Estilo
Cuatro maquillistas profesionales cuentan a Niú los obstáculos que deben enfrentar para triunfar en Nicaragua
Cuando era niño, a Alex Miller le gustaba hojear las revistas de moda. Las coleccionaba y llegó incluso a obsesionarse con los peinados que aparecían en esas publicaciones: le encantaban las siluetas que lograban con el cabello en las fotografías.
Hoy es estilista y maquillista profesional. Estudió Comunicación Social pero siempre soñó con trabajar en el departamento de belleza de alguna revista internacional. Cuando terminó la carrera hizo un casting para un salón de belleza. En ese momento solo sabía de maquillaje lo que aprendió en internet y lo que ensayó en sus amigas.
Aprendió de quienes tenían más experiencia, y así fue mejorando sus técnicas y habilidades. Él no ha pasado por una academia, pero acude constantemente a seminarios para actualizarse sobre las nuevas tendencias de maquillaje.
Alex considera que la moda está creciendo en Nicaragua y eso ha permitido que el maquillaje esté en auge en el país, sobre todo porque hoy, dice, la gente está adoptando tendencias internacionales para verse mejor.
El “boom” del maquillaje puede estar ligado a la era de los Millennials, señala el diario El Mundo. En España, por ejemplo, los consumidores de cosméticos no superan los 35 años y rondan los cinco millones de personas. En ese país en los primeros seis meses del año, ese sector facturó aproximadamente 2 mil millones de dólares, de acuerdo a estadísticas ofrecidas por la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética.
En México, según datos del periódico El Financiero, el mercado del maquillaje genera alrededor de 250 mil empleos y equivale al 1.2 por ciento de su Producto Interno Bruto.
En Nicaragua no hay cifras oficiales de la industria, pero se ha valorado más a partir de eventos de moda como “Nicaragua Diseña”, un desfile que se realiza cada año desde el 2012, y en el que artistas nacionales y extranjeros presentan sus proyectos a colegas y al público. Los maquillistas están tras bambalinas dándole a las modelos el toque de alta costura. Entre 30 y 50 dólares cuesta ponerse en manos de estos expertos.
Pero los nicaragüenses además han empezado a experimentar con maquillajes menos tradicionales. También se está innovando con la fantasía. Ixi Pardo lo hace. Esta universitaria de 24 años desde hace tres años realiza maquillaje de efectos especiales para recrear personajes.
Esta estudiante de Comunicación y Diseño Gráfico, empezó con maquillaje tradicional, pero en 2013 en su clase de “Fundamentos de la Creatividad”, la profesora le asignó de tarea que se pintaran cualquier parte del cuerpo con un dibujo que ella misma realizara. Se dibujó una mariposa en la cara y algunos de sus compañeros la felicitaron, entonces comenzó a sentir gusto por jugar con las pinturas.
Ixi dice que siempre ha estado ligada al arte, en su familia su abuelo se dedicaba a restaurar obras precolombinas y a su mamá siempre le ha gustado el Diseño de Interiores.
Aprendió sus primeros trucos viendo vídeos en YouTube, algunos de los canales que más le gustan son: Glam&Gore, Ellie Macs SFX, y Madeyewlook porque son tutoriales didácticos a la hora de hacer las creaciones y además le dan ideas de cómo maquillar con pocos materiales.
Los retos de un maquillista
En Nicaragua según Ixi, es difícil conseguir las pinturas adecuadas para sus trabajos, porque las únicas que existen en el país son para payasos, y estas tienen una textura cremosa que necesita de trucos para que no se vean grasosas. Las ideales para el tipo de maquillaje que ella hace, son unas que se activan con agua y alcohol, pero aquí no hay.
Al igual que Ixi Pardo, Chantal Pichardo, se dedica a elaborar maquillaje de fantasía. Desde que era una niña le gustaba maquillar, agarraba los labiales de su mamá y trataba de imitar lo que miraba en las revistas.
Gracias a YouTube fue que se enamoró de esta industria, miraba tutoriales para mejorar su destreza con los pinceles y las brochas. Esta joven cree que lo más importante para un profesional de la belleza es saber actualizarse y además intentar competir con uno mismo, sin estar al tanto de lo que hacen los demás.
Ella quiere participar algún día en una producción nacional que le permita demostrar su talento y ganar nuevas experiencias.
Chantal cree que uno de los mayores obstáculos que enfrentan los maquillistas nicas, es no ser tomados en serio, porque la gente piensa que lo que hacen no es una profesión, eso repercute en la falta de empleo y los artistas no explotan su creatividad, dice la joven.
