Presos políticos

#PresosPolíticos: Byron Estrada, el universitario que venció el miedo
Byron Estrada es devoto de la Virgen María. Él celebra la Gritería Chiquita y la concepción de María los siete de diciembre. Franklin Villavicencio | Niú
Byron Estrada es devoto de la Virgen María. Él celebra la Gritería Chiquita y la concepción de María los siete de diciembre. Franklin Villavicencio | Niú

Estaba a punto de graduarse. Tenía un trabajo. Una colección de santos. Y religiosamente iba a misa los jueves y domingos. Ahora espera ir juicio en la cárcel La Modelo, lejos de León, donde inició su lucha.

     

El día que capturaron a Byron Estrada en León mucha gente lloró. Las radios se saturaron de llamadas. Cientos de personas se plantaron afuera de la estación de la policía. Quemaron llantas. Gritaron consignas. Y cuando pensaron que la ciudad se atrincheraría de nuevo, los paramilitares rondaron otra vez.

Diez minutos antes que se lo llevaran alcanzó a darle beso en la frente a su mamá, la abrazó muy fuerte y le pidió que se cuidara. Ella le dio un pantalón y una camisa limpia y esperó a que la silueta de su hijo se perdiera entre la multitud que participaba en una marcha. Después oyó por un altavoz que lo habían agarrado y lo primero que dijo fue “ya me lo mataron”.

A él lo habían tratado de asesinar dos veces y un día antes de ser capturado, junto a Luis Quiroz, Nahiroby Olivas, Levis Rugama, Yaritza Mairena, Victoria Obando y Juan Alvarado, lo expulsaron de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) de León, donde estudiaba quinto año de odontología.

En León no hay quien no conozca su nombre. Es un chavalo de sonrisa fácil, tiene las cejas marcadas y es fornido. Es devoto de la Virgen María y desde que se unió a la lucha universitaria, su vida cambió tanto que ahora está preso en la cárcel La Modelo, esperando un juicio por supuestamente haber quemado el Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN) y por haber causado la muerte de Cristhian Cadena.

“A mi muchas veces me dijo ′Jeni tengo miedo, pero yo estoy claro que si no luchamos ahorita por este país, no va a cambiar nada. Necesitamos tener autonomía en la universidad para que nadie pase lo que están pasando ahora las generaciones actuales en las universidades′”, recuerda su hermana, Jennifer Estrada.

La devoción de Byron

En una esquina del comedor de la casa en la que Byron Estrada creció, hay una virgen de cabello castaño, pestañas largas y vestido azul y blanco. Mide unos 30 centímetros y está montada sobre un pedestal dorado. Esa es la virgen de Byron. La misma que él compró a los 17 años, después de haber ahorrado por dos años y medio. La misma que cada 14 de agosto, que se celebra la Gritería Chiquita, y cada siete de diciembre, día de la Purísima, celebra a lo grande en la calle de su casa.

“Esa virgen tiene como diez años. Tenía otra que le regaló mi mama, pero la donó y se compró esa. Aquí en la casa los siete de diciembre hace una gran Purísima, pone filarmónicos, da comida, cierra la calle con los conos. Él tiene sus cortinas, tiene todo lo que tiene una iglesia. Yo se lo he comprado, yo he ayudado a comprarle los mantos azules, los mantos rojos. Eso ya él lo trae, le sale nato”, dice su mamá, Yesenia Estrada.

Byron es muy religioso. Desde niño se integró a la Iglesia Católica y durante muchos años fue monaguillo. En su infancia solía jugar a ser sacerdote y cuando terminó el bachillerato quiso ser Hermano Lasallista, pero al final se salió. En su cuarto tiene una colección de santos de diferentes tamaños que le ha traído de varias partes del mundo, pero su devoción siempre ha sido por María.

Byron Estrada siempre ha sido religioso. De niño en las reuniones familiares solía jugar a impartir misas. Cortesía | Niú

Él desde principios del año comienza a comprar lo que dará en “la gorra” de la virgen. Viaja a Managua a sondear los precios y selecciona los productos que regalará ese día. En León a sus amistades les pide para pagarle a los chicheros, para comprar los caramelos y para todo lo que le haga falta.

Su devoción por la virgen es tanta que todos los 24 de septiembre, que en León festejan a la Virgen de la Merced, él se levanta a las tres de la mañana, se baña, se viste con una guayabera blanca y con un pantalón negro y pasa todo el día en la iglesia.

“Él se me pierde desde el 24 de septiembre y aparece hasta el 25 a la una o dos de la mañana cuando ya dejó a la virgen en el camerino, cuando ya todo está listo. Y este año fue la primera vez que no estuvo”, dice su mamá.

Cuenta que llorando le dijo en la cárcel: «Madre este fue el primer año en que no me planchaste mi camisa blanca».

Risueño y desprendido

Byron Estrada siempre ha sido religioso. De niño en las reuniones familiares solía jugar a impartir misas. Cortesía | Niú
Byron Estrada es reconocido por ayudar siempre a quién lo necesitara. Cortesía | Niú

Quienes conocen a Byron dicen que es una persona muy desprendida. En varias ocasiones regresó a su casa en camisola porque en el camino vio que alguien necesitaba su camisa y él no lo pensó mucho para regalarla.

“Él siempre regalaba su ropa o zapatos a quien lo necesitara. Desde que tenía ocho años él es así. Siempre estaba pendiente. Los 24 de diciembre me decía vamos a regalar comida, vamos a regalar juguetes. Es muy generoso y muy comunicativo con las personas. No importa quién sea la persona él siempre va a querer hablarle”, dice su hermana.

En el Movimiento 19 de Abril de León también era así. Freyson Ártica, uno de sus amigos, cuenta que en más de una ocasión vio como él regalaba sus cosas cuando se enteraba que alguien más lo necesitaba. Incluso a él le regaló unos zapatos de los dos únicos pares que tenía.

“Él es una persona súper desprendida. Y no solo una vez yo lo miré regalando sus cosas. Yo le decía ‘mira Byron tenemos este problema con esta persona que no tiene comida’ y me decía ‘no jodas mandémosle’ y lo hacía, aunque nos quedáramos sin comida”, cuenta Ártica.

En la universidad también era así. Miguel, quien es amigo suyo y prefiere no dar su nombre por seguridad, dice que él varias veces lo vio regalándole su almuerzo a estudiantes que llegaban de lejos y eran pobres.

“En la facultad era muy querido. Es el tipo de persona que se gana la confianza rápido y le gusta ayudar”, afirma Miguel.

La lucha universitaria

Byron fue apresado junto a otros seis jóvenes en León. Cortesía | Niú.
Byron fue apresado junto a otros seis jóvenes en León. Cortesía | Niú.

A eso del mediodía del viernes 20 de abril pasado, cerca de mil personas se plantaron en la calle del Hospital Escuela Óscar Danilo Rosales Argüello (Heodra) para manifestarse en contra de las reformas al INSS y para demandar la autonomía universitaria en la UNAN-León. Jennifer Estrada pasó por allí y alcanzó a ver a su hermano Byron en medio de la gente repartiendo tortillas con queso. No se impresionó porque sabía que a él le gustaba ayudar a los demás, pero después comprendió que ese era el inicio de una lucha inimaginable.

“Yo al principio tenía miedo de lo que pasara porque yo sé el tipo de personas que estudian en la UNAN-León. Al final él tomó su propia decisión y ya no podía detenerlo”, dice su hermana.

Dos días antes a él y a varios de sus compañeros, incluidos Nahiroby Olivas y Levis Rugama, los llegaron a sacar de sus aulas de clases dirigentes del CUUN y según le contó a su mamá era para “hacer una manifestación y era para pegarle a los viejitos”.

Entonces al día siguiente se unieron a las protestas contra las reformas del INSS y por la autonomía universitaria y desde entonces a él se le vio con el micrófono gritando consignas.

“A raíz de eso Byron se convirtió como un icono en la facultad de León. Sinónimo de valentía porque él decía que ‛no tengo miedo porque si a mí me callan otros hablarán por mí′”, cuenta Miguel.

En León pronto se volvió conocido. Cuando pasaba por el mercado muchas personas se acercaban a él a abrazarlo y lo ayudaban en lo que podían.

“Él fue un líder, pero nunca se autodenominó líder, sino que uno lo miraba como líder. Él cuando tenía que hablar hablaba, no era una persona penosa y no buscaba protagonismo”, dice su amigo, Freyson Ártica.

Y fue por eso mismo que trataron de asesinarlo. “En una trinchera agarraron a la persona que lo quería matar y en los mensajes que él andaba en su teléfono decía que solo tenía tres tiros de escopeta para matar a Byron Estrada”, dice su mamá.

Las amenazas no solo fueron hacia él. En una ocasión a su mamá le enviaron un mensaje de texto a eso de la una de la madrugada en donde afirmaban que quemarían su casa. Después de eso ella ya no pudo dormir. Lo mismo pasó el 14 de agosto de este año. Ese día Byron llevó su virgen a las trincheras para celebrar la Gritería chiquita y “cuando él estaba repartiendo llegó un tipo que le dicen el abuelo y entonces los chavalos lo rodearon y lo sacaron. Ese día era porque lo iban agarrar”, dice su mamá.

Byron Estrada y Yaritza Rostrán, lideres universitarios, detenidos por la Policía. Foto tomada de El 19 Digital | Niú
Byron Estrada y Yaritza Rostrán, lideres universitarios, detenidos por la Policía. Foto tomada de El 19 Digital | Niú

Por eso mismo, cuando Jennifer Estrada recibió una llamada, el 25 de agosto pasado, a eso de las 5:00 p.m., en la que le decían que habían capturado a su hermano, ella no se sorprendió. Se unió con su mamá y juntas trataron de dar con el paradero de Byron, pues desde el momento de la captura fueron trasladados a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, conocidas como El Chipote. Y su mamá pudo verlo tres minutos, seis días después de su detención.

Desde entonces él y Nahiroby Olivas están detenidos y está siendo acusado de la quema del CUUN y la muerte de Cristhian Cadenas. Aunque la familia de Cadenas declaró al diario La Prensa no entender por qué la policía los acusa si las primeras investigaciones habían asegurado que este falleció por imprudencia.

«No me importa lo que digan medios oficialistas y la gente del CUUN, creo en su inocencia firmemente y aunque les duela verán su rostro todos los días, porque jamás será olvidado. Como dice él ‘fuerza y fe Nicaragua’», dice su hermana Jennifer Estrada, quien desde el día que lo arrestaron ha hecho una campaña virtual para exigir la libertad de su hermano y la de los otros universitarios que el régimen apresó.

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