Dos astrónomos aficionados nicaragüenses nos contaron cómo fue irse a Estados Unidos para presenciar lo que para muchos es el fenómeno astronómico del siglo: el eclipse total de sol que se produce cuando la Luna oculta al Sol, desde la perspectiva de la Tierra.
Osiris Castillo y Pablo Sánchez viajaron desde Nicaragua hasta Madras en Oregon y acamparon con unas 100 mil personas reunidas en un campo abierto para observar el espectáculo ocurrido este 21 de agosto. Y aunque les tomó casi cuatro años planear la logística, el eclipse allá duró solo dos minutos. No obstante, ambos se sienten satisfechos por haber sido testigos de un fenómeno que catalogan como impresionante.
La última vez que se vio un espectáculo semejante, desde la costa del Pacífico a la del Atlántico fue en 1918. Según datos de la NASA, un eclipse total de Sol ocurre aproximadamente una vez cada 375 años.
Osiris Castillo, ingeniero civil, astrónomo aficionado desde hace cuatro años. Miembro de la Asociación de Astrónomos Aficionados (ANASA)
“Hace como cuatro años empezamos a hacer planes para ver cómo era la cuestión del clima y descubrimos que el mejor lugar para verlo era en Oregon y la NASA puso que uno de los lugares más favorables era la ciudad de Madras, en Oregon. Nos decidimos hace como un año y medio y empezamos a ver los lugares dónde quedarnos, y los hoteles ya estaban ocupados. Este año fue que compramos los espacios donde íbamos a acampar. Éramos los únicos nicas…Viajamos solo por el eclipse, tres días antes venimos desde San Francisco, porque el pasaje salía más barato, manejamos aproximadamente diez horas a la ciudad esta de Oregon, y ver el eclipse fue increíble, tenemos una aplicación que nos decía a qué hora iba a pasar exactamente, nos pusimos los lentes y los binoculares para estar viendo, estar monitoreando y ver la escena del cielo oscuro y la ruedita brillante como de fuego es totalmente impresionante…
Minutos antes de ser testigo de uno de los fenómenos astronómicos más impresionantes, la luna y el sol alineados perfectamente. #Eclipse pic.twitter.com/rYUq3An4IG
— Osiris (@Osiris_Castillo) 21 de agosto de 2017
Para el eclipse del 91 yo tenía ocho años, y me dijeron no mirés hacia arriba que vas a quedar ciego, esas creencias que son falsas, como la de que las mujeres embarazadas que se manchan. Sí me acuerdo de esa vez que yo miré hacia los lados y se miraba oscuro y que las gallinas se subían en los palos. Aquí pasó lo contrario, a mí se me olvidó ver hacia los lados, yo estaba ido viendo a la pelotita del Sol”.
Pablo Sánchez, 31 años, es astrónomo aficionado desde hace 19 años y tiene 10 años de participar en ANASA
“Esto fue una travesía, desde el año pasado ya lo tenía el boleto y lo tuvimos que comprar a San Francisco, alquilamos el carro más pequeño que podíamos para gastar menos, nos venimos manejando desde allá, pasamos en la carretera como 14 horas, fueron más de 860 kilómetros hasta aquí, ida y regreso van a ser 1600 kilómetros, dormimos en casa de campaña. Esto desde hace cuatro años estaba en mi lista de cosas por hacer y pues sí ahorramos. Gastamos entre 1000, 1500 dólares, pero lo vale. Ahorita el plan es ahorrar para Argentina 2019.
En Nicaragua, fue como de seis minutos, aquí solo tuvimos dos minutos hay tantas cosas pasando en ese momento que esos dos minutos se sintieron como diez segundos, pero fue increíble, se sintió cómo bajó la temperatura, es increíble ver que todo está oscuro, tiraron fuegos artificiales, todo el mundo gritaba fue algo de locos, éramos más de 100 mil personas las que estábamos ahí.
Parte del ambiente durante el #Eclipse
Madras, Oregon. pic.twitter.com/jWsqzya2v3— Osiris (@Osiris_Castillo) 22 de agosto de 2017
La parte romántica: la espera, pensando que vas a un lugar solo porque vas a ver una sola cosa, algo que duraba dos minutos, dos aviones, dormir en varios lugares, acampar a la intemperie, en un lugar muy frío, bajó hasta doce grados, pero lo único que teníamos en la cabeza era el eclipse. Cuando la gente nos preguntaba y yo les decía de Nicaragua, me decían, ¿en serio y desde allá vienen? Es una pasión, le invertimos días y dinero por dos minutos, pero estuvo genial”.
Con Osiris y Pablo también viajaron Raúl Sánchez, ingeniero industrial de 23 años y Rhina Guido, arquitecta de 25 años. Donald Alvarado y Roberto Bermúdez son otros nicaragüenses que se fueron a Estados Unidos para presenciar este fenómeno pero no pudieron verlo bien porque hubo nubosidad en el Estado en el que se encontraban.