Ixi, por su parte, cuenta que cuando ella realiza un trabajo por lo general siempre le piden rebaja y eso muchas veces la desmotiva, porque cree que algunas personas no saben apreciar el esfuerzo de un artista.
En países como Estados Unidos el maquillaje es un sector pujante. Solo en 2015 generó 32 mil millones de dólares, un 28,9 por ciento más que en 2014, según un estudio de la consultora económica IES Consultores.
Por esto Alex Miller considera que cada vez hay más oportunidades para que su pasión sea rentable. Él está convencido que alguien que se dedique a esto debe actualizarse constantemente y estar al tanto de todas las tendencias, además recomienda que el ambiente donde la persona trabaje sea cómodo para el cliente.
Alex sueña estar en el equipo de algún diseñador en los Fashion Week de New York, Milán, o París y llegar a ser algún día como Pat McGrath, una maquillista británica que propone los maquillajes en la revista Vogue.
Alex, así como otros artistas nicaragüenses, ofrece clases para quienes quieren aprender a maquillarse. Con esto buscan que las mujeres tengan más seguridad en sí mismas. Él cree que la imagen personal es importante, porque una persona que se siente confiada y plena refleja lo que tiene dentro. Existe una fusión entre el exterior y el interior, explica.
La fabricación del maquillaje nace precisamente por la idea de embellecer el aspecto físico, pese a que se empezó a manufacturar masivamente a partir de la Revolución Industrial, fue hasta en el siglo XX cuando debido a la publicidad las mujeres empezaron a utilizarlo con más frecuencia.
En la Antigua Grecia ya se aplicaban ceras y carbonato de plomo, una sustancia de color blanco que actualmente se usa para las pinturas. En Egipto, hombres y mujeres, creían en el poder del maquillaje para protegerse de enfermedades y las nobles inglesas lo llevaban para cubrir cicatrices.
Arte y estigma
Fernanda Parajón tiene 23 años y ha trabajado en “Miss Teen Nicaragua” y en “Nicaragua Diseña”. Ella comenzó a maquillar de manera profesional en el año 2011, en ese momento dice, todavía cometía muchos errores que fue mejorando con el tiempo. Tomó algunas clases, pero en general aprendió a maquillar empíricamente, viendo cómo lucían las modelos en las fotografías y luego imitando el aspecto.
Fernanda confiesa que es difícil ejercer esta profesión en Nicaragua, sobre todo porque muchas veces no se valora adecuadamente su dedicación y calidad, sin embargo, cree que cuando un maquillista hace bien su trabajo, entonces los clientes lo reconocerán. Ella nunca se ha sentido juzgada por dedicarse a esta industria.
Recientemente en las redes y en el mundo del espectáculo la etiqueta «NoMakeup» se ha vuelto común. La múltiple ganadora del Grammy, Alicia Keys, incluso escribió una carta en la que decide «liberarse» de la presión de «estar siempre guapa».
«Cada vez que salía de casa y no me había maquillado estaba preocupada por si alguien me pedía una foto, por si la compartía en Internet. Eran los pensamientos más inseguros y superficiales que tenía. Y todos ellos, de una manera u otra, estaban basados en lo que yo creía que otras personas iban a pensar de mí», confesó la artista.
Fernanda, por su parte, dice que no se trata de usar el maquillaje como una máscara para ocultar quién sos. Ella apuesta por destacar la belleza natural de la mujer y asegura que al maquillarla no va a cambiar su esencia. Explica que usualmente quienes la buscan, lo hacen porque quieren resaltar una ocasión especial como el día de su boda. Para esta joven una de las mayores recompensas es la primera reacción de sus clientas al verse al espejo.
«La vida es demasiado corta para gastarla con la esperanza de que la ceja perfectamente arqueada o la más caliente y nueva sombra labial enmascaren un corazón feo», solía decir el maquillista estadounidense Kevyn Aucoin. «Así que los corazones buenos con o sin maquillaje lo serán, (los maquillistas) solo damos un toque de felicidad», concluye Fernanda.
También es un problema que aquí en Nicaragua no vienen muchas marcas y el costo de envío termina siendo más caro que el propio producto 🙁
Bello los maquillajes y admirable la calidad artistica de los maquilladores dignos de premios Oscar de la academia de ciencias cinematograficas de Hollywood a los mejores maquillajes de alguna super produccion.