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Relata el trato "cruel y humillante" que sufrió en prisión. Lo arrastraron del pelo por un pasillo y los custodios botaban agua limpia, mientras los presos políticos no podían tomarla.
El día que Luis Quiroz, de 22 años, salió de la cárcel creyó que todos los presos políticos serían liberados. Esa madrugada, del cinco de abril, esperó en un salón del Sistema Penitenciario al Comité Internacional de la Cruz Roja para que verificara su excarcelación, pero este nunca llegó. Estaba desconcertado, no sabía bajo que condición lo estaban sacando y cuando llegó su casa en San Juan de Limay, en Estelí, prefirió guardar silencio.
Antes de convertirse en preso político, Luis estudiaba quinto año de periodismo en la UNAN-León y se caracterizaba por ser buen orador. Fue capturado el 25 de agosto de 2018, junto a otros seis líderes del movimiento estudiantil 19 de abril. Tres eran estudiantes de la UNAN-Managua y cuatro de la UNAN-León. A ellos la Policía Nacional los presentó como los autores de la quema del Club Universitario de la Universidad Nacional (CUUN).
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Durante los siete meses que estuvo en la cárcel escribió una serie de cartas denunciando los abusos que sufren los reos de conciencia y ahora narra el trato “inhumano, cruel, denigrante y humillante” que recibió en la cárcel.
En una ocasión “un carcelero, me agarró del pelo y me arrastró por el pasillo”, recuerda el estudiante. Y en las últimas semanas que estuvo encerrado tuvo que “beber agua de la pileta del inodoro” mientras los funcionarios del Sistema Penitenciario Nacional botaban el agua limpia desde las torres de vigilancia.
¿Cómo fue el momento de tu detención?
Nos capturan los paramilitares inicialmente. Las motocicletas se pusieron en frente de la calle del colegio (Sagrado Corazón) y detrás inmediatamente la Policía. Nos logra bajar la Policía del vehículo en que veníamos, pero quienes nos interceptan inicialmente fueron paramilitares. Posteriormente a eso, nos trasladaron a la Dirección de Operaciones de la Policía de León, después de un recorrido inmenso por todas las calles. Después de habernos golpeado, porque al momento de la captura nos golpean, mi compañera Victoria Obando fue herida de gravedad en su momento y al igual que Juan Pablo Alvarado que fue herido.
A ustedes los presentan como los autores de la quema del CUUN ¿Qué fue lo que pasó en el CUUN?
Quienes quemaron el CUUN fueron exactamente del Frente Sandinista, aprovechándose de los disturbios universitarios del momento. Ellos, expertos en conspiración y en infiltrar personas ejecutaron la quema del CUUN. Ellos saben bien que fueron ellos los que quemaron el CUUN y nos lo adjudican a nosotros como una estrategia para deshacerse de nosotros como una amenaza universitaria desde la ciudad metropolitana de León (…) nos presentan después de dos días de habernos capturado, en Plaza El Sol, como terroristas y una cantidad de sinónimos alusivos a delitos que nunca hemos cometido. Nos presentan aludiendo que nos encontraron armas y una cantidad de cosas que tampoco andábamos.
¿Qué delitos les imputan a ustedes tomando en consideración que el CUUN murió una persona?
Tratan de imputarnos asesinato del compañero estudiante Cristhian Emilio Cadenas, no afín al CUUN, eso es lo más interesante de todo… él no fue miembro del Movimiento Estudiantil, tampoco –que a mí me conste- no sé si estaba participando o no, pero no era miembro. Era un estudiante de la UNAN-León, sí, que si era afín al Gobierno lo desconozco totalmente, pero si Cristhian Emilio Cadena era un estudiante de la UNAN-León, claro que se conocía, y según las declaraciones que he escuchado de sus familiares ellos inculpan al Gobierno, a la familia presidencial.
¿Cómo fue tu llegada a la cárcel? ¿Con quienes te encontraste?
Después de haber sido golpeados en la Policía de León y trasladados en una camioneta, nos amenazaron con que nos iban a asesinar en la cuesta El Plomo, que de hecho si se detuvieron durante unos segundos, para tratar de intimidarnos y obviamente con el temor y el miedo infundido después de la captura, te imaginarás que pensábamos, aquí quedamos, aquí vamos a morir, pero afortunadamente no pasó. Era parte de mofarse de nosotros y de nuestra desgracia… Nos entregan los funcionarios de León a los funcionarios orteguistas de la Dirección de Auxilio Judicial, nos desnudaron, hicieron que inmediatamente hiciéramos 200 sentadillas y después nos trasladaron a celdas individuales donde posteriormente, a partir de las tres de la mañana comenzaron con interrogatorios. En lo personal me sacaron tres veces a interrogatorios, dos de ellas me desnudaron para tratar de intimidarme, que si yo no hablaba me iba a ocurrir algo que no me iba a gustar –según ellos- se reían de mí y me golpeaban en las costillas. Cuando, según ellos, no decía quién me pagaba, quien me tenía ahí o que diera nombres exactos de personas que ni siquiera conocía me volvían a pegar.
