La anorgasmia es la incapacidad de alcanzar el orgasmo. Es uno de los trastornos sexuales más comunes en mujeres y prácticamente todas lo han experimentado en algún momento de sus vidas. De hecho, solo el 25% de las mujeres reportan experimentar orgasmo regularmente cuando tienen sexo.
La anorgasmia puede ser:
Primaria: cuando NUNCA has experimentado un orgasmo
Secundaria: se refiere a que solías experimentar orgasmos regularmente y ahora te es difícil o imposible. Suele estar relacionado a un evento traumático, desorden hormonal, enfermedad o medicación que se estés tomando.
Situacional: significa que se experimenta el orgasmo pocas veces o en ciertas situaciones o circunstancias pero no en otras, por ejemplo, podés conseguirlo masturbándote o durante el sexo oral, pero no durante la penetración. De hecho, esta es la forma más común de anorgasmia y afecta casi al 80% de las mujeres, esto porque el 75% de las mujeres sólo pueden llegar al orgasmo por la estimulación directa del clítoris (algo que no sucede fácilmente durante la penetración).
Generalizada: nunca se ha experimentado un orgasmo, ni por masturbación ni con una pareja, sin importar la situación ni el compañero sexual. Afecta al 10% de las mujeres.
El orgasmo es un fenómeno complejo donde se mezclan factores físicos, relacionales, emocionales y psicológicos, y problemas en cualquiera de estas áreas pueden afectar tu capacidad orgásmica.
Físicos: cualquier enfermedad o medicación puede afectar la sexualidad, pero en particular la diabetes y cualquier problema neurológico y hormonal (frecuentes durante la menopausia) tienden a venir acompañados con afectaciones en la sexualidad. Asimismo, los antidepresivos y los medicamentos usados para regular la presión sanguínea.
Psicológicos y emocionales: Si estás preocupada, ansiosa, pensando en la lechuga que se te olvidó comprar en el súper, en la celulitis que tenés y en lo gorda que te debe estar viendo él, pues te será más difícil concentrarte en el placer y por lo tanto, te será más difícil llegar al orgasmo. Asimismo si estas deprimida, estresada, tenés muchas presiones financieras, no crees que es correcto lo que estás haciendo o te dá miedo embarazarte, que se entere tu mamá o contagiar o que te contagien de alguna enfermedad de transmisión sexual.
Relacionales: En general, si estas teniendo problemas fuera de la cama, olvidate de tener una buena experiencia dentro de ella. En este caso, puede afectar el orgasmo la falta de conexión con tu pareja, los resentimientos, conflictos o peleas sin resolver, tu incapacidad de comunicar tus necesidades o preferencias sexuales a la persona con la que estas e infidelidades o dificultades con la confianza.
Alcohol y drogas: mientras más sobria, más conectada con tu cuerpo, tus emociones y por tanto, tu placer (y el del otro) y en consecuencia, mayores posibilidades de orgasmo.
Algunas mujeres que no consiguen el orgasmo experimentas excitación, lubricación y gozo del contacto sexual. Sin embargo, su respuesta sexual no aumenta al grado del orgasmo. Unas pueden sentirse satisfechas con su experiencia sexual sin orgasmo; otras sufren una intensa decepción y angustia. La falta de excitación máxima y de liberación del orgasmo puede tener por consecuencia experiencias que son cada vez menos placenteras. Si este es tu caso, buscá ayuda profesional.
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