentes presentaciones, incluso hay excelentes opciones vegetarianas. ¡Y se come riquísimo! De esta parte recomiendo Desideri y Tranquilo Café. Luego, en el interior hay comedores más sencillos donde se venden los platos típicos como el rondón y la langosta. Si van a la costa oeste hay al menos tres locales más, de los cuales mi favorito fue Turned Turtle por su inspiración ecológica, su ambiente relajado y su batido de frutas coronado con tiritas de coco. (Por favor, si lo visitan, tómense uno de esos “smoothies” en mi nombre). Respecto a los precios, la mayoría de platillos están entre los 5 y 13 dólares, un poco más barato en los comedores del interior. El desayuno es el tiempo de comida en el que se gasta menos y, si quieren cocinar, en Little hay dos o tres pulperías grandes donde comprar ingredientes, pero ojo (y esto es comprensible): Todo es bastante más caro que en cualquier otra parte de Nicaragua. ¡Ah! Para quienes toman: Hay todo tipo de licores (nacionales  extranjeros), tragos y cócteles, nada que envidiarle a Managua.

 4. ¡Vivan los libros y los juegos de mesa!

Me sorprendí de muy buena manera al ver, por primera vez en mi vida, una pequeña, pero bien organizada biblioteca dentro de un bar/restaurante. ¡Una biblioteca donde la única regla para llevarse un libro es dejar otro! Esto ocurre en Turned Turtle y en Tranquilo Café (aquí se deja un depósito de diez dólares si se presta el libro), pero no es extraño en Little pues en cualquier lugar uno encuentra personas leyendo.

Jóvenes, mayores, solos, en pareja, en grupo, tumbados en la arena o tomando una bebida mientras atienden lo que pasa en sus libros y, por ejemplo en Turned Turtle, aparte de una acogedora zona de libros, hay diferentes juegos de mesa para compartir un rato ameno: cartas tradicionales, cartas de UNO, dominó, Monopoly, Jenga, Risk, Battleship y más. De verdad me impactó ver cómo las personas pasan horas jugando, retándose y divirtiéndose con esos juegos. En estos días mis amigos Trudy, Jared y René me enseñaron a jugar Póker, Jenga y UNO y ya no quería salir de ese mundo. Dato revelador acerca de los libros en Tranquilo y Turned Turtle: El 95 por ciento están en inglés y el 5 por ciento restante en alemán o francés.

 5. Inglés, el idioma oficial

Al igual que en su hermana mayor, la lengua oficial de Little es el inglés, pero sí se habla algo de nuestro idioma. Si a los isleños les hablás en español, te responden igual, pero para ellos no es lo cotidiano. Mucho menos para todos los extranjeros que viven y turistean ahí pues hasta los rótulos de información y los menú de los restaurantes están en la lengua de Shakespeare. Para mí fue curioso pensar “ok, estoy en territorio nicaragüense, pero desde hace cinco días prácticamente no he escuchado español”. Sin embargo, en el fondo eso fue bueno para practicar. Está claro que el manejo de un idioma se mejora practicándolo, por eso es excelente estar en un sitio como Little donde hay varios acentos mezclados y nuevas palabras y frases por aprender.

Bonus Tracks:

Moneda: Dólares y córdobas, en ese orden.

Energía eléctrica: Desde las seis de la mañana hasta la una de la tarde se corta la energía en toda la isla. A partir de la una, funciona normalmente.

Señal de teléfono, datos e internet: Cerca de la costa, hay señal de Claro y Movistar (esta llega desde “Big Corn”) y también datos celulares, pero a medida que uno se interna hacia el centro y el norte todo queda fuera de servicio. En los bares/restaurantes más grandes (Lighthouse, Desideri, Tranquilo y Turned Turtle) hay señal de wifi y en algunos hostales también.

Hospedajes: De todo precio y ubicación, desde lo más lujoso que es el Hotel Yemaya, pasando por casas de alquiler y hasta lo más sencillo que son los hostales y las casitas de madera a pocos pasos de la playa.

Souvenirs: Camisetas, mapas, calcomanías, jabones y aceite de coco y más. Una camiseta cuesta 18 dólares, un mapa de plástico 12 dólares, una calcomía 2 o 3 dólares.

3 thoughts on “Little Corn Island: el paraíso

  1. Si me quedo mas tiempo del que digo que voy a estar, no me iran a deportar o es que tengo que aplicar para un TPS-tropical paraiso status- y la visa a donde la consigo?

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