¿Cómo eran las condiciones en El Chipote?
En El Chipote las condiciones son infrahumanas totalmente, totalmente infrahumanas en todo el sentido de la palabra. No te permiten absolutamente nada, pero ni una botella de agua, y la cantidad de zancudos, alacranes, la cantidad de cosas que te encontrás ahí adentro no te dejan descansar. No sé si lo harán actualmente, pero en su momento así lo hacían, desnudos o en ropa interior. En muchos de los casos te dejaban pasar la comida una vez al día, un servicio de comida, nada más, y si tus familiares te pasaban otro tipo de artículos de uso personal no te los dejaban pasar. Ni cepillos de dientes, ni nada que podas utilizar para tu aseo. Haces tus necesidades a la medida de como buscaras una alternativa porque tampoco, no había forma. Eran totalmente horrorosas las condiciones. Aparte de que nos sacaban en las madrugadas durante los nueve días que estuvimos para golpearnos e interrogarnos en momentos que según ellos éramos vulnerables para poder decir información.
¿En el Sistema Penitenciario cambió de alguna manera el trato que estaban recibiendo? ¿Fueron golpeados, torturados física o psicológicamente?
Nos recibió Venancio Alanís, que en su momento era el director, prefecto, alcaide, no sé, pero tiene un alto cargo, al igual que Vladimir Chávez, que fue el que nos requisó para después ponernos los trajes o uniformes azules con los que el resto de compañeros se encontraban, posteriormente nos trasladan a la celda. Antes de trasladarnos no habíamos comido nada en lo absoluto, nos llevaron comida carcelaria y en las manos nos sirvieron la comida porque estábamos enchachados, mofándose de que no habíamos comido en todo el día, te imaginarás el hambre que andábamos, un arroz descompuesto pero ni modo era lo que teníamos y había que ingerir algo, hasta que llegamos a las celdas. La solidaridad que nos ha caracterizado como pueblo azul y blanco no se hizo esperar y el resto de compañeros con lo poco que tenían: avena, pinol o galletas, pudimos alimentarnos hasta las tres de la tarde, desde las tresde la mañana que nos sacaron de El Chipote. Fuimos desnudados, exhibidos frente a nuestros compañeros, hubo manoseo por parte de los funcionarios, sí, totalmente con actitudes pretenciosas de pasar a más, con intención de intimidarnos y si hubo abuso de autoridad desde el primer momento que entré hasta el último día en que logré salir.
¿Cómo es el trato que reciben los presos políticos?
Inhumano, cruel, denigrante, humillante y te lo especifico, dentro de los siete meses que estuve secuestrado político, nosotros no estuvimos presos estuvimos secuestrados, por una causa justa como el pueblo ya lo sabe y está demás decir. El trato cuando nosotros llegamos fue denigrante. Cada vez que nos llevaban al Complejo Judicial a algún proceso, a las audiencias que le tocaban a determinado grupo, era muy denigrante el trato que nos hacían. Llegaban muy de mañana, a las cinco, de forma que a la hora que llegara el desayuno vos no lo agarraras y te fueras sin desayunar, para que al momento que estuvieras en las audiencias la comida que te llevaran tus familiares no te la dieran. Además, te daban uno o dos minutos para comer, gritándote, si dejabas la comida -aunque tuvieras hambre- si pasaban los dos minutos tenías que botarla, después que te gritaban golpista y una cantidad de cosas mientras estabas comiendo… En una ocasión yo recibí agresión de un funcionario conocido como Wilson –no sé si ese es su nombre- un carcelero, me agarró del pelo y me arrastró por el pasillo y yo me preguntaba si la función de un reeducador es reinsertar al reo a la sociedad, pues están haciendo lo contrario, pero claro hay que darte cuenta que es un proceso político y que no sos de agrado para quienes están ahí, así que ya sabes lo que te espera.
¿Por qué inició la última protesta en La Modelo?
Cansados de la apatía social, producida no sé si por la intimidación, así que ya estábamos cansados de (esperar) la fecha en que se nos decía que íbamos a salir y del trato denigrante y humillante… Se abrieron los portones, nos salimos a consecuencia de lo que fuera, porque si hay algo que perdimos adentro es el miedo, miedo ya no hay. Comenzamos una ola de protestas que hasta el día de hoy mantienen nuestros compañeros, porque hasta el día de hoy están sin luz, logramos tomar el perímetro, un perímetro que le llamamos en La Modelo el perímetro azul y blanco, porque si hay un espacio que irónicamente logramos para protestar, que nunca nos imaginamos, fue nuestras propias celdas de La Modelo. Con nuestras banderas azul y blanco, porque tenemos inundado de banderas azul y blanco de la madre patria, de nuestra Nicaragua, logramos tomarnos el perímetro y crear nuestras propias células de seguridad que nos permitiera cuidar el perímetro porque también el temor de que los funcionarios llegaran a agredirnos era latente y no íbamos a permitirlo.
¿Qué acciones tomaron los funcionarios cuando ustedes estaban en el techo?
Los funcionarios llegaron y quisieron ejercer acciones disuasorias como; por ejemplo, llegar al extremo cínico que cuando nos dejan sin comida, que ya llevamos cinco días en protesta, se pusieron a asar carne en una parrilla a la par del perímetro frente al portón principal, para que según ellos a nosotros nos diera el apetito, desistiéramos de la protesta y pidiéramos que nos llevaran comida. No nos dio ni enojo, fue risa del cinismo, de las alternativas tan hostiles, no sé ni cómo llamarlas. En su desesperación para persuadirnos hicieron eso, hasta el punto de darle agua a los torreones, que son los funcionarios que están en las torres de vigilancia, agua para que la comenzaran a botar según ellos para que nos diera sed. Jugar con nuestro derecho a la vida, nuestro derecho a la alimentación, nuestro derecho al agua, eso es gravísimo. Burlarse y mofarse de cómo teníamos sed, de cómo teníamos hambre, botando el agua para que nos diera sed mientras nosotros nos estábamos bebiendo el agua de piletas sucias, de la pileta del inodoro, buscando alternativas para sobrevivir, al extremo de hacer un pozo para buscar agua de donde sea ahí adentro, porque la situación es dramática y crítica.
¿Cómo fue el proceso de tu excarcelación?
A las tres de la mañana nos llegan a sacar, ellos llegan a decirte «deja tus cosas o te las llevas, ya sabes que con eso vas de salida”. Nosotros esperábamos a Cruz Roja Internacional, que hasta donde se nos había dicho, el susto de nosotros es cuando llegamos al salón donde firmas tu carta de libertad, porque yo firmé carta de libertad en donde se me absuelve de los cargos y el Sistema Penitenciario está totalmente deslindado de nosotros yo la miré antes de firmar para evitar cualquier documento que me volviera a incriminar. Nos sacaron en camionetas Hilux y microbuses blancos de forma dispersa, no en caravana, para mantener segura la salida y me fueron a dejar a mi municipio de origen, San Juan de Limay, en Estelí, tres funcionarios de custodios, el funcionario de entrega más el chofer, cinco funcionarios del Sistema Penitenciario y nadie de la Cruz Roja Internacional a como esperábamos.
¿Qué has sabido de tus compañeros del Movimiento Estudiantil de León?
El resto de compañeros del movimiento estudiantil de León: Byron Estrada, Nahiroby Olivas, Amaya Coppens, al igual que el resto de compañeros como Dilon Ramos, Victoria Obando, siguen firme totalmente. Siguen firmes porque esa es la posición que hemos mantenido como estudiantes y como presos o secuestrados políticos. La información que yo manejo es que a medida que están quedando menos están un poco afligidos, tristes, pero con la firmeza y la convicción de la lucha viva y esperando que en los próximos días, o en el próximo momento, que puedan salir todos. Espero que no sea por grupos esta vez, que salgan ellos y poderlos ver, porque realmente el potencial que estos chavalos desde adentro es muy grande, porque luchar desde adentro es difícil y en las condiciones en las que estábamos difíciles, pero no fue imposible para hacer valer nuestra voz.
¿Qué secuelas te dejó el encierro?
El encierro me dejó secuelas como síndrome de la persecución, producto del estrés carcelario, ansiedad, insomnio, estrés, tensión. Pero nada comparado con secuelas que a otros compañeros les generó. Tengo que ser honesto, sí fui torturado, fui golpeado, agredido desde el momento en que fui arrestado ilegalmente, claro, pero hay historias totalmente dramáticas que en su momento el resto de compañeros secuestrados políticos harán saber.