Música
Antes de cantar para más de 200 mil personas, sufrió el abandono de su padre, no terminó la secundaria, se presentaba en bares a cambio de comida, le dio depresión, tuvo cáncer y hasta regalaba sus discos en los metros.
Entre las cosas que definen a Mon Laferte están su particular voz soprano, su cabellera negra larga con fleco corto, decorada siempre con flores a un lado, su look retro parecido al de las chicas pin-up y sus más de 30 tatuajes en todo el cuerpo.
Antes de ser la chilena con más nominaciones en los Grammys Latinos, «La Monchi», como la llamaban en Chile, sufrió el abandono de su padre en la niñez, no terminó la secundaria, se presentaba en bares a cambio de comida, sufrió depresión, migró a un país totalmente desconocido, tuvo cáncer y hasta regalaba sus discos en los parques y metros de la Ciudad de México.
Mon Laferte, de 34 años, nació en Viña del Mar, Chile, llamándose Norma Monserrat Bustamante Laferte. Su aspecto de esos días no ha variado tanto de lo que vemos ahora: cabello largo con fleco y siempre al lado de un micrófono. El amor por la música nació por su abuela materna, que era cantante de boleros.
La niñez de Mon, fue marcada por el abandono de su padre a los seis años, el rechazo de su madre y la pobreza que siempre inundó su casa.
Parte de su adolescencia la vivió con su madre y su hermana menor. Según un perfil de la revista chilena El Mercurio, llegó un momento en que no tenían qué comer, por eso, salía a tocar en las calles a cambio de centavos para ayudar en su hogar.
Laferte se salió de la escuela a los 13 años porque se había ganado una beca en un conservatorio de música, sin embargo, prefirió irse de gira con una pareja de músicos locales que tocaban en bares y escenarios pequeños, porque eso le beneficiaba económicamente.
María Teresa Airam y Luis Alberto Martínez fueron los que la introdujeron a sus primeras audiencias. María Teresa afirmó para El Mercurio que Mon «estaba como carente de cariño, sin embargo, tenía dulzura y harta personalidad. Era ambiciosa en el escenario».
Años después sus shows en bares locales comenzaron a ser en solitario, en ese entonces se presentaba como «Monserrat Bustamante». Los dueños de los lugares en donde tocaba recuerdan que «La Mon no tenía tarifa, solía aceptar un plato de comida y una bebida como pago por cada presentación”.
«Antes de ser Mon Laferte fue Monserrat Bustamante»
Cabello pistoleado teñido en rojo, labios delineados al estilo noventero, pantalones por debajo de la cadera al estilo de Shakira y reconocida como «La Thalia chilena», así era Monserrat Bustamante.
A los 18, gracias a un amigo que conoció tocando en las calles, logró aparecer por primera vez en la televisión nacional. A los 20, fue parte de la segunda temportada de «Rojo, fama contra fama», un reality musical chileno donde, además de la música, se exponía la vida privada de los participantes.
Chile amaba a «La Monchi», pero ella no se amaba a sí misma. El programa le exigía hablar de cosas privadas de las que no se sentía cómoda, como la relación que tuvo con otro miembro del elenco. Además, querían convertirla en «la próxima Thalia», cuando ella había crecido con la influencia de Janis Joplin y Chavela Vargas.
Marcelo García, exproductor del programa confesó al periódico El Universal, un medio mexicano, que «no era feliz porque no era ella la que se presentaba en escena, no era la música que le gustaba cantar».
Aunque fue una de las participantes favoritas del programa, grabó un disco llamado «La chica de Rojo» y actuó en «Rojo la Película», nunca se sintió «musicalmente llena».
En 2007, decidió viajar a México junto a su novio del momento, con la ilusión de comenzar desde cero. La relación no funcionó y dos años después se separaron.
En 2009 Monserrat fue diagnosticada con cáncer de tiroides obligándola a retirarse de los escenarios. «Me quería morir, no podía cantar porque el cáncer me dio exactamente ahí. Me quedé con el cuerpo chueco, no me podía mover, me quedé sin dinero. Me sentía terrible», afirmó en 2013 en una entrevista para La Red, un programa local chileno.
Sin embargo, sus deseos por hacer música aumentaron durante su recuperación.
Así lo expresó en una entrevista para el programa mexicano Ventaneando. «La enfermedad fue como una cachetada para mí. Yo ya vivía en México y vine con el sueño de hacer un disco, pero no me movía, seguía en lo mismo. Estar encerrada en mi casa, recuperándome, me alimentó las ganas por producir, cantar. Me recuperé, me armé de valor y con la ayuda de mis amigos comencé a grabar mi primer disco».
Al salir de la recuperación, sacó «Desechable», su primer disco como Mon Laferte.
«Desechable salió de una necesidad de expresarme. No quería tener mi música guardada, quería que me escucharan. Hice un préstamo y saqué mil copias de discos, nadie me los compraba. Comencé a mandar mi disco a todo tipo de blogs chilenos, mexicanos, de todo, nadie me contestaba. Iba a todos los bares del D.F a regalar el material, por si les interesaba. Llegó un punto de desesperación en que pedí permiso en el metro y comenzamos (su banda y ella) a tocar ahí, a regalar discos. La gente se empezó a interesar y por ende los medios, después comenzaron a pasar cosas buenas», afirmó para una entrevista de Polygone TV.
Mon Laferte (Vol. 01)
Sin embargo «las cosas buenas» vinieron acompañadas de más problemas. En 2014, después de publicar su segundo álbum Tornasol, entró en depresión debido a otra ruptura amorosa. Además, el dinero que ganaba no le alcanzaba «ni para pagar la luz eléctrica».
Para darse a conocer deseaba hacer una gira en todo el país, pero no tenía dinero. Como ya acumulaba una base de fanáticos en las redes, abrió una cuenta en Gofundme.com y logró recaudar más de 9,000 dólares.
Sin embargo, sus amistades temían por su salud física y emocional. No veían un futuro en donde lograra sacar otro disco. Mon no se dio por vencida.
«Este disco fue por ayuda de mis amigos. Yo estaba con una depresión terrible y estaba obsesionada con el disco aunque no tenía el dinero para hacerlo. Como no tenía luz me conectaba con una extensión que venía desde afuera. Entonces todas las cosas eléctricas estaban por la puerta porque hasta ahí llegaba mi extensión. No veían manera de hacer un disco, de nada. Yo les decía que necesitaba hacer el disco como por terapia. Estaba en la peor etapa de mi vida y necesitaba salir«, afirma para Polygone TV.
Mon Laferte Vol. 01, fue hecho con «las uñas». Su banda estaba dentro de otros proyectos y solo la ayudaban a producir el proyecto en el tiempo libre. «El disco se grabo en mi casa, sin luz propia, con bocinas viejas, todo prestrado, pero queríamos hacerlo», afirma.
Las letras de este disco se convirtieron en «himnos del amor y el desamor», entre ellas «Tu falta de querer», una canción dedicada a un exnovio que la engañó, provocando su depresión. «Hace más de un año me pusieron el cuerno, me puse triste, (me) quise suicidar», afirmó en un concierto privado en 2015.
La canción fue escrita a partir de anotaciones que había hecho expresando cómo se sentía. «Llegó un punto en que les dije a mis amigas que iba a hacer una canción tan buena con esos escritos, que se me iba a quitar la depresión. Luego se la enseñé a una amiga que hacía videos y me grabó. Tenía razón», dijo entre risas en una conversatorio con City Lab, en Chile.
A principios de 2015, el disco se viralizó en redes, conmocionando a la prensa internacional. A partir de eso la cantante comenzó a tener muchas oportunidades. Logró hacer una gira por muchos países de Latinoamérica y presentarse en uno de sus lugares soñados, el Auditorio Nacional de México. Además, Vol. 01, un álbum hecho en casa, fue nominado a dos Latin Grammys.
¡Gaviota de Platino!
«Nací en Viña del Mar. Crecí con el Festival de la Canción. Me cuesta asimilar todavía lo que pasó», expresó al programa Bienvenidos de Canal 13 de Chile. ¿Qué pasó? Que en 2017 más de 20,000 personas la ovacionaron de pie al presentarse en el Anfiteatro de la Quinta Vergara, en función del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.
Al final de la presentación de Laferte en el Festival de Viña, todo el público pedía una sola cosa: ¡Gaviota de Platino!, siendo este el mayor galardón del evento. No se lo dieron, causando así la indignación de Viña y de la gente en las redes. Ella respondió: «¡Gracias!, simplemente gracias».
«La Mon de nueve años, veía como un imposible estar ahí en Viña. Yo crecí con el festival, sabía que quería cantar, pero no pensaba llegar tan lejos. Me moría del miedo», contó a Canal 13 de Chile.
En los dos últimos años, Mon ha colaborado con artistas de la talla de Natalia Lafourcade, Enrique Bunbury, León Larregui, Juanes, Carla Morrison, Jorge Drexler y más.
Sobre ella, Bunbury expresó en su página de Facebook en 2016: «La voz de Mon Laferte es poderosa, dramática y llena de matices y posibilidades. Sus canciones son fantásticas, con matices de blues, rock, latinidad y cabaret. ´Tu falta de querer´ es un hit incuestionable. En los próximos años veremos despuntar a Mon como la nueva gran estrella de la música popular electrificada, que para mí ya es. Apuesta segura».
Así mismo, Juanes, confesó en una entrevista: «Cuando la oí cantar dije ‘¡Dios mío! ¿Qué es esto? ¡Qué mujer más impresionante!’ Me volví loco, me enamoré de su poderío y de su voz». Juanes fue el que le dio un espacio de su presentación en los Grammy Latinos 2016. «Yo le dije que cómo se le ocurría, que mejor cantáramos juntos. Pero él me respondió que creía en mí, que ese era mi momento», cuenta la cantante.
Hace unos días, Monserrat Bustamante fue nominada a cinco categorías del Grammy Latino por su cuarta producción musical «La Trenza», producción dedicada a su abuela, convirtiéndose así, en la persona con más nominaciones en estos premios en la historia de Chile. «La Trenza es sobre mis raíces, sobre mi abuela que siempre creyó en mí. Siempre estuvo ahí», afirmó para Canal 13 de Chile.
La Mon Laferte que conocemos hoy, es el resultado de sueño y esfuerzos. La misma niña que cantaba en bares por comida y que en su adultez trató de suicidarse, es la misma Mon que hoy confiesa en todas sus entrevistas que «nunca se había sentido más feliz que ahora».