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El otro día estaba en una tienda y se me acercó una señora a piropear el color de mi pelo y a preguntarme dónde me habían hecho las mechas. Mis ojos se llenaron de lágrimas de alegría y pude decir una de las frases que más me hacen feliz en este mundo: “¡Gracias, me las hago yo misma!”

En ese momento, la señora comenzó a preguntarme sobre mi “técnica” y sin darme cuenta, comencé a hablar con toda propiedad sobre volúmenes de decoloración, tonos y demás. Fue entonces que caí en cuenta que luego de tantos años (me pinto el pelo sola desde los 16), sí he agarrado mi poquito de experiencia sobre el tema y que me ENCANTA hablar al respecto con otras colegas adictas al color.

Es una técnica súper sencilla (aunque requiere paciencia) y por eso quise documentar el proceso por si alguna de ustedes quiere intentarlo en casa. Conste, que no soy una profesional y además soy un poco “vaga” (no me da miedo meter las patas porque en el peor de los casos lo pinto en un tono oscuro y listo). Pero si sos primeriza, o te da mucho miedo cometer un error “irreversible”, sí te recomiendo mejor ir al salón. También podés hacer una pequeña prueba en algunos mechones, para ver cómo reacciona tu pelo y ver si vale la pena arriesgarte con el resto o mejor abortar la misión.

Consultá el blog de la autora aquí:

Además vale la pena aclarar que esta es como mi cuarta aplicación, porque mi pelo es bien oscuro y he querido irlo aclarando de forma gradual para evitar mayores daños. Ya con eso dicho, comenzamos:

Materiales

Te súper recomiendo comprar un kit de herramientas para teñir pelo, yo me rehusaba a hacerlo porque soy necia y me gusta resolver con lo que tengo a la mano, pero finalmente me di cuenta de que de verdad te facilitan la vida. Sobre todo las brochas. Yo compré el mío en La Unión y me costó cerca de C$230.

Aparte de eso necesitarás:

1. Polvo decolorante (yo compro los míos en La Unión o La Colonia y me cuestan C$23). Si tu pelo es largo como el mío necesitarás dos o tres sobres.
2. Loción reveladora (también uso la que venden en el súper, no recuerdo exactamente el precio, pero creo que anda cerca de los C$70). Esta vez usé una botella de 30% y una de 20% porque ya tenía decoloraciones previas. Pero al inicio, usaba dos de 30%.
3. Brocha pequeña (yo usé la más pequeña de las que venían en el kit, la que no tiene el peinecito en la parte de atrás).
4. Peine grande y pinzas (las del kit son más que suficientes).
5. Recipiente para mezclar.
6. Acondicionador (cualquiera que estés usando en el momento).
7. Acondicionador o mascarilla de color morado (hay varias marcas, yo uso el de Aromi di Firenze. Lo venden en Ivette y en Hiper La Colonia).

Paso 1: preparar la mezcla

Empezá vertiendo los sobres de polvo decolorante en la taza para mezclas. Luego añadí la loción reveladora y mezclá para que se cree una pasta cremosa y uniforme.

También podés preparar la mitad (un sobre y una botella de loción) y luego la otra. Pero si te alcanzan ambas de un solo en la taza, es mejor porque así no interrumpís el proceso de aplicación para hacer más mezcla.

Por último, el “ingrediente secreto”. Se trata de agregar una porción generosa (igual a la que usarías cuando te lavás el pelo) de acondicionador. Cualquiera funciona. mi favorito actualmente es el de la marca Aussie que venden en Pricesmart porque huele divino y me deja el pelo súper suave.

Este truco lo descubrí un día que estaba tratando de hacerme baños de color para sacarme un tinte negro (les dije que soy vaga). Me fijé que al añadir acondicionador el proceso de decoloración es mucho menos agresivo. No te queda el pelo débil y quebradizo, porque tiene una capita extra de grasa que lo protege. Además la textura de la mezcla se vuelve más cremosa y mucho más fácil de aplicar.

Paso 2: Aplicar

Acá lo importante es dividir el pelo en tres niveles o capas y trabajar de abajo para arriba. La forma más sencilla es agarrar cada capa y dividirla en dos, derecha e izquierda. Luego agarrar cada lado y dividirlo en tes y trabajar de atrás para adelante.

Algo que descubrí viendo miles de vídeos sobre el balayage, es que usar una especie de espátula te facilita la vida a la hora de “pintar” cada sección. Yo a falta de algo mejor, usé un pedazo de cartón horizontal. Ayuda a tener mayor estabilidad y control sobre la cantidad de mezcla que vas aplicando. La idea es aplicar la mezcla en forma de “V”, dejando áreas sin cubrir arriba y bien marcadas abajo para que la división entre lo claro y lo oscuro sea más sutil.

Tip: es súper importante que pongás suficiente mezcla en cada mechón. Si en una zona te queda un poco “ralito” lo más probable es que no se aclarará lo suficiente y te quede un tono rojizo, así que mejor que sobre y no que falte.

Tiempo de espera:

Entre 20 y 45 minutos, dependiendo de tu tono natural y el tono que querés alcanzar. Podés ir revisando en algunas mechas cada cierto tiempo para que veás el progreso.

Paso 3: Enjuagar y tonificar

Luego de enjuagar, te recomiendo aplicar la siguiente “mascarilla” de acondicionador morado y acondicionador normal, para ayudar a eliminar el exceso de tonos amarillentos y rojizos. Es sencillo: mezclas partes iguales en la palma de la mano hasta formar una pasta uniforme y lo distribuís abundantemente en todo el pelo. Yo lo dejo aproximadamente 1 hora. Y luego lo aplico una vez a la semana para mantener el tono.

¡Listo! Si has estado con las ganas y tenés algo de experiencia haciéndote cosas en el pelo, podés probar y me contás qué te parece. ¡Espero te sea útil!