Lo confieso: soy madre, pero no me siento completa. De hecho me faltan tantas cosas por hacer que a veces dudo que la vida me alcance. Y lo menciono a raíz de las declaraciones de Jennifer Aniston, quien se pronunció ante el hostigamiento y presión social que viven las mujeres frente al matrimonio y la maternidad.
A diario y por todos lados, nos bombardean con mensajes como:
‘Te va a dejar el tren’
‘cuidado con el reloj biológico’
‘ser madre es la realización de una mujer’
‘una mujer sin frutos es como un árbol seco’
‘Dios nos mandó a multiplicarnos’
‘sos una mujer incompleta’
‘¿no te pensás casar?’
‘te vas a quedar para vestir santos’
‘vas a ser niña vieja’
‘vas a ser la vieja loca de los gatos’
‘30 años y aún soltera’
‘ya deberían casarse’
‘¿cuándo van a tener hijos?’
‘sos un desecho de mujer’
Estas son un sinnúmero de frases socialmente instauradas que solo definen el valor de la mujer en la medida en que dedica su vida a los otros: marido e hijos.
Un obstáculo en la vida
En mi caso, nunca me sentí presionada por el matrimonio, no porque en Nicaragua no exista tal presión sino porque yo sola me metí el dedo casándome cuando tenía 27 añitos. Supongo que quería ‘asegurarme a mi macho’. Luego, con siete años de relación, la frase ‘sos una egoísta’ se volvió común, todo porque en mis planes no estaba ser madre. Y en cambio me inscribía en cursos, diplomados, postgrados, andaba en fiestas, tenía un empleo, vendía ropa, era activista y hacía de mi vida un zacatal.
Al final ‘agarré la vara’ y me embaracé, y fue cuando muté hacia la maternidad. Y ahora, siendo madre, no me siento realizada. En realidad, siento que ser madre es un obstáculo para mi desarrollo como profesional. Incluso para poder irme de viaje a Londres (o donde sea). El tiempo y la plata es poca y las responsabilidades son muchas. Y bueno, una también tiene otras aspiraciones. Quizás por eso aún no logro digerir la frase ‘ser madre es lo más lindo que le puede pasar a una mujer’. Ser madre es solo una fase en la vida de aquellas mujeres que optamos por esta decisión.
En esta semana me he preguntado varias veces: ¿será que solo yo lo siento?, ¿seré yo realmente egoísta?, ¿tomé esta decisión de forma libre? Y antes que me acribillen debo decir que amo a mi hijo, pero la maternidad es un oficio que no dejás de ejercer sino hasta la muerte. Ahí está mi pobre madre que cuando no puedo resolver algo por mí misma, llego a joderla. Hasta reales me ha prestado. La maternidad te ata, te esclaviza.
Ya me casé y me divorcié. Me convertí en madre, pero aún no estoy completa. Tengo otras facetas que cumplir. La vida de una persona transcurre entre un conjunto de experiencias, vivencias y espacios. Por eso, decir que la realización personal de las mujeres es ser MADRE es tener una mirada limitada del ser MUJER. Es casi comparable a una ‘incubadora’.
¿Por qué tener hijos?
Pero vos que no te has casado (y casarse tampoco es condición para ser madre), ni has tenido hijos, te insto a que te preguntés: ¿por qué quiero o debo tener hijos? Y esto no significa que estoy iniciando una revolución para no parir, sino que quiero invitarte a reflexionar, porque si has dudado en ser madre o si nunca ha estado en tus planes, no cambiés de idea, te lo digo con sinceridad.
No es que no tengás instinto maternal porque permítanme decirlo, ese ‘instinto’, por llamarle de alguna forma, solo se desarrolla una vez que sos madre. El convivir, el afecto, el cuidado te hace desarrollar esa conducta de leona. Y también es sentido de responsabilidad. Yo decidí (con el difunto) traer un hijo al mundo, él se hace el loco con respecto a su cuido, entonces mi sentido de responsabilidad me dice que yo debo asumir.
El invento del instinto maternal es una cuestión machista. El hecho de que podamos ser madres no implica que debamos y ni siquiera que queramos. Por todos los medios se nos quiere obligar a ser madres, refugiarnos en las casas, sacarnos de los espacios públicos. Preguntate entonces ¿acaso no existe el instinto paternal?
La presión social es fuerte, pero ser madre está muy lejos de ser la realización personal de una mujer. Al menos no la mía. Y te cuento, la sociedad siempre te va a señalar. Ahora por ser madre soltera, me han hecho sentir “un desecho de mujer”. Así que al final de cuentas pensá en vos, porque quien se queda al pie del cañón siempre somos nosotras. Y casarte tampoco es ganga.
Texto de Maryórit Guevara (Madre Insurrecta)
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