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Nos asesinan porque nos odian

Ilustración: Juan García | Niú

A Yader Triguero Hernández, de 28 años, no le bastó con asesinar a Johana Flores Abaunza, de 48 años de edad. Antes que diera su último aliento, le quebró sus pies y manos, la degolló, la desnudó y la enterró en el patio de la casa que compartían en León.

El femicida mancilló su cuerpo para demostrar lo que hacen los hombres, como él, con sus pertenencias: las usan y desechan. Johana le pertenecía viva y muerta. Se empeñó en denigrarla y exponerla hasta su deceso.

En los primeros cuatro meses del 2019, Nicaragua registró 22 femicidios, una cifra realmente aterradora en un país de seis millones de habitantes. España con más de 46 millones de habitantes registra cinco femicidios menos que Nicaragua.

Datos e infografía proporcionada por Católicas por el Derecho a Decidir. Cortesía | Niú

Este dato nos brinda una verdadera dimensión del problema de la violencia contra las mujeres, la falta de políticas educativas, de prevención y castigo contra un delito que pone en peligro la vida de más de la mitad de la población.

Estado, el eterno ausente

A las mujeres no solo las odian sus parejas, ex parejas y conocidos sino también el Estado. Ni los Gobiernos anteriores y mucho menos el de Daniel Ortega y Rosario Murillo, han tenido el mínimo interés por prevenir la violencia contra las mujeres.

Las mujeres solo son importantes cuando votan porque representan más del 50% de la población, cuando paren nuevos votos y generan mano de obra barata para ser explotadas; pero de resto que importa que las abusen, las violen, las comercialicen sexualmente, las asesinen.

En el último año la cifras de femicidio en la Costa Caribe disminuyeron por las limitaciones para denunciar. Juan García | Niú

Bajo el actual régimen las han mandado a golpear, amenazar con violarlas, matarlas junto a sus hijos, pero no es de extrañarnos que dichas acciones provengan de una dictadura monárquica liderada por un hombre acusado de violador.

Leyes son papel mojado

Y saldrán los bots comentando que es el único ‘Gobierno’ que ha impulsado una verdadera igualdad. ¿Perdón, verdadera igualdad? Las dos leyes con las que podrían sacar pecho, si de verdad les interesara la vida de las mujeres, sería la Ley 779 y la Ley 468 – violencia e igualdad – pero solo son papel mojado.

La de violencia contra la mujer, se cargaron en ella cuando mediante decreto permitieron la mediación y terminaron de dejarla ir por el escusado al cerrar las Comisarías de la Mujer. La de igualdad, si bien es cierto hay 50 – 50 en las Alcaldías, también es cierto que las mujeres aún en el cargo de alcaldesas o vicealcaldesas no tienen poder, pero ni de elegir la ropa que se ponen.

Y ya ni digamos que este Gobierno penalizó el aborto terapéutico después que en Nicaragua teníamos más de 100 años con ese derecho otorgado a las mujeres en pro de salvar sus vidas.

La impunidad reina en medio del caos

No hay educación en cultura de paz, no hay prevención en violencia, pero tampoco hay sanciones para quienes cometen este delito. Y no es porque el Código Penal no lo estime, sino que, aunque este establecido, las instancias que conforman la ruta de acceso a la justicia son inoperantes y están politizadas.

Mujeres nicaragüenses protestan por sus derechos en Managua. Foto: Carlos Herrera | Confidencial

Actualmente la Policía orteguista (antes Nacional) ni siquiera atiende las denuncias de violencia sino es que llegas en el ataúd. Y aún, cuando las mujeres llegan en ataúd, sus casos pasan al olvido porque no existe un compromiso en la búsqueda y captura de sus femicidas. En este momento, la prioridad es encarcelar y procesar a todo aquel que se atreva a decirle a Ortega que es un ASESINO.

Nadie se preocupa por la vida de las mujeres, pero cuando salen las organizaciones feministas con la desfachatez de demandar que se nos trate como personas con derechos, resulta que son feminazis y excluyentes porque deberían defender la vida de todos (hombres), no solo la de las mujeres.

Mientras pasa el tiempo, las mujeres siguen sufriendo violencia de rojos y negros, pero también de azules y blanco, siguen siendo asesinadas, mutiladas, degolladas, decapitadas, empaladas, violadas, desmembradas, porque ese tema no es el importante en este momento.

Pero entonces pregunto: ¿Cuándo será importante la vida de las mujeres?