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Los traumas de los encarcelados de la dictadura

Insomnio, depresión, sentimientos de culpa, aislamiento, soledad e incomprensión son algunas de las secuelas entre los reos de conciencia que han dejado las celdas, pero permanecen como rehenes de la dictadura

     

Yolanda Sánchez Moraga no puede dormir, padece pánico nocturno. Cristian Meléndez Meléndez se entristece al recordar diariamente a sus compañeros de celda. Fredrych Castillo teme que le suceda algo en la calle, y ya fue capturado una vez, luego de salir de prisión. Los tres son excarcelados políticos del régimen que padecen traumas psicológicos por los meses de encierro y tortura, cuyos procesos de recuperación se ven afectados por la inexistente normalidad nicaragüense.

Meléndez y Castillo sufrieron torturas físicas, al primero le dieron descargas eléctricas en los testículos, al segundo lo colgaron con grilletes y fue golpeado como una piñata. Sánchez soportó torturas psicológicas. Los custodios la amenazaron con violarla y matarla.

Así como ellos tres, los doscientos excarcelados por la dictadura tienen diferentes historias de abusos en las celdas del régimen. Todos los reos de conciencia entrevistados por Niú han afirmado que tienen problemas para dormir y que temen que la Policía Nacional regrese por ellos. Fueron sacados de las cárceles, pero no se sienten libres.

Fredrych Castillo, estudiante y atrincherado de la UNAN-Managua, de regreso en su casa de Estelí, tras más de nueve meses como preso político del régimen tiene secuelas de las torturas que vivió en prisión. Carlos Herrera | Niú

Un problema amplio

La psicóloga Nora Habed Lobos detalló que los exreos políticos sufren un trastorno de estrés postraumático, que les produce insomnio, depresión, sentimiento de culpa, pensamientos recurrentes, aislamiento, sentimiento de soledad e incomprensión.

Explicó que el problema de los expresos no se debe limitar a una óptica meramente psiquiátrica, porque si no se tiende a “medicar”.

“No solo se tiene que ver desde el punto de vista de que esta persona está enferma, tenemos que verlo del punto de vista de trauma psicosocial. Es un país que está traumado”, valoró.

“Los excarcelados están en un entorno familiar y social que no se ha normalizado, no viven el trauma solo ellos, sino también son víctimas los familiares: padres, parejas, hijos”, añadió.

La especialista dijo que, ante la situación del país, los exreos “difícilmente” regresarán a una “vida normal”, porque no viven en un entorno de ese tipo. “Ayudaría mucho que estas personas hayan regresado a sus trabajos y estudios. En cambio, “ellos viven en un estado de alerta continua porque en cualquier momento pueden ser detenidos”.

“En las circunstancias actuales del país es muy difícil ayudarles de una manera eficaz. Sería importante hablar con la familia sobre lo que está pasando”, recomendó Habed, quien señaló que “una de las incidencias (en estos casos) es que se crean problemas en los vínculos familiares porque uno en la prisión se acostumbra a llevar una coraza afectiva por sobrevivencia emocional, no podés expresar sentimientos”.

Atenderán a excarcelados

Brenda Gutiérrez, portavoz del Comité Pro Liberación de Presas y Presos Políticos, señaló que han comenzado a levantar una lista con los excarcelados que quieren atención psicológica, ya que no pueden obligarlos a tratarse.

Dijo que la atención se dará en los hogares de los excarcelados o el sitio que ellos decidan. “Se les darán todas las condiciones”.

Para Habed, la atención se debe extender a un nivel social, no solo al individual. “Este tipo de traumas son transgeneracionales. Hasta la tercera generación se logra como una recuperación porque se llega hablar claramente de lo que ha pasado, eso en Nicaragua no se ha vivido”.

Una de las marchas exigiendo la liberación de los presos políticos. Carlos Herrera | Niú

Subrayó que lo ideal es hablar de estos problemas en el ámbito comunitario, por lo que se deberían crear grupos donde los ciudadanos digan por lo que han pasado.

En este sentido, resaltó la importancia de obtener justicia. “Si sentís que lo que ha pasado es algo injusto, no digo que repara completamente, pero sí ayuda, es que se llegue a una justicia social. Que cuando haya una denuncia, no vaya al aire, porque si no sentís: ‘¿Para qué hablé?’, o sea que de nuevo te revictimizás